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Nortec, tijuanenses inventores del tecno norteño

Nortec es el colectivo de artistas mexicanos que a partir de 1999 ha desarrollado un nuevo concepto de música electrónica y una imagen característica que llamado la atención del mercado norteamericano. Por eso, la disquera Palm Pictures decidió editar el compilado "The Tijuana Sessions vol.1", para su distribución internacional.


El estilo nortec consiste en fusionar la música electrónica con elementos de la música popular del norte de México como los redobles de tarola, golpes de platillos y acordeón. Bostich, Clorofila, Fussible, Hiperboreal, Panoptika, Terrestre y Plankton Man son algunos de los proyectos que componen este conglomerado que edita sus discos a través de su propio sello, Mil Records.



Los diseñadores pertenecientes al colectivo han desarrollado un trabajo esencial, al punto de que, a fines del año pasado, el Instituto Americano de las Artes Gráficas de Baja California (AIGA) convocó a creativos extranjeros y locales para plantear su visión del concepto nortec. El resultado de eso fue la exposición Nortec Visual.



Creativos, escritores, artistas plásticos y audiovisuales se han unido a este colectivo que ha funcionado fuera del cirucito comercial desde 1999, cuando Pepe Mogt (Fussible, antes Artefakto) comenzó a escuchar discos de música norteña -o "norteño", a secas- en busca de un sonido nuevo para su música. Límite, Los Bukis o Huracanes del Norte son el prototipo de grupo Tex-Mex que Mogt sampleó para obtener su estilo.



"Las primeras canciones del movimiento las escuchamos el 31 de mayo de 1999, lo recuerdo porque era mi cumpleaños. Llegaron Ramón Amezcua (Bostich) y Pepe Mogt cada uno con una canción. Ahí sonó por primera vez publicamente la canción "Polaris" de Bostich (incluida en The Tijuana Sessions vol.1) y él quedó convertido en el abuelo del Nortec", dice Pedro Beas (Hiperboreal).



Cruce de géneros



Nortec ofrece a la cultura electrónica mexicana un sonido propio, ya que su música no deriva completamente de los patrones norteamericano y europeo. Su propuesta se suma a la de gran cantidad de grupos transculturales que han golpeado a la música. En el terreno de la electrónica existen ejemplos como el del hindú Talvin Singh. También en Chile, la fusión ha dado sus frutos con el disco Andean Trance del músico nacional Titín Moraga, que mezcla música andina con tecno. Sin ir más lejos, el éxito del grupo de hip hop cubano Orishas demuestra la importancia de la identidad en los distintos géneros musicales.



La ciudad mexicana de Tijuana, perteneciente al estado de Baja California, está marcada por su carácter fronterizo. Es sinónimo de narcotráfico, prostitución, policías corruptos y violencia. Esta rudeza es la que recogen las canciones norteñas. Pero al mismo tiempo, la condición de frontera permite acceder con mayor facilidad a la tecnología y a la música de Estados Unidos.



"Estamos cambiando la cara de Tijuana", afirma Ramón Amezcua en un artículo publicado en The New York Times en marzo, aludiendo a la mala fama que esta ciudad tiene en Estados Unidos.



El debate en torno a la aplicación de elementos de la cultura popular del norte de México en el arte contemporáneo también ha tenido repercusiones al interior del país azteca. En Guadalajara, el colectivo de música electrónica Nopal Beat, que utiliza algunos elementos del mariachi, se ha propuesto como detractor de Nortec. Sin embargo, su nacimiento carece de la espontaneidad que caracteriza a los tijuanenses.



Las posibilidades que abre el cruce de música tradicional y electrónica son casi infinitas para el creador del movimiento Nortec, Pepe Mogt: "Tenemos mucho que explorar. El sonido de nortec está aún en pañales".

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