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«La idea de la oposición ya ni siquiera incentiva a la gente joven»

Prisionero político en los años de la Guerra contra las Drogas de Richard Nixon, poeta beat y líder de los Panteras Blancas y del rock revolucionario de los MC5, John Sinclair se encuentra en Chile para participar en el primer Festival de cine Psicoactivo, Hollyweed.


Pocos pueden afirmar que John Lennon les compuso una canción. "Free John Sinclair" permitió a Sinclair salir de la cárcel mucho antes de lo que su condena inicial determinaba: 10 años de presidio por poseer dos cigarrillos de marihuana. En adelante, se convirtió en el líder de la contracultura, predicando el poder del blues y el jazz.



Sinclair fundó el movimiento Panteras Blancas, respuesta hippie a la corriente por la reivindicación de la raza negra que entre sus postulados proclamaba el libre intercambio de energía y materiales, poniendo fin al dinero y colectivizando las materias primas, además de los recursos básicos como comida, ropa, techo, drogas, música y cuidados médicos.



Los Panteras Blancas planteaban también poner fin a las escuelas y a las restricciones al acceso a la información, además de abogar por el lema "poder para el pueblo". El movimiento tuvo entre sus frutos la agrupación de rock revolucionario de Detroit MC5, de la cual Sinclair fue guía durante los primeros años.



Actualmente, Sinclair reside en Ámsterdam, Holanda, donde conduce programas radiales para la emisora WWOZ Radio. Para este año está previsto el estreno de la película que cuenta su historia: "20 to life: the life and times of John Sinclair", de Steve Gebhardt, se exhibirá en Italia, Estados Unidos, Holanda y Chile.



En entrevista con El Mostrador.cl, Sinclair se refirió a Lennon, la oposición, el arte y la nueva forma de enfrentar las ideas y los movimientos.



¿Cuánto ha cambiado el ser activista en los ’60 y ’70 con respecto a ser activista hoy en día?
– En esos años éramos parte de un movimiento de masas por un cambio social. ¿Dónde está eso ahora? No hay tal movimiento. La gente que está en oposición está bastante sola. Lo bueno en ese tiempo era que empezó con poca gente y luego creció y creció porque las ideas estaban más en esa época. Más y más gente abrazaba la idea de la equidad social, sexual, racial. Cada día parecían mejores ideas para cada vez más gente. Y mientras más gente se unía al movimiento, más inspirado estabas. Yo estaba ahí porque quería crear un orden social y de relaciones entre las personas alternativo. El movimiento de tanta gente reforzaba los sentimientos de cada uno, así podías mantener tu oposición por más tiempo y más fuertemente. Ahora puedo decir que hay movimientos por el cambio social pero son pequeños, la idea de la oposición ya ni siquiera incentiva a la gente joven. Siempre puedes ser distinto, puedes cambiar de canal, comprar un Ipod distinto, pero las ideas se están perdiendo.



¿Cuánto ha cambiado la guerra contra las drogas?
-Se pone cada vez peor, no creo que haya cambiado para mejor. Yo paso la mayor parte del tiempo en Ámsterdam, Holanda. Ellos han hecho grandes avances sólo abrazando la idea de tolerancia. No arrestan a la gente por drogarse, a diferencia del resto del mundo. Eso yo no lo entiendo. Pero por otro lado ves interfaces tan bellas con las necesidades y los deseos de la gente, que pelean por sus derechos.



¿Cómo fue tu relación con John Lennon?
-Tuve una corta relación con John Lennon a fines del ’71 y principios del ’72. Yo estaba en prisión por dos años y medio por el crimen de poseer dos cigarrillos de marihuana. Había una moción en el estado de Michigan, donde yo vivía, para cambiar la legislación de drogas. Yo estaba tratando de unir apoyo para mi liberación y además para modificar las leyes y fui exitoso en las dos cosas. Cuando estábamos organizando esto, llamamos a los amigos y a todos los que conocíamos para conseguir apoyo en todo el país. Vino Jerry Ruben, quien era muy amigo de John Lennon y Yoko Ono en esa época, así que los invitó. Lennon me escribió una canción -"Free John Sinclair"-, la cantó y tres días después fui liberado de prisión. Luego de eso fui a Nueva York para agradecerles, así los conocí. Nos juntamos varias veces más porque estábamos en un proyecto juntos, contra la reelección de Nixon. Pero el gobierno emitió "The U.S. versus John Lennon", lo sorprendieron, lo sacaron del país y suspendieron sus actividades. Lennon era inglés, no tenía el derecho ciudadano a protestar, entonces lo sacaron del movimiento. No lo volví a ver.



-¿Cómo crees que debería ser la relación entre arte y política?
-Creo que el arte es la forma que tiene la sociedad para expresarse políticamente de manera conjunta. Políticamente soy humanista y socialista. Creo que un buen artista es el que sirve mejor a la humanidad, expresando las ideas y sentimientos en una perspectiva humanista, incluyendo a las personas y todas las criaturas. Debe ser un reflejo de lo que el mundo te inspira.



-¿Cuál crees que es la importancia de que se realicen festivales como éste?
-No lo sé, estoy esperando para ver, esta es la primera vez. Por eso estoy feliz de estar aquí y ser parte de esto, saber qué significa, qué es lo que está pasando. Creo que es una excelente idea. Estoy feliz de que la película de la historia de mi vida esté incluida, porque es una película sobre drogas (ríe).



-¿Cómo se gestó tu película?
-El director, Steve Gebhardt, participó en la realización de un filme sobre John Lennon y Yoko Ono, pero por problemas con el gobierno no lograban lanzarla. Para el año 1991, él y yo éramos muy amigos. Él me dijo "John, esa película nunca saldrá, pero todavía quiero hacer una película sobre ti y lo que has hecho en estos últimos veinte años". Por supuesto que es un film independiente, no teníamos fondos y en Estados Unidos no dan muchos, aunque conseguimos dos mil dólares para comenzar. Nos costó mucho, así que en 1998 cambiamos a video digital y así nos ahorramos el trámite del laboratorio, el revelado de la película, etc. Tuve el placer no sólo como personaje, sino también como co productor, lo que me hace muy feliz. Elegí la música, transcribí entrevistas. Fue una gran experiencia. Tuve el placer de ver la película con mis hijas, así pudieron ver partes de mi vida que no conocían para nada, por lo que fue muy bueno. Mi nieta tiene seis años, espero que en poco tiempo más veamos la película y diga "así que ese es mi abuelo". Es muy gratificante.

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