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Elisabeth Roudinesco: «las dictaduras siempre intentan dominar el inconsciente, pero fracasan» En su primera visita a Chile dictará charla sobre Salvador Allende en la UDP

Elisabeth Roudinesco: «las dictaduras siempre intentan dominar el inconsciente, pero fracasan»

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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Directos, polémicos y rigurosos son los trabajos de esta especialista -heredera del legado de Freud y Lacan-, que no han dejado a nadie indiferente. Para este artículo, entre otras cosas, analiza el triunfo del inconsciente por sobre los delirios mesiánicos del régimen militar de cambiar la estructura psíquica de la sociedad chilena. Un intento que tuvo su máximo referente en el homenaje al régimen que se hizo en Chacarilla, en 1977, donde 77 jóvenes, hoy varios en el poder, juramentaron fundar un nuevo Chile.


Elisabeth Roudinesco, experta en psicoanálisisFoto: Javier Liaño

Elisabeth Roudinesco, experta en psicoanálisis
Foto: Javier Liaño

A Elisabeth Roudinesco, una de las intelectuales más respetadas en Europa por sus estudios históricos sobre la psiquiatría y el psicoanálisis en Francia y autora de libros  polémicos como la biografía de Lacan («Lacan, frente y contra todo», 2012), -quien podría considerarse como el último de los grandes psicoanalistas europeos-,  una pregunta con tintes freudianos la inquieta desde el primer día que llegó a nuestro país: «¿Por qué en Chile se conmemoran los 40 años del Golpe?».

Desde una perspectiva histórica, psiquiátrica y emocional, Roudinesco entiende perfectamente los traumas sicológicos que experimentó el país durante 17 años y los delirios mesiánicos de la dictadura que intentó implantar en la conciencia de los chilenos su modelo de orden y disciplina. «¿Pero por qué se conmemora la instauración de una dictadura sangrienta y no el fin de la democracia?», se pregunta. ¿No es la muerte de Allende y las víctimas que dejó la dictadura el motivo suficiente para conmemorar?

Sobre este asunto, advierte de inmediato una “ambivalencia”:  “ Yo fui invitada para hablar de la memoria, para hablar Allende, pero en ¿qué marco?… en el de la conmemoración de los 40 años del Golpe. Eso es extraño”. Su cuestionamiento inicial se basa en lo que parece un contrasentido de la lógica; se recuerda el trauma y el horror, pero se conmemora el golpe.

Roudinesco  ha sido invitada a Chile por la Universidad Diego Portales para lanzar el Doctorado de Psicología de esta casa de estudios y dará las charlas  “La actualidad de Lacan” para la ocasión e «Historia y memoria: a propósito de Salvador Allende» dentro de la cátedra de la Memoria y Derechos Humanos de la UDP, que organiza en alianza con el Museo de la Memoria y el Instituto Francés de Chile.

Esta intelectual francesa conoce muy bien la experiencia de los regímenes totalitarios y su impacto en la sociedad, debido al trabajo que realizaron sus padres (Alexandre Roudinesco, médico de origen judeorrumano, y Jenny Aubry, psicoanalista francesa de origen judeoalemán) en la resistencia francesa a la ocupación nazi.  Es, por ese conocimiento y sus análisis históricos, que le provoca reflexionar sobre el sentido de  la “cura” a través de la «palabra», esencia primordial del psicoanálisis, y sobre el trabajo que cuesta que las sociedades aprendan a sacar la voz.

“Cuando hay un pasado traumático, viene un momento de silencio. Cuando se levanta la represión, se hace historia. Después viene la palabra. En Francia para la liberación del nazismo en el año 44 tuvieron que pasar 30 años para que se comenzara a hablar. Se hablaba de los héroes, de un país victorioso que se liberó del nazismo, se hablaba de los campos de exterminio, pero no se hablaba de las víctimas, ellas mismas no hablaban. En Chile pasó lo mismo. Primero se hizo historia y ahora se está sacando la voz. En este sentido la teoría freudiana se siente interpelada, porque es a través de la palabra que se transmite el conocimiento de generación en generación”, explica la doctora, tal vez recordando lo que hace poco más de cien años, el propio Sigmund Freud precisó: “La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tan tranquilizador y tan eficaz como lo son unas pocas palabras”.

El inconsciente: el verdadero rebelde

Debido a su formación como historiadora, la autora de  “Filósofos en la tormenta”  (un homenaje a Canguilhem, Sartre, Foucault, Althusser, Deleuze y Derrida) sabe que en general las dictaduras siempre tienen planes más allá de la dominación de las ideas a través de la violencia.

En Chile, esto quedó inmediatamente en evidencia al día siguiente del golpe. Tras el bombardeo a La Moneda el régimen se empecinó en borrar toda huella cultural de la Unidad Popular. La idea era sustraer del inconsciente colectivo todo el “ideario” popular y reemplazarlo por la cultura del orden y la disciplina. Así fue que rápidamente se borraron los murales, se renombraron las calles con nombres alusivos a gestas heroicas o mártires castrenses, se instauraron las ceremonias cívico-militares como las únicas actividades culturales y se dispuso del lunes como el día de homenaje a la bandera.

Para cambiar la estructura cultural y mental de los chilenos, el régimen militar dispuso de esfuerzos titánicos, emprendimientos que, según Roudinesco, se hacen en todas las dictaduras, del color que sean, pero al igual que todos, siempre fracasan. En este sentido también puede leerse el acto fundacional de Chacarillas, el máximo intento por homenajear al régimen que se hizo en 1977, donde 77 jóvenes, hoy varios en el poder, juramentaron fundar un nuevo Chile.

“Nunca en la vida se puede borrar el inconsciente. Todas las dictaduras siempre tuvieron como proyecto crear un hombre nuevo. Incluso en el comunismo, donde había un lindo ideal, de fabricar un hombre más feliz pero que tampoco resultó.  En el fascismo y el nazismo querían que ese hombre nuevo fuera una raza nueva, y existía la idea de exterminar  a quien no coincidiera. Las dictaduras fascistas siempre se han propuesto instaurar su propio orden, se basan en la idea del dominio de un tipo de hombre por sobre el otro; borrar el pasado para escribir uno nuevo. Ésa ha sido siempre la lógica de la extrema derecha. Basta con mirar en Francia el programa de (Jean-Marie) Le Pen para darse cuenta de que niegan el progresismo, que están en contra de la libertad de los homosexuales… en fin”.

Es en esta idea mesiánica de las dictaduras de construir una sociedad nueva, borrando todo el pasado, o de “extirpar el cáncer marxista” como decía Pinochet, que la intelectual francesa repara que siempre los dictadores se han propuesto cambiar la “psiquis de la nación, no sólo a través de la represión. Al que no se le ejecuta, se le intenta cambiar su psiquismo. Se busca impregnar de forma masiva el orden que se pretende establecer. Pero eso nunca funciona. Puede tardar, el problema es el tiempo, pero siempre fracasa. Siempre termina triunfando el inconsciente”.

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