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Nicolás Shea dice que el propio mercado está obligando al empresariado chileno a abandonar las malas prácticas Habla sobre la historia de éxito del programa de innovación y emprendimiento

Nicolás Shea dice que el propio mercado está obligando al empresariado chileno a abandonar las malas prácticas

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El fundador de Start Up Chile y ex asesor del Ministerio de Economía del Gobierno de Sebastián Piñera, afirma que el mundo cambió y algunos en Chile no se han dado cuenta. En una extensa entrevista, el economista de la Universidad Católica de Chile y MBA de Stanford, señala que ”hay una confrontación entre la manera en que se hacían las cosas que ya no es compatible con el mundo actual”. Destaca que el programa para fomentar el emprendimiento costó tan solo US$ 30 millones y puso a Chile en el mapa mundial de la innovación, ha financiado a más de 1.200 emprendimientos y tocado a 200 mil chilenos. Opina que en Chile hay barreras culturales y explica las razones del éxito de los argentinos.


A fines del año pasado, el Gobierno de Michelle Bachelet aseguró que 2016 será el año de la productividad. Es una de las apuestas para reactivar la economía.

A eso se suma un renovado interés en fomentar el emprendimiento como una forma para impulsar la inversión.

Ambas iniciativas son parte de la estrategia de La Moneda y el Ministerio de Hacienda para potenciar una alianza público-privada y generar confianzas con un empresariado abiertamente escéptico y crítico de la agenda del gubernamental.

El clima sigue estando crispado y los recientes casos de colusión no han contribuido a mejorar las confianzas.

Nicolás Shea, fundador de Start Up Chile y ex asesor de Juan Andrés Fontaine en el Ministerio de Economía del Gobierno de Sebastián Piñera, afirma que el mundo está cambiando y algunos en Chile no se han dado cuenta.

Hace unas semanas lanzó un libro que describe la historia de éxito del programa de innovación y emprendimiento que le costó tan solo US$ 30 millones al Estado de Chile y puso al país en el mapa mundial de la innovación.

En entrevista con ‘La Mesa’ de El Mostrador Mercados, el economista de la Universidad Católica de Chile y MBA de Stanford, señala que ”hay una confrontación entre la manera en que se hacían las cosas que ya no es compatible con el mundo actual”.

Shea es uno de los emprendedores más fecundos de Chile. Además de Start Up Chile, fundó el exitoso proyecto financiero Cumplo, como asimismo eClass y lideró el proyecto de la Asociación de Emprendedores de Chile.

Afirma que en nuestro país están pasando cosas y que la vieja forma de operar ya no sirve. “Chile no es distinto a la evolución de cualquier otro país. Naturalmente las personas tratan de defender sus posiciones”, manifiesta.

Explica que “están en colisión dos sistemas, un sistema que es mucho más cerrado e inclusivo y hay otro, una fuerza incontrarrestable, amparado en gran parte por la tecnología y la apertura que esto genera, por el rol mismo de ustedes, los medios de comunicación, para romper esas barreras”.

Dice que en Chile está pasando lo que Schumpeter, un importante economista Austriaco de mediados del siglo XX, describió como la diferencia entre un empresario y un emprendedor: “El emprendedor es el que quiere entrar y el empresario es el que no quiere que lo saquen”.

Dice que “afortunadamente el mundo ha evolucionado y hoy en día ya no puedes defender las posiciones dominantes como lo hacías antes. Hoy día hay gente que no ha entendido el nuevo mundo y sigue operando como en el mundo antiguo, y esos son los choques que estamos observando hoy”.

Hace referencia al caso de la Colusión del Confort como ejemplo de prácticas que ya no son aceptadas. “Hoy día ya no es admisible que tú eches la culpa o te desentiendas porque era un tema de tu gerente. Está bien, los incentivos de corto plazo tienen un lado perverso, pero quien lo define es el directorio y la ley dice que ellos son responsables incluso solidariamente con su patrimonio propio. Hoy en día la nueva economía impide que puedas sostener posiciones competitivas haciendo lo mismo”, apunta.

Una de las acusaciones que se le hace al sector privado en Chile es que, en general, el emprendedor chileno que tuvo éxito desde el retorno a la democracia, amparado por lo que fue un régimen militar que creó condiciones de libre mercado, se convirtió –con excepciones– en un empresariado rentista, que no arriesga.

“Ahora, si yo pudiera en Chile… o cualquier persona en cualquier parte del mundo que pudiera mantener las rentabilidades que ha tenido históricamente haciendo lo mismo, va a tender a hacer lo mismo. Y eso lo harías tú, lo haría yo. Eso ya no es posible, entonces la única manera de mantener esas posiciones es haciendo cosas que van más allá o siendo beneficiario de ciertas condiciones beneficiosas, y eso hoy día es lo que no se puede sostener porque esas condiciones beneficiosas se van a terminar por acabar», expresa.

Y acto seguido, dice: «Y por eso yo soy tan optimista, hoy día estamos en un punto, o en un clash como le dirían los americanos, hay una confrontación entre la manera en que se hacían las cosas que ya no es compatible con el mundo actual. Y eso es una muy buena noticia para el que quiera entrar. El mismo El Mostrador, este medio no existiría hace más de 10 años, hubiera sido imposible” (NdR: El Mostrador acaba de cumplir 15 años de existencia).

Sostiene también que el sistema regulatorio no ha sido una aliado del emprendimiento.

“En los países subdesarrollados el regulador termina siendo la mejor barrera de entrada para cualquier industria”. Agrega que “el regulador no tiene incentivo para apoyar a nuevo entrante, son gente que está con pocos recursos, con mucho tiempo, están pasando elefantes por enfrente y que no los ve. Antes, pelearte con el sistema estructural era muy peligroso porque eras muy vulnerable; entonces, cuando se empieza a distribuir el poder, la vulnerabilidad del ‘chico’ disminuye, y el que tiene más que perder es el ‘grande’”.

Start Up Chile, un proyecto exitoso

Dice que el programa ha sido un éxito por donde se le mire.

“Una preocupación que yo tenía como funcionario público, porque acá estábamos haciendo uso de recursos de los contribuyentes y obviamente uno tiene una responsabilidad de hacer un buen uso y yo creo que fue un buen uso. O sea, en total el Gobierno de Chile invirtió 30 millones de dólares, de los cuales ya se han invertido en estas Start-up más de 130 millones de dólares, se generó empleo para chilenos. Y el objetivo nuestro con Start-Up Chile era posicionar a Chile en el mapa mundial de la innovación», detalla.

Se explaya señalando que ha habido “una secuencia de buenas políticas en materia de innovación que se vienen haciendo incluso desde el mismo Nicolás Eyzaguirre, actual ministro de la Presidenta Bachelet, que partió el Consejo de la Innovación el año 2004, hace ya un buen tiempo. Creo que es muy bueno y es una señal en el fondo de cómo debiera ser, o sea, la ideología y esa cuestión de izquierda y derecha no corre. Acá queremos generar valor, queremos generar empleo, queremos generar innovación”, recalca.

Barreras culturales al emprendimiento

Shea cree que Start-Up Chile ha hecho una apuesta a la inmigración, ya que hay un tema cultural en los chilenos que nos hace conservadores al momento de emprender. “No estamos formateados para eso”, opina.

“Es totalmente un tema cultural. Yo no sé qué es lo que tienen los argentinos, no sé si será la ascendencia italiana o hay un tema también de masa crítica, pero los tipos son campeones del mundo en el fútbol, en polo, en básquetbol, son finalistas de las Olimpiadas, te fijas, entonces, esa cuestión es cultura. Se la creen», remarca.

Explica que, ademas, “Argentina tiene otras particularidades que la gente no las ve y que son como externalidades curiosas. Son tan malas las condiciones de vida para emprender allá, que ha forzado una fuga de talento argentino. Hoy día hay mucho argentino distribuido en los principales polos de innovación, que es una fortaleza hoy muy importante. Si tú ves hoy día países como India, Vietnam, Israel o Irlanda, que se han desarrollado rápido, es porque, por diversas razones, que generalmente están asociadas a hambruna, guerras civiles, la gente fuga y resulta que 50 años después se arma una masa crítica”.

Dice que Start Up Chile quizo aprovechar “la fertilización cruzada de traer inmigrantes extranjeros de todas partes del mundo. La inmigración se correlaciona muy bien con el emprendimiento, básicamente porque no conoces a nadie, nadie te contrata. O emprendes o te mueres. Por eso es que hay tanto emprendedor inmigrante”.

Revela que, cuando propuso el programa al ministro Fontaine, le dijo que hicieran lo mismo que hizo Vicente Pérez Rosales hace 160 años. “En ese minuto querían pacificar La Araucanía y ningún chileno estaba dispuesto a cruzar el Toltén, entonces trajeron alemanes. Y les decían ‘mira, ahí tienes 20 hectáreas, 3 chanchos, 2 vacas y un kilo de clavos, que te vaya bien’. Y después llegaron los Suizos, los croatas al norte, y así fue la colonización. En este minuto dijimos ‘si queremos conectar a Chile con la nueva economía y con el mundo, bueno, mandemos a gente para afuera, pero también traigamos extranjeros que se vengan a Chile al menos por 6 meses’. Entonces Start-Up Chile al final es un subsidio para emprendedores en etapas tempranas, independiente del país de origen”.

Para ver la entrevista completa, haga clic aquí o entre directamente a El Mostrador TV.

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