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EEUU sondea apoyo militar de India y Turquía

En la nueva propuesta presentada por EEUU al Consejo de Seguridad, los aliados se reservan el control administrativo de Irak y no entregan un calendario claro para la reconstrucción ni el reintegro de la soberanía a los iraquíes. Se trata, en el fondo, de pedir ayuda militar y económica por medio de un guiño al multilateralismo de las Naciones Unidas.


En medio del caos iraquí, muchos ven en el gesto de Washington y Londres una nueva oportunidad para la ONU; todos hablan de una derrota de los halcones de la administración norteamericana, la cual se ha visto obligada a solicitar el apoyo de la ONU. Sin embargo, para otros, como el analista indio R.K. Rath: "Eso responde a una visión reduccionista del asunto, porque toda la administración esta embarcada en lo mismo: sea Powell o Rumsfeld. Solo a los medios les gusta ver disputas donde no las hay", sostiene.



Pese a ello, es innegable que una nueva resolución sobre Irak puede significar "el todo o nada" para la ONU en su afán de recobrar una cuota de credibilidad y, más importante, de poder.



La oportunidad se ve auspiciosa si se considera que la administración Bush está en la cuenta regresiva, las elecciones son en poco más de un año y los problemas domésticos -especialmente económicos- hacen cada vez más difícil la reelección, por lo que recomponer las relaciones al interior del Consejo de Seguridad aparece como una buena oportunidad para anotarse un éxito en el plano internacional, ya no para conseguir la aprobación para ir a la guerra, sino para frenar el descontento de una pacificación que no termina por consolidarse.



Pero no solo el costo financiero de la ocupación presiona a EEUU. También está en juego la imagen de la principal potencia mundial ante el fracaso evidente de la ocupación. Aunque ésta, según Karl Rove, el poll master (estratega electoral) de la dupla Bush-Cheney, es todavía salvable. Según Rove, la tesis central de la lucha contra el terrorismo y la doctrina de seguridad basada en la acción preventiva, no ha sido derrotada.



Sin embargo, es una batalla contra el tiempo. Porque mientras EEUU solicita ayuda a la ONU, no está dispuesto a entrega un margen mayor de acción al organismo multilateral. Además, no se prevee que Washington presente un nuevo borrador que permita zanjar las diferencias que subsisten, por lo que "habría" que acomodarse a lo que Bush está solicitando.



Pasan los días y los meses, y la ocupación no da un indicio de haber sido el expediente correcto para enfrentar el terrorismo. Al mismo tiempo, las agencias y los reporteros apostados en Irak reflejan una situación de desconsuelo. Nuestras propias fuentes en el país, describen una situación caótica con los servicios básicos funcionando a menos de un cuarto de la capacidad que tenían antes de la invasión.



La delicada opción India



En el último borrador presentado al Consejo de la ONU, EEUU está incitando a India a asumir el trabajo sucio en Irak, mientras las tropas estadounidenses inician el regreso a casa.



La petición aliada de crear una fuerza multinacional está centrada en las posibilidades del apoyo indio y turco. Sin embargo, el recientemente nominado ministro de Relaciones Exteriores de Irak, Hoshyair Zebari, ha declarado que las tropas turcas no son bienvenidas en el país, por lo que sólo quedaría la opción india, la que de concretarse, podría extender el conflicto más allá de la zona del golfo.



Según la analista inglesa Simon Tisdal, hasta ahora, las operaciones en Irak han tenido un costo total de 70 mil millones de dólares, a los cuales habría que agregar otros 60 a 80 mil millones para alcanzar una fase primaria de pacificación y reconstrucción. Todo en un contexto de un Irak pacificado.



Para lograr este objetivo, Washington quiere contar con el apoyo militar de dos poderes regionales como son India y Turquía, los cuales podrían movilizar tropas a un costo menor que el que demandaría mover a la OTAN o a los cascos azules de la ONU. Sin embargo, las opciones turca e india generan "ruidos" que podrían hacer que el "remedio sea más oneroso que la enfermedad".



Según el analista del prestigioso semanario indio Economic and Political Weekly, Iwad Laiq, la idea estadounidense consiste en estacionar tropas indias en el norte iraquí, específicamente en la zona kurda de Mosul, para controlar la frontera con Irán.



Es difícil, según Laiq, que su país acepte la proposición. "EEUU podrá continuar siendo un amigo distante de India, pero Irak, Irán y toda la región del golfo, serán siempre sus vecinos cercanos, ligados por historia y geografía", por lo que, agrega, "dejando a un lado cualquier tentación moral o ideológica, en términos esenciales de realpolitik, lo más sensato es no granjearse el encono de nuestro vecindario, el cual, en forma aplastante, es anti-estadounidense".

Sin embargo, India puede caer en la tentación de aliarse a EEUU y el Reino Unido si cree que esta ayuda militar podría servirle para resolver el principal problema que enfrenta en el plano internacional: la disputa histórica con su vecino Pakistán por la provincia musulmana de Cachemira.



En la eventualidad que Washington logre el concurso indio, tiene que tener claro que está metiendo una cuña a un conflicto entre dos países con poderio nuclear. Lamentablemente, EEUU ha demostrado que acostumbra establecer relaciones de conveniencia de corto plazo, que no se sustentan en el tiempo, sobre todo en tiempos de elecciones.



Si finalmente, el Gobierno indio actúa como poder subsidiario en la ocupación de Irak y se pliega a la política hegemónica de EEUU, el escenario que se vive actualmente en la zona del golfo, podría extenderse desde Gaza hasta la zona del Bramaputra.



La difícil resolución de consenso



En el borrador de resolución presentado por los EEUU y el Reino Unido se esquivan dos temas centrales: fijar un horizonte temporal para el término de la ocupación y el financiamiento que demanda la reconstrucción. En este último ítem, los aliados no están dispuestos, por ahora, a transar y mantienen sus prerrogativas como poderes ocupantes, manejando la transición hacia un nuevo Gobierno y nuevas instituciones.



La propuesta de Washington se ha encontrado, como era de esperar, con el rechazo abierto de Francia y Alemania, eje que goza del apoyo de otros miembros del Consejo que también esperan que EEUU e Inglaterra cedan cuotas de poder a la ONU, como han informado medios como la CNN y otros cercanos a la política de Bush.



Sin embargo, a nadie se le escapa el hecho de que compartir el "poder" en la administración del convulsionado Irak, puede ser una verdadera trampa, ya sea para una ONU robustecida o para una especie de "consorcio" internacional que incluya a todos los miembros del Consejo de Seguridad.



En este sentido, la postura de los EEUU y del Reino Unido está dando señales de realismo: en las actuales circunstancias, se requieren fuerzas militares de recambio, además de un mayor respaldo económico. Sin embargo, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, no se muestra muy convencido. En sus últimas declaraciones a la prensa ha reiterado que "no desea involucrar militarmente a la ONU en Irak".



Tal vez Annan está jugando sus cartas para obligar a los aliados a entregarle a la ONU mayor responsabilidad en la reconstrucción profunda del país y no solo un rol de "policía" internacional que aliviane la carga que se han echado al hombro EEUU y el Reino Unido. En este sentido, los aliados, al pedir el apoyo a la ONU, están reconociendo, en la práctica, el fracaso de su plan original de invadir, ocupar y reconstruir Irak en un breve plazo.



Este "gallito", en todo caso, no puede eternizarse. La renuencia de las Naciones Unidas para entregar un cheque en blanco -en apoyo militar y financiero- debe resolverse rápidamente para impedir que la situación degenere todavía más. La posibilidad de una fragmentación de Irak y el estallido de una guerra civil no es una idea descabellada. Incluso, analistas de la revista Foreign Affairs, una suerte de medio oficial del Departamento de Estado, la han consignado en sus últimas ediciones.



La paradoja de la ocupación de Irak es que EEUU y el Reino Unido destruyeron una nación -con un bloqueo económico de una década y una invasión-, y no tienen la capacidad para pacificar al país ni para reconstruirlo. El que acudan ahora a la ONU, organismo que les negó la legitimidad, no solo está demostrando que Washington y Londres no tienen el menor respeto por el órgano multilateral, sino que ni siquiera parecen respetarse a sí mismos.





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