En un espacio musical donde el rock clásico ha perdido fuerza, el conjunto británico The Darkness lanza al mercado su debut discográfico, Permission to land. Este grupo de diez canciones viene a homenajear a bandas clásicas de los ochenta, utilizando la estética y la base armónica de los desaparecidos Rock Star.
Reviviendo lo mejor del metal-rock de los ’80, aparece la banda británica, The Darkness con su disco debut, Permission to land. Con un estilo que intenta seguir la línea dejada por Black Sabbath, AC/DC o Deep Purple, el conjunto arma un refrito de dejos musicales del rock clásico para tributar (o copiar para algunos) a bandas emblemáticas de décadas pasadas.
The Darkness y esa particular prestancia ante la escena musical, con pantalones de cueros, pelo largo y una actitud típica de "los Rock Star" de antaño, vienen a intervenir el mundo del rock, aportando con una grata dosis de nostalgia. Influenciados estilística y armónicamente por bandas de finales de los setenta y comienzos de los ochenta, el cuarteto inglés logra conformar un trabajo discográfico un tanto parodico (parecen reírse del concepto del rock star) pero que el en fondo admiran y tributan.
Mediante el carismático y talentoso vocalista Justin Hawkins, diversos temas permiten rememorar canciones enterradas -o tan solo llenas de polvo-. Su capacidad para alcanzar notas altas sin parar mediante aquellos gritos tipo Ozzy Osbourne, junto al sólido y potente sonido creado por la banda, hacen de Permission to land, algo más que un poco de recuerdos.
Es un hecho que el conjunto a reencontrado a Inglaterra con las raíces de su rock. Para bien o para mal -se ha dicho que el vocalista es un intérprete de segunda- The Darkness no ha pasado desapercibido. Su propuesta musical y de puesta en escena ha vuelto a revolucionar y de cierta forma a renovar, viejos y entrañables sonidos. Es cierto que para los amantes fervientes y acérrimos del metal-rock de los ochenta, Permission to land puede significar una ridiculez o incluso un insulto a bandas de culto.
Sin embargo, para los fans menos exigentes, el disco puede representar una de las revisitaciones de rock clásico más intensas y sugerentes de los últimos años. Tal sea muy apresurado catalogarlos como los salvadores del glam-rock, pero esa actitud de "estrella de antaño", provocativa y desafiante, sin duda genera interés y expectación. Es un hecho que The Darkness no apareció en el mundo de la música para innovar, pero si para recordarnos un estilo y dar una mirada hacia atrás.
El primer corte del álbum es Black Shuck, un tema bastante guitarrero, donde su vocalista da los primeros atisbos de su fuerza interpretativa y ese aire de "esto ya lo he escuchado, pero me gusta". En la misma línea le siguen Get your hands off my woman y Growing on me. Otros de los temas que destacan son I believe in a thing called love, Love is only a feeling (un balada tipo Motley Crue), Love on the rocks with no ice y Holding own.
Independiente de su evidente base de influencias, Permission to land se agradece dentro de un espacio donde el rock clásico ha perdido fuerza. Y en ese sentido, The Darkness, pese a la mayor o menor aceptación por parte del público, es un aporte. Nunca está demás un poco de nostalgia musical y este disco es el ejemplo más reciente de ello.