Texto fue aprobado por 104 votos a favor, 54 en contra y 22 abstenciones.
El plenario de la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución impulsada por la Unión Europea (UE) que, por primera vez, insta a la declaración de una moratoria internacional en la aplicación de la pena de muerte.
El texto fue aprobado por 104 votos a favor, 54 en contra y 22 abstenciones, mientras que cinco de los 192 países que conforman el órgano legislativo de las Naciones Unidas no participaron en la votación.
Esta es una mayoría más amplia de la conseguida en noviembre pasado, cuando recibió también un amplio respaldo del Comité de Derechos Humanos de la Asamblea General, lo que convertía en automática su adopción en el plenario.
La resolución, que no es vinculante como todas las de la Asamblea, expresa la preocupación por la continuada aplicación de la pena de muerte y llama a los países que la mantienen en sus códigos penales a que «establezcan una moratoria de las ejecuciones con miras a abolirla».
También pide el respeto de los estándares internacionales que garantizan los derechos de los condenados y a la progresiva reducción de los delitos que se castigan con la muerte.
La adopción de la moratoria supone un triunfo para los opositores de la pena de muerte, que desde 1993 habían intentado sin éxito que la Asamblea General aprobara una medida similar.
El ministro italiano de Exteriores, Massimo D’Alema, cuyo país fue uno de los principales impulsores de la moratoria, se felicitó por «la coalición interregional» de países asiáticos, europeos, americanos y africanos que votó en favor de la resolución.
«Creo que la adopción de esta resolución es un gran primer paso, pero la campaña debe continuar», apuntó.
D’Alema negó que la resolución fuera una «interferencia» en los asuntos internos de otros países, que fue uno de los principales argumentos de sus oponentes.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la aprobación del texto en una declaración leída por su portavoz, en la que señala que «la votación de hoy representa un paso audaz de la comunidad internacional».
«Me anima particularmente el apoyo a esta iniciativa expresado por diversas regiones del mundo. Es una prueba adicional de la tendencia a finalmente abolir la pena de muerte», agregó.
Al contrario que en años pasados, los patrocinadores del documento piden una moratoria, en lugar de una abolición definitiva.
Países como Singapur, Botsuana o Egipto acusaron en su día al bloque europeo de sembrar la discordia entre la comunidad internacional con una medida polémica y de seguir «prácticas colonialistas» que se entrometen en los asuntos internos de otros países soberanos.
Aunque no es vinculante, los promotores de la resolución aseguran que supone un respaldo moral en la lucha en favor de la abolición de la pena de muerte.
El secretario general de la organización italiana contra la pena capital «Nessuno tocchi Caino» (Que nadie toque a Caín), Sergio D’Elia, consideró que este es «el comienzo del fin del Estado asesino».
«Con esta resolución, las Naciones Unidas, por primera vez, declaran que la pena de muerte es un asunto de derechos humanos y que su eliminación representa un progreso serio para el mundo en este campo», apuntó,
Un total de 133 estados miembros de la ONU han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica, y solo 25 países llevaron a cabo ejecuciones en 2006, de las cuales el 91 por ciento se registraron en China, Irán, Irak, Pakistán, Sudán y EE.UU., según datos de Amnistía Internacional.
Precisamente, el estado de Nueva Jersey abolió este lunes la pena capital y se convirtió con ello en el primero de Estados Unidos en tomar una decisión así desde que en 1976 se restauraron las ejecuciones en todo el país.
En conjunto, el número de ejecuciones cayó en más de un 25 por ciento en 2006, cuando se aplicaron al menos 1.591 penas de muerte en 25 países, frente a las 2.148 de 2005, de acuerdo con la organización de derechos humanos.
