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Un manual que descubre Aysén, lejos del chovinismo peligroso y ramplón

Patricio Segura
Por : Patricio Segura Periodista. Presidente de la Corporación para el Desarrollo de Aysén.
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Hemos publicado un libro. En realidad, hemos publicado la nueva edición de un libro. “Manual de Carreño de la Patagonia Aysén” se llama. Dos punto cero.

Junto a Nelson Huenchuñir hemos puesto esta obra a disposición de la región. De todos quienes vivimos en esta tierra. Los nacidos y criados, los venidos y quedados. Los de ayer, los de hoy, los que vendrán.

Desde el momento en que llegué hace 20 años ya, me encanté con sus cualidades. Con su territorio, su naturaleza. También con su humanidad.

Han sido estas, dos décadas de enamoramiento cotidiano. En sus mañanas frías de la putamadre, en sus rutas polvorientas como las que más. En sus islas voluptuosas, en sus momentos de contrariedad.

Es este un trozo de suelo que se cae al sur del mundo. El que recibió con rigor y dones abiertos a los llegaron primero, antes incluso que los chilenos pioneros. Esos pueblos originales que conocieron la Patagonia previo a que cualquier civilizado occidental musitara siquiera su nombre.

Pero no nos confundamos. El afecto por la Patagonia no puede ir unido al desprecio por lo de más allá. El respeto por los patagones no debe ser sinónimo de desdén por quienes no han nacido acá. Creerlo es reproducir valores que mucho daño y sangre han regado en la historia de la humanidad. Sentimientos llenos de individualismo y autoritarismo, hermanos de una violencia simbólica y real que es la que sí debemos desterrar.

Esa repentina aversión a lo foráneo, en realidad a cierto tipo de foraneidad, es lo que hemos visto en el último tiempo de parte de algunos actores. Falsos liderazgos que aprovechando una especie de vacío de sentido regional se empeñan marcar las supuesta diferencia entre lo local y lo global, cuando en realidad están empeñados en reproducir en Aysén los errores que en otras latitudes, más “civilizadas”, están dejando atrás.

El chovinismo ramplón del cual se cuelgan no es más que una forma de encubrir su desarrollismo, esa enfermedad que ve en el crecimiento económico infinito y material la única solución a los problemas que aquejan a vastas comunidades. Obvian así que en realidad es ella el origen de tales males. Disimulan que la arrogancia de alzarnos sobre la naturaleza y otros seres humanos como conquistadores ahítos de satisfacción es el origen del error. Y nadie puede solucionar un problema utilizando el mismo paradigma que lo generó, dijo un hombre hace décadas atrás.

Y con esta mirada en ristre las emprenden contra la conservación y la restauración ecosistémica, apoyan el control masivo de derechos de agua por empresas hidroeléctricas, y se visten de gauchos mientras transan al mejor postor la vida de la Patagonia. Esa que será el sustento del futuro. Que es el atril donde se compone la sinfonía del hoy.

Lo he escuchado y vivido en muchas ocasiones. La frase del “no naciste en Aysén”, “no eres nacido y criado” y “no viviste los crudos inviernos” se utiliza cada cierto tiempo para desautorizar desde la posición personal el argumento que de otra forma es imposible de rebatir. Éticamente difícil de doblegar.

Quienes creemos en Aysén Reserva de Vida, los nacidos y criados, los venidos y quedados, confiamos en cambiar este paradigma. De uno individualista y excluyente, a uno colectivo y de la inclusión.

Manual de Carreño de la Patagonia Aysén”, nuestro aporte al patrimonio cultural, natural de Aysén, tendrá un espacio en cada una de las escuelas y bibliotecas de la región. Para que los niños de esta tierra conozcan sus raíces, desde el amor, desde el cariño por lo propio.

Esa es la tarea final. Donde el repudio por el otro no sea herramienta ideológica ni política, como algunos supuestos líderes de Aysén están empeñados instalar.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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