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La historia detrás de la Tarjeta Verde que tiñó al Estadio Nacional

Víctor Gutiérrez
Por : Víctor Gutiérrez Co-Fundador y Director Internacional, Fundación Fútbol Más.
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La campaña “América Nos Une”, creada por Fundación Fútbol Más y Unicef, y apoyada por la Selección Nacional de Fútbol, ha derribado el mito de que en nuestro continente no se tiene respeto por las otras naciones, especialmente cuando se trata de eventos deportivos.

En el partido que sostuvieron las selecciones de Chile y Ecuador, a más de alguno le debe haber causado sorpresa que el Estadio Nacional se pintara de verde durante la entonación del himno visitante. Los que tuvimos la suerte de presenciar el evento podemos atestiguar que se generó una instancia especial, donde el colectivo hizo prevalecer un sentimiento positivo, manifestándose de manera creativa y pacífica.

Como muchos ya saben, dicha manifestación colectiva se llevó a cabo por medio de una simple Tarjeta Verde, pero lo que muchos no saben es que esa tarjeta lleva siete años paseándose por las multicanchas de los barrios, en distintos rincones de Chile. La Tarjeta Verde se ha levantado miles de veces en los más diversos paisajes de nuestro país, siendo la formadora de diversas generaciones en más de 60 barrios a nivel nacional.  En las siguientes líneas quisiera contar un poco de la historia de la Tarjeta Verde y de la Fundación que está detrás de ella, Fundación Fútbol Más.

[cita] Desde esa reflexión nace la “Tarjeta Verde Fútbol Más”, un símbolo que no busca expulsar ni amonestar, sino que se enfoca en premiar y compartir las cosas positivas de la vida: el cariño de una madre, el compañerismo de un equipo de fútbol, la organización de una comunidad para mejorar sus espacios públicos, y tantas cosas valiosas que suceden día a día alrededor de nosotros y que muchas veces pasamos por alto.  [/cita]

El año 2008 tuve el privilegio de ser cofundador de la Fundación Fútbol Más. La iniciativa fue creada por cuatro jóvenes chilenos, y se inserta en el corazón de los barrios, sus multicanchas, desarrollando talleres sociodeportivos con el objetivo de traspasar habilidades para la vida a niñas y niños, y fortalecer el capital social en sus comunidades.

Para lograr aquello, decidimos enfocarnos en crear una metodología que resaltara y pusiera como ejemplo a las buenas personas, los buenos hijos, las buenas madres, los buenos amigos  y los buenos vecinos que conviven en nuestros barrios a diario. Así tomamos la decisión de enfocarnos en lo positivo, en desmedro de lo que falta, ya que si nuestro lente está puesto en la ausencia, nunca podremos generar cambios positivos en los niños, sus barrios y la sociedad.

Desde esa reflexión nace la “Tarjeta Verde Fútbol Más”, un símbolo que no busca expulsar ni amonestar, sino que se enfoca en premiar y compartir las cosas positivas de la vida: el cariño de una madre, el compañerismo de un equipo de fútbol, la organización de una comunidad para mejorar sus espacios públicos, y tantas cosas valiosas que suceden día a día alrededor de nosotros y que muchas veces pasamos por alto.

A medida que la fundación fue llegando a más rincones de Chile, la “Tarjeta Verde Fútbol Más” superó todas nuestras expectativas y tomó vida propia. Es así como las personas involucradas en el barrio la sacaron de la cancha para hacer visible lo positivo de la vida en las casas, los colegios, los almacenes y las plazas.

Con el transcurso de los años, esta herramienta pedagógica fue cargándose de la magia y lo positivo del Chile profundo y se convirtió en un símbolo de resiliencia y esperanza para los que han sido parte de la Fundación.

El espíritu y los valores de la Tarjeta Verde estuvieron presentes cuando un adolescente del barrio El Palomar, en Copiapó, caminó por horas luego del alud que afectó la zona, sólo para asegurarse de que sus compañeros de Fútbol Más estuvieran bien. También se levantó la Tarjeta Verde cuando un niño de descendencia Aymara, de la localidad de Pintados, invitó a la cancha a su abuelita para ver el primer entrenamiento de Fútbol Mas que se hacía en aquel remoto pueblo de la pampa. La Tarjeta Verde ha estado presente desde hace tres años en Constitución, y está cargada con todo el proceso de reparación que ahí han vivido las niñas y niños afectados por el tsunami. Y en el 2014 estuvo animando a los iquiqueños del barrio Dunas III, cuando tuvieron que dormir por semanas en la multicancha del barrio por causa del terremoto.

La Tarjeta Verde se ha cargado durante seis años de todas las sonrisas y el esfuerzo de las madres del sector de Bajos de Mena, comuna de Puente Alto, las que apoyan a sus niños contra viento y marea, creando un espacio protegido para la infancia, en barrios que han sido estigmatizados por la opinión pública.

En esta Copa América, 50 mil almas han pintado el nacional de verde enviando una señal de respeto y cariño a Ecuador, México, al continente y al mundo entero. El Estadio Nacional fue testigo de toda la carga positiva, las alegrías y las historias que la “Tarjeta Verde Fútbol Más” ha acumulado durante más de un lustro de trabajo en 60 barrios de nuestro país.

En los tiempos actuales, donde se nos presentan tantos desafíos como sociedad a veces cuesta detenerse a observar que nuestro país y nuestra gente están llenos de virtudes y valores preciosos. El deseo de rescatar aquel tesoro guardado en nuestra sociedad, es el que nos debiera guiar en la búsqueda de nuevas soluciones y maneras de convivir como nación.

Si cada uno premiara en su día a día las acciones que ameritan una Tarjeta Verde, estoy seguro de que nos convertiríamos en personas aún más felices y colaboraríamos con la construcción de mejores ciudadanos, barrios más unidos, ciudades más prósperas y un Chile del que todos sigamos estando orgullosos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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