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Corrupción y confianza: ‘Esto es como la virginidad, se pierde una sola vez’

«Si Lagos tuviera la suerte de que la economía mundial tire para arriba y este año esté fantástico y el que venga crezcamos al 5 por ciento y el 2005 al siete por ciento, ciertamente cuando Lagos termine su período, nadie se va a acordar de este episodio», dice el director de la facultad de Historia de la UC.


Aunque en Chile existe una tradición de ser un país poco corrupto y donde hasta hace unos años la austeridad era un bien nacional, la corrupción no es nueva, pero tampoco abundante. Así lo recordó el director del Instituto de Historia de la Universidad Católica, Cristián Gazmuri.



Los escándalos de corrupción comenzaron en el gobierno de Bernardo O’Higgins, cuyo consejero José Antonio Rodríguez Aldea "se metió en negociados con compras de provisiones para el Ejército". Esto, al final del gobierno le costó a Rodríguez el exilio en Perú.



En el gobierno de Manuel Bulnes, el ministro Manuel Camilo Vial fue acusado por nepotista y "eso ya es corrupción". El mismo secretario de Estado también se equivocó con unos balances del presupuesto y dijo que el superávit era mayor a lo que era. Además, antes de renunciar por este episodio se hizo nombrar fiscal de la Corte Suprema.



Pero los escándalos siguieron y en el gobierno de José Manuel Balmaceda, "hay historiadores que lo discuten, pero la mayoría dice que si, tenía a sueldos a muchos abogados, el principal fue Julio Zegers". La principal acusación era que pese a las contrataciones, ellos no trabajaban para el Estado.



Ya en el siglo XX, quienes fueron los más acusados fueron los gobiernos radicales. "Ahí hubo corrupción chica del tipo crear empleos y dárselos a los radicales amigos. Ahora robos en gran escala, no, no se han comprobado", revisa Gazmuri.



Otro de los presidentes que tuvo problemas de corrupción fue el de Jorge Alessandri. "Cuando vino el problema de la subida del dólar, estaba Hugo Rosende como asesor y a él se le acusó de saber días antes de esta alza y comprar una buena cantidad de dólares", indicó.



"En el gobierno de Pinochet no había mucha posibilidad de hacer oposición pública, pero toda la venta de empresas a particulares que estaban ligados con el gobierno. Ahí también hay corrupción, lo que pasa es que en esos años no se podía decir eso", agregó.



¿Alguno de estos episodios puso en jaque la gobernabilidad?
– En el segundo gobierno de Ibáñez, ciertamente hubo episodios que inquietaron mucho al gobierno. A María de la Cruz que era senadora de su tendencia la desaforaron y eso obviamente que complicó mucho a Ibáñez.



-¿Cuál fue la reacción de la oposición?
– De denuncia, fuerte.



Corrupción y política



Según Gazmuri, a pesar de estos casos, Chile es un país "notablemente poco corrupto. De los países de Latinoamérica, Chile es posiblemente el país con menos tradición de corrupción".



"El tremendo escándalo se ha dado justamente porque esto es una cosa muy poco usual en Chile. En el caso de Carlos Cruz no me atrevo a decir nada porque ahí la cosa está recién empezando y en el caso de los diputados, o en el caso de Patricio Tombolini, -si llega ser verdad- son sumas rascas, 15 millones de pesos, es lo que vale un auto de precio medio. Si tú te robas 15 millones de pesos en Argentina o en México se ríen del tipo por rasca, porque en esos países cuando se roba, se roba en serio, de diez millones de dólares para arriba", añadió.



¿El caso coimas reafirma el sentir popular de que siempre la persona que tiene poder roba?
– Claro, ciertamente que todo esto produce ese efecto. Porque, Chile y la clase política tienen una tradición de honestidad bastante fuerte.



¿Afecta a las confianzas en la política?
– Claro que lo afecta. Afecta a los políticos y a la política como actividad. Y ahí provoca un daño porque la política finalmente es una actividad que es necesaria, porque cuál es la alternativa al sistema democrático ¿la dictadura?



"Hemos comprobado que en las dictaduras hay males infinitamente peores que estos casos de corrupción, que si se prueban que son ciertos, no son tan grandes tampoco. Porque imagínate que Cruz haya hecho realmente una cosa incorrecta, no me adelanto a decirlo sin el fallo, pero no creo que esa plata haya caído en su bolsillo", agregó.



Según dijo Gazmuri, "en Chile no hay una tradición de corrupción, por eso estos casos llaman mucho la atención".



¿Cómo soluciona este conflicto el gobierno, teniendo en cuenta que los supuestos responsables ya no están en sus cargos y que, por lo tanto, no hay cabezas que cortar?
– Hay que arreglar las leyes. Si existe un Estado ineficiente tal como está lo que hay que hacer es flexibilizar las leyes. Tampoco se trata de que sean absolutamente permisivas, pero tienen que haber puntos intermedios.



"Lo ideal sería que el gobierno hiciera otras cosas. Creo que las ha hecho y que Lagos ha tenido muy mala suerte. Si la opinión pública se da cuenta de esto, obviamente ayuda a equilibrar los análisis", añadió.



¿La corrupción en gobiernos anteriores fue regalarle el poder a la oposición?
– No sé. En el caso de Ibáñez ganó la oposición porque fue un gobierno pésimo, más allá de los escándalos. Y ciertamente, en el caso de Jorge Alessandri no fueron las acusaciones contra Hugo Rosende: La derecha no tenía ningún proyecto político y eso fue lo que hizo que la derecha perdiera la elección.



¿La alternancia en el poder garantiza el fin de la corrupción?
– No, para nada. El gobierno que llega puede hacer las mismas cosas, a lo mejor se cuida un poco más al principio, pero los gobiernos son largos, duran seis años.



¿Qué pasa con el nepotismo como forma de corrupción?
– En Chile hay un poco de nepotismo, pero eso pasa en todo el mundo, en todas partes hay clanes. Chile lo tolera, y no sólo lo tolera, sino que en el caso de los presidentes incluso da carisma.



¿Y en el nivel más bajo, en el caso de trabajos, por ejemplo, en los ministerios?
– Eso está siendo cada vez más mal mirado. Lo que pasa es que en el siglo XIX y a comienzos del pasado donde eran 300 familias las dueñas del país esto era natural, pero ahora no, y el pituto es mal mirado.



¿Cuál es la memoria histórica de la gente sobre estos casos de corrupción?
– En política se puede morir varias veces. No creo que en el caso de los involucrados signifique necesariamente la muerte política.



¿Con los casos anteriores de corrupción, cómo se recuperó la confianza?
– Esto es como la virginidad, se pierde una sola vez. Pero se puede recuperar un poco. Si Lagos tuviera la suerte de que la economía mundial tire para arriba y este año esté fantástico y el que venga crezcamos al 5 por ciento y el 2005 al siete por ciento, ciertamente cuando Lagos termine su período, nadie se va a acordar de este episodio, pero si seguimos con un crecimiento que para lo que es el contexto latinoamericano es bastante bueno, pero que en sí no es bueno, esto no se va a olvidar.



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