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Zahler pide flexibilidad de políticas económicas frente a crisis externas

Ex presidente del Banco Central y consultor internacional, sin referirse a la coyuntura, demandó adoptar políticas más flexibles en materias macroeconómicas para distribuir mejor los efectos de las crisis que periódicamente sufre el país. También dijo que el principal desafío de mediano plazo de Chile es pensar cómo ocupar bien los enormes ahorros fiscales por el alza del cobre.


El ex presidente del Banco Central, y actual director de la banca privada, Roberto Zahler, demandó la noche del jueves mayores grados de flexibilidad en la política económica, de modo de distribuir mejor los costos de las crisis externas que enfrenta regularmente una economía crecientemente abierta como la chilena.



En una de sus pocas intervenciones del año -no da entrevistas y el año pasado hizo sólo una aparición pública- el consultor internacional se cuidó de no referirse directamente a los problemas que tiene actualmente la economía nacional, pero dio a entender que, por ejemplo, en materia de tipo de cambio, no siempre ha resultado recomendable la visión clásica de dejar su determinación exclusivamente al mercado.



Zahler, quien ha ocupado cargos de relevancia en el FMI y el Banco Mundial, insistió también en que uno de los principales desafíos de la economía chilena, más allá de la coyuntura actual, es definir el destino de los millonarios recursos que ha acumulado el Fisco producto de los altos precios del cobre, tema al que ya se había referido a mediados del año pasado, en momento en que se debatía el destino del superávit estructural de la economía.



El economista intervino anoche en el lanzamiento del libro "Chile entre el neoliberalismo y el crecimiento con equidad", del economista de la Universidad de Chile Ricardo Ffrench Davis, en el que participaron también el presidente de la Sofofa, Bruno Phillipi y el senador Carlos Ominami.



El profesional, en el contexto de su alocución, cuestionó que en otros años la economía chilena se haya concentrado solamente en el control de la inflación y no así del crecimiento, por ejemplo, en 2002 y 2003, donde la inflación fue extremadamente baja -lo que fue muy aplaudido en su oportunidad-, pero la expansión estuvo entre el 2,0 y el 4,0%, muy por debajo de las cifras de crecimiento potencial.



Zahler rescató, de la publicación de Ffrench Davis, el énfasis colocado en la necesidad de hacer confluir el PIB potencial con el crecimiento real de la economía, destacando que colocar eso como un objetivo central de las políticas económicas marca un diferencia sustantiva respecto de lo actual, en que este elemento tiene el caracter de un resultado residual de las políticas.



En referencia a los altos recursos que ha acumulado el Fisco, producto del alto precio del cobre, el experto reiteró que el país tiene uno de sus principales desafíos en pensar cómo va a utilizar estos grandes recursos para apoyar y aumentar la productividad y la competitividad de la economía, y desde el punto de vista social, en su impacto distributivo, «sin generar efectos nocivos en la macroeconomía», apuntó.



Las declaraciones del economista se producen justamente cuando este viernes el comité de expertos que asesora a Hacienda en el destino de estos enormes recursos fiscales guardados en el exterior, tiene una sesión de trabajo, según confirmó uno de sus integrantes, el economista Andrés Sanfuentes.



«Pienso que el desafío más grande que tenemos como país, más allá de la coyuntura, en materia de tendencias, es qué hacer con la abundancia de recursos que tenemos hoy fundamentalmente con el alto precio del cobre y una política fiscal como la que está diseñada», indicó Zahler.



«Yo diría que la magnitud de recursos que se están acumulando y que más allá de la crisis coyuntural actual internacional, se va a continuar acumulando en los próximos años, realmente es el desafío más importante, (en el sentido) de cómo utilizar esos recursos en una forma que permitan mejorar la competitividad, la productividad y también desde el punto de vista social, la situación redistributiva en Chile, sin un impacto macroecómico negativo», dijo el profesional.



Flexibilidad y tipo de cambio



El economista, reiteró que es interesante la visión de proponerse como objetivo de la economía el minimizar la brecha entre crecimiento potencial y real, «lo que es un tema no menor (…) sino que tiene extraordinarias implicancias desde el punto de vista del contenido, de la naturaleza y orientación del crecimiento económico del país».



«Creo que actualmente y sin muchas excepciones, predomina la visión de que bajando la tasa de inflación -y voy a pedir que hagamos abstracción de la coyuntura actual, donde yo creo que efectivamente hay que bajarla y en forma bastante dramática-, estoy hablando más bien desde una perspectiva histórica. Teniendo controlados los equilibrios macroeconómicos y con un bajo riesgo país, el mercado por sí sólo, en forma relativamente natural y espontánea, se va a encargar de optimizar el uso de los recursos, y en forma residual -a diferencia de lo que plantea Ricardo Ffrench Davis, que sea un hilo conductor- terminaría por reducirse eventualmente la brecha entre PIB potencial y el efectivo», indicó.



En esta parte, citó el ejemplo de 2002 donde se logró una tasa de inflación anual del 1,1% lo que era muy alabado por todo el mundo, «sin que nadie considerara dos temas que no son triviales: que esa era una tasa que está muy fuera del rango meta del Banco Central, pero sobre todo sin que nadie entrara a la discusión de las implicancias que llegar a tener esas tasa de inflación tuvo sobre el producto efectivo en los años 2002 y 2003, que fue de 2,2% y 4% de crecimiento, cifras muy por debajo de cualquier cálculo que se haga del crecimiento potencial de la economía».



Insistió en que el diferencial del producto potencial y el efectivo no sólo no se redujo, sino que se amplió «y eso no es trivial, sino que tiene serias implicancias sobre las decisiones de los empresarios para invertir, cuando ven que todavía hay capacidad productiva que no se está ocupando, indudablemente que se postergan las decisiones de inversión y en consecuencia, también se resiente el empleo».



El economista refrendó que se requiere mucha flexibilidad para enfrentar problemas como las crisis internacionales que regularmente afectan al país.



Costos de carácter regresivo



«En una economía pequeña como la nuestra, la magnitud, la frecuencia, la diferente naturaleza, de los shocks a los que está sometida nuestra economía, es lo suficientemente grande y el impacto suficientemente significativo- sobre todo porque estamos teniendo un creciente grado de inserción comercial y financiera- que hace que si no se tiene flexibilidad en el diseño de la política macroeconómica, la forma de reaccionar de la economía va a ser concentrar el impacto de los shocks en muy pocos o en un sólo mercado, con un impacto extraordinariamente fuerte y generalmente de carácter regresivo- tiende a ser normalmente en el empleo o en algunos casos el tipo de cambio- en lugar de tener una visión más flexible, yo diría más pragmática, donde se tienden a distribuir estos shocks entre distintos mercados», apuntó.



Citando las expresiones en el libro de Ffrench Davis, Zahler dijo que el economista resalta que las políticas económicas deben estar siempre guiadas por precios claves «los más importantes diría yo el tipo de cambio, la tasas de interés, los salarios, pero por sobretodo el tipo de cambio, desde el punto de vista de hacer cosas en el corto plazo».



«En muchas ocasiones hay que tener mucho cuidado que esos precios no queden completamente o muy desalineados de lo que podríamos llamar sus valores de equilibrio, por mucho que se los determine el mercado. Hay también allí mucha experiencia que muestra lo malo que ha sido permitir que el mercado, sobre todo en el corto plazo, predomine por sobre una visión de más mediano y largo plazo, que en consecuencia son la sustentabilidad de las políticas económicas».



Refrendando la necesidad de la flexibilidad de la política económica dio el ejemplo de una consultoría que debió hacer al gobierno argentino, donde sus autoridades se negaron terminantemente a revisar el tema de la convertibilidad de la moneda, lo que terminó por profundizar la crisis del país trasandino.



Por último, resaltó la importancia de la definición del producto potencial de la economía chilena «y segundo, cuál es el número al cuál debe apuntar el superávit estructural (de la economía), si es uno, si es cero o medio punto, o qué numero es, porque no son números mágicos», indicó, apuntando a dos temas centrales de la actual discusión de política económica.

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