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Argentina al borde de la escasez

La nación de Eva Perón está al borde de una crisis de desabastecimiento de alimentos debido a los bloqueos de carreteras que realizan camioneros en todo el país. Una acción política directa que ha resurgido en la escena internacional con renovada fuerza en España, Francia, Chile y Bolivia. Por BBC Mundo


Los transportistas se quejan de que el prolongado y aún irresuelto conflicto entre el campo y la presidenta Cristina Fernández les ha causado grandes pérdidas.



Es que una de las modalidades del paro que realizaron los agricultores durante tres meses, para rechazar el aumento de los impuestos a las exportaciones de granos, fue no dejar pasar camiones que llevaban productos primarios.



Si bien los líderes rurales suspendieron la huelga el lunes para favorecer el diálogo con Fernández, aún no ha habido ninguna reunión entre las partes.



El jefe de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas, Rubén Agugliaro, adelantó que los camioneros seguirán cortando rutas «hasta que el campo y el gobierno se junten y solucionen los problemas».



La continuidad de la protesta pone en riesgo el abastecimiento de los grandes centros urbanos de Argentina, donde ya comenzó a notarse la falta de alimentos y combustibles.



Escasez



Los mayoristas y los supermercados advirtieron que se están quedando sin mercadería y sin capacidad de distribución.



Asociaciones de consumidores denunciaron faltantes de productos como leche, carnes, frutas, verduras, aceite y pan, además de fuertes aumentos de precios.



Una de las mayores empresas lácteas de Argentina admitió que está desechando más de 300.000 litros diarios de leche sin procesar por causa de los bloqueos que efectúan los transportistas.



Asimismo, la escasez de harina ha llevado al gremio de panaderos a analizar la posibilidad de realizar un paro.



A la falta de alimentos se han sumado problemas en el suministro de combustibles, también provocados por la protesta de los camioneros.



En muchas gasolineras se vende nafta por cupos y durante la jornada se observaron largas filas de vehículos que querían abastecerse.



Por otra parte, el servicio de ómnibus de larga distancia -uno de los medios de transporte más usados por los argentinos para viajar por el país- se encuentra parcialmente paralizado por la falta de combustible.



Preocupación



Entre la población hay una mezcla de preocupación, nerviosismo y crispación por los problemas de abastecimiento y la incertidumbre sobre lo que puede llegar a ocurrir en los próximos días.



Ante este panorama, el ministro de Planificación, Julio de Vido, quiso tranquilizar a los argentinos asegurando que se tomaron medidas para «no tener problemas de abastecimiento» de combustible, aunque no se refirió a la escasez de alimentos en los mercados.



De Vido deslindó toda responsabilidad de la administración de Cristina Fernández en la situación que vive el país y dijo que los cortes de ruta que realizan los camioneros «no son responsabilidad del gobierno».



Bloqueo: la razón de la fuerza



Esta protesta no es nueva y a ella se recurre hoy, tanto en las naciones industrializadas y con democracias sólidas, como en los países en vías de desarrollo, con sociedades desiguales y gobiernos débiles.



«Podemos esperar una globalización de estas acciones», le dijo a BBC Mundo, el investigador Iván Briscoe, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (Fride), con sede en Madrid.



Y es que en sociedades modernas e interconectadas, la distribución y el transporte y abastecimiento de bienes y alimentos, es un hecho físico que depende fundamentalmente de camiones.



El bloqueo de rutas se empleó en la antigüedad como método de guerra, para interrumpir las comunicaciones y los suministros al enemigo.



Y aunque hoy se sigue empleando por gobiernos y organizaciones con el mismo fin, este modus operandi, ha tomado modernamente una nueva dimensión gracias al alza del precio del petróleo, que es la primera razón invocada por los bloqueadores, aunque no es la única.



En Bulgaria y Chile es una protesta por el alza del combustible, en España por el aumento del costo operativo del transporte y su baja rentabilidad -por el alto precio del petróleo- y en Argentina por la subida de los impuestos a las exportaciones de granos.



«Son acciones de presencia física, de obstrucción, para hacerse percibir, para conseguir voz y forzar el cambio de políticas públicas», explica Iván Briscoe.



Grupos sociales que están marginalizados de la vida pública, cuando no tienen una respuesta, eligen este método de acción directa para causar molestia y compensan así otras acciones democráticas.

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