El representante legal de la estación privada aseguró que el presidente del Consejo Nacional de Televisión está equivocado y dijo que “es ridículo pensar que chistes que se contaban cuando yo tenía siete años, en el colegio de los padres franceses, hoy se transformen en una blasfemia, de alguna manera castigada por el Estado”. En esa línea, señaló que le preocupa más el concepto de censura que está implícita en la formulación de cargos que la “plata” que puede conllevar una eventual sanción.
Lejos está de calmarse las aguas entre el Consejo Nacional de Televisión y Chilevisión luego de la formulación cargos que hicieran la entidad rectora de los canales por las parodias a Jesús realizadas por el programa humorístico El Club de la Comedia.
En entrevista con Radio Zero, el director ejecutivo de CHV, Jaime de Aguirre, cuestionó nuevamente la decisión adoptada por el organismo dirigido por Herman Chadwick y relativizó los argumentos usados por Genaro Arriagada, otro de los miembros de la mencionada entidad.
“¿Qué es una blasfemia?”, comenzó argumentando el representante legal de la estación privada. “Puede que no te guste, puede que se digan muchos garabatos, puede que cualquier cosa, pero que el Estado le formule cargo o intente sancionar a un canal de televisión, como un organismo oficial del Estado, porque no le gustó lo que allí se dijo, a mi me parece que decididamente es censura estatal”, sentenció De Aguirre.
Agregando que si bien “el CNTV dice a través de su presidente que ésto no es censura porque se hizo ex post de la exposición, de alguna se está determinando conductas futuras de los medios de los canales de televisión que van exactamente igual a eso, a una censura”.
En esa línea, recordó que “en este país lo que más hay son chistes de judíos, de turcos (que se le dice curiosamente a los árabes), de chicos, de enanos, de bolivianos, etc.”.El punto –recalcó- “si ésto tuvo una intención de modificar conductas ciudadanas para de alguna manera restarle apoyo a la figura de Jesús y eso no es así”.
Para Jaime de Aguirre es francamente “ridículo” pensar que chistes que se contaban cuando asistía como alumno en el colegio de los padres franceses puedan hoy transformarse en blasfemia.
“Es completamente ridículo y me parece un despropósito y crea un precedente para los medios de comunicación que es bastante incalificable, es una intromisión del Estado en donde no le corresponde”, agregó.
Al ser consultado respecto a si debe existir un Consejo Nacional de Televisión que regule los canales en Chile, De Aguirre es categórico: “Conceptualmente no tiene sentido que exista el CNTV, para eso están los tribunales”. Sin embargo, admite que por los orígenes de la televisión “todos los países del mundo tienen un consejo”.
Asimismo, hizo hincapié en que le preocupa más el concepto de censura que está implícita en la formulación de cargos que la “plata” que puede conllevar una eventual sanción.
