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No soy yo cuando me enojo

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Se enfurece y luego pide disculpas. Ese es el guión clásico de Pedro Sabat. Después de un año en que ninguno de sus planes resultó, el cacique RN de Ñuñoa volvió a las polémicas que lo llevan a la televisión y los diarios. Sin embargo, así se aleja cada vez más de la elite de su partido y de la Intendencia, donde sueña con volver.


Para entender el berrinche de Pedro Sabat a mediados de esta semana hay que retroceder un poco. El martes 10 la sesión del Concejo Municipal estuvo acompañada de un piquete de carabineros y vallas papales rodeando la entrada de la municipalidad.

Unas 30 personas esperaban entrar a la sesión, pero después de una larga discusión con la policía sólo pudo quedarse  un estudiante y Claudia Plasencia, presidenta del Colegio de Profesores de Ñuñoa.

Semanas atrás, en diciembre Pedro Sabat consiguió aprobar el plan de educación para la comuna (PADEM), que entre otras cosas permite al alcalde despedir 40 profesores y cerrar 24 cursos.

Sabat “tiene un diseño que contempla cerrar matrículas hasta dejar sólo liceos de excelencia que compitan con el Nacional”, dice un concejal. Por eso a la sesión del martes asistieron los directores de los 8 liceos municipales.

Todos hicieron un diagnóstico demoledor de los colegios que habían estado en toma, de los cuales quedan dos.

Esa radiografía Sabat la comprimió en su lenguaje sin filtro, dándola a conocer esa tarde en radio Futuro, donde llegó 10 minutos tarde sudando, con la camisa abierta, diciendo que el Internado Nacional Femenino era un “puterío”.

Cuando los directores de colegio terminaron, Claudia Plasencia, militante PC tomó la palabra sin estar autorizada y empezó a exponer lo que tenía guardado.

Según testigos Sabat cruzó la sala furioso caminando directamente hacia Plasencia hasta que Claudia Vera, concejala RN, lo detuvo: “¡Pedro no lo hagas!”, exclamó.

El alcalde esta vez se contuvo, aunque la relación con Vera, su compañera de partido, ha sido difícil desde que ella alineara sus votos con los concejales de la Concertación, una disputa que ha incluido alusiones al peso de la concejala durante las sesiones.

El Quijote de Ñuñoa

“Cuando se enfrenta a una mujer pierde los estribos con mucha facilidad y cae rápidamente en la descalificación, asegura un integrante del Concejo.

Así lo demostró frente a Karla Rubilar, diputada de su partido :

“Es tan ridícula la diputada Karla Rubilar, que es cada vez más llevada de sus ideas: dice que es un ‘ataque’ a las mujeres. Y la cantidad de putos hombres es infinita”, dijo Sabat, volviendo a evocar el negocio del sexo. Sin olvidar además que calificó como un grupo de “tontitas” a las alumnas que mantienen la toma del INF.

[cita]“Cuando se enfrenta a una mujer pierde los estribos con mucha facilidad y cae rápidamente en la descalificación, asegura un integrante del Concejo. Así lo demostró en sus dichos sobre la diputada de su partido, Karla Rubilar: “Es tan ridícula la diputada Karla Rubilar, que es cada vez más llevada de sus ideas: dice que es un ‘ataque’ a las mujeres. Y la cantidad de putos hombres es infinita”, dijo Sabat, volviendo a evocar el negocio del sexo.[/cita]

Sabat, divorciado de Marcela Fernández, se casó en segundas nupcias con la candidata a concejal Marcela Bondi.

El matrimonio, en el verano de 2009, duró un mes y cercanos a la pareja aseguran que el temperamento eufórico del alcalde “exactamente igual que frente a los micrófonos” terminó por hastiar a la mujer, quien se negó a hablar para esta nota.

Cuando le pidieron una autocrítica, Sabat dijo “hay razones que sólo el corazón entiende”, parafraseando a Blaise Pascal (“el corazón tiene razones que la razón no entiende”).

También dijo que su lucha en el conflicto estudiantil era “quijotesca”.

Sabat colecciona figuras del personaje de Cervantes y tiene otra de 300 búhos, símbolo de su equipo de fútbol preferido y de la Universidad de Chile donde estudió Administración Pública.

El sueño de la Intendencia

Sabat puede ser un tipo muy dulce. Con su electorado de ancianas que cada 4 de enero, día de su cumpleaños, le llevan mariachis para cantar El Rey, o con su hija a quién ayudó a conseguir un sillón en el Congreso, llamando el mismo a los electores para pedir el voto.

Por cierto, quienes conocen sus berrinches, saben que después de la furia vienen las disculpas que en algunos casos “han incluido el llanto del alcalde delante de las viejitas, que lo ven como a un hijo”, relata un concejal.

Los primeros días de 2012 coinciden con el cumpleaños número 58 de Pedro Sabat Pietracaprina. Como todas las personas hizo un recuento del año anterior y una proyección para el que empieza.

En 2011 nada resultó para Sabat. Otra vez no pudo entrar a la elite de su partido, RN. Así se entienden las críticas y el “estoy desilusionado del gobierno” que confesó en medio de su día de furia.

En julio Sabat se despidió de los concejales ya que su próximo puesto, luego de la salida de Fernando Echeverría, sería con toda seguridad la Intendencia Metropolitana.

Pero no fue así y la elegida fue Cecilia Pérez. Entonces pensó que le quedaba bien el puesto como Delegado para la Reconstrucción, cargo que quedó al final para Felipe Kast.

Sabat, dicen sus cercanos, anhela volver a la Intendencia. Trabajó ahí con Sergio Badiola, el general que Pinochet designó en el cargo.

Lo había recomendado el coronel Luis Navarrete, ex alcalde designado de la comuna.

Sabat había sido su subalterno como director de Tránsito y luego desde la Intendencia logró volver designado para quedarse con el sillón edilicio.

Pero Sabat no pierde la esperanza y al menos “ungió” a través de los diarios a Cecilia Pérez como su sucesora.

Los desaires del gobierno

A pesar de ser un cacique en una comuna con más de 200 mil habitantes, con más del 60% de los votos, Sabat “no es confiable para el partido, aunque Carlos Larraín haya hecho declaraciones apoyándolo. Siendo tan explosivo, moverlo a un cargo más importante es my peligroso”, asegura un dirigente RN.

[cita]En 2011 nada resultó para Sabat. Otra vez no pudo entrar a la elite de su partido, RN. Así se entienden las críticas y el “estoy desilusionado del gobierno” que confesó en medio de su día de furia.[/cita]

En marzo cuando Piñera recorrió las obras de construcción de la Clínica Ñuñoa, cuyo edificio de 22.000 mt2 se construyó con dinero municipal, le dijo “alcalde usted lo hace estupendamente bien aquí en la comuna”, dejándolo implícitamente en el puesto.

Esa es otra de las cuentas de Sabat con el gobierno que le hacen terminar su año en rojo.

Hasta ahora no ha conseguido destrabar los fondos para equipar la clínica, ya que la licitación de un operador privado quedó desierta. La construcción es un “elefante blanco” de seis pisos, vacío, en avenida Grecia con Los Jardines.

Paralelamente Sabat costeó las reparaciones de los techos en la Villa Olímpica. El trabajo costó 600 millones que el Minvu iba a reembolsar pero según fuentes de la municipalidad la calidad de las obras no satisface al ministerio, lo que obligaría a ejecutarlas de nuevo. Otro “desaire” del gobierno central.

Por eso, quienes están al tanto de que Sabat no está en buena posición, saben que siempre su mejor carta es conseguir notoriedad por las polémicas, apareciendo en el contexto del conflicto estudiantil como un sheriff alternativo al ministro de Educación.

La guerra con Labbé

Quienes lo han seguido, conocen también el guión. Dijo que no iba a postular, que se retiraba de la política o “esta hueá” para estar tranquilo. Pero horas después empezó a matizar el discurso, diciendo que “no descarta repostular”.

En el escenario futuro es poco más lo que le queda. La UDI volverá por el distrito 21 que tiene su hija y que significó la guerra entre Sabat y Cristián Labbé, el alcalde de Providencia.

En Ñuñoa el candidato de Labbé, el actual ministro de Energía Rodrigo Álvarez (UDI), no tuvo presencia gráfica y Sabat “mandaba a su gente a sacar las palomas y los ‘monumentales’ de Alvarez”, recuerda un testigo de la campaña.

Días después de la elección, el Concejo Municipal aprobó destituir al administrador municipal Jorge Escárate, hombre de confianza de Sabat, apuntado como responsable de la intervención electoral. Todo con el voto de seis de los ocho concejales, incluido José Labbé, hijo del ex coronel y agente de la DINA.

Desde entonces los concejales han votado prácticamente alineados, dejando a Pedro Sabat entre la espada y la pared.

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