«La disposición de calles existentes coincide con el ingreso de las aguas del tsunami y se transformar en verdaderos canales y las escaleras de evacuación son mínimas», explica Ximena Cortés, a partir de su estudio «Plan de manejo integral del Barrio Baquedano de Coquimbo para enfrentar el riesgo potencial de tsunami».
La geógrafa y académica de la Universidad de La Serena, Ximena Cortés, en 2008, realizó el estudio «Plan de manejo integral del Barrio Baquedano de Coquimbo para enfrentar el riesgo potencial de tsunami», basado en los antecedentes históricos y las cartas de inundación del Shoa, más levantamiento propio de datos con información del INE y del municipio de una de las zonas más afectadas por tsunami del miércoles pasado.
«Había antecedentes históricos de tsunami en la región. Cuando fue el terremoto de Copiapó en 1922, el agua entró desde el Faro de La Serena hasta la bahía de Coquimbo. Además, las características geofísicas y morfológicas de la zona hacen que sea una zona con alto riesgo de inundación», dijo Ximena Cortés.
El estudio, basado en los desastres que provocaría un maremoto generado por un terremoto de 7,6 grados Richter, resultó revelador y coincidió exactamente con lo que ocurrió en Coquimbo, tras el paso de las olas. Cortés explicó a La Tercera que su análisis estimó que «existen muchos talleres que contienen materiales peligrosos como diluyentes y ácidos, materiales que se utilizan en pinturas, butano, bencina, petróleo. Todos elementos contaminantes y que además, en contacto con el agua producen gases tóxicos. La disposición de calles existentes coincide con el ingreso de las aguas del tsunami y se transformar en verdaderos canales y las escaleras de evacuación son mínimas».
«Esta es una zona de terraza en contacto directo con el mar, con una explanada de baja altura, suelo arenoso que difícilmente absorbe agua, es un suelo de vegas, pero sobre esa zona se construye y se edifica. Hace muchos años, esos suelos eran baratos y muchas personas se instalaron allí sin ninguna planificación, pero luego se hicieron los ejes viales, la actividad comercial, vino el boom inmobiliario, por la belleza escénica que tiene y se permitió la construcción de varios edificio, incluso centros educativos pese a que es una zona de riesgo», agregó.
A pesar de que la académica informó en 2008 sobre los resultados de éste al municipio, cree que no hizo lo suficiente. “Debería haber insistido con la autoridad y que no quedara este conocimiento sólo para la cátedra. Quiero dejar toda esta información a disposición de quienes hoy tiene la decisión de uso de suelo y los planes reguladores. Estos antecedentes deben ser considerados, el dato geográfico es importante. La Teletón y los colegios, deben salir de ahí, construirse en otro lugar. En suelos frágiles no puede haber uso educativo o de salud, no pueden estar en lugares inundables».
