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Colodro: «El círculo de protección a Bachelet y Peñailillo ha sido reafirmado por una espiral de silencio que va de personeros oficialistas a Ponce Lerou»

Colodro: «El círculo de protección a Bachelet y Peñailillo ha sido reafirmado por una espiral de silencio que va de personeros oficialistas a Ponce Lerou»

«SQM ha estado durante meses en el centro de una tormenta política, pero que curiosamente no ha sido criticado ni interpelado por un sólo personero de la centroizquierda y, menos aún, citado a declarar en el contexto de las investigaciones en curso», sostiene el analista.


El analista político Max Colodro reflexiona en su última columna títulada «La llaga de Dávalos» -publicada este domingo en La Tercera– sobre la declaración judicial del hijo de la Presidenta Michelle Bachelet y los casos Caval y SQM.

A su juicio, «con algo de profecía auto cumplida, Sebastián Dávalos no pudo dejar que su madre terminara este 2015 -el año de su abismo íntimo- sin recordarle que el capítulo abierto en febrero pasado sobre el caso Caval la seguirá persiguiendo todavía por largo tiempo».

«En los hechos -declara Colodro- Sebastián Dávalos decidió hacer uso de su última declaración ante el fiscal Toledo para notificar que se siente inocente de las irregularidades que se le imputan; que él no sería responsable, sino, más bien, víctima de una ‘operación política’ fraguada por el ex ministro Peñailillo y sus amigos del PPD, cuyo objetivo no habría sido otro que usar a Caval para encubrir las aristas del caso SQM que comprometen el financiamiento de la precampaña presidencial de la propia Michelle Bachelet».

«Que las eventuales irregularidades e ilícitos asociados a Caval sean una coartada inventada por el ex ministro Peñailillo para encubrir las turbiedades de la precampaña parece a todas luces inverosímil; pero que Dávalos esté expuesto a los fragores de una investigación penal pública mientras el ex titular de Interior goza de una aparente red de protección destinada a asegurarle su impunidad, no parece igualmente absurdo», agrega.

«En rigor, es efectivo que la investigación sobre la precampaña de Bachelet desapareció del mapa como por arte de magia; que Rodrigo Peñailillo trabaja hoy en Flacso gracias a personeros vinculados al oficialismo, y que no ha tenido la obligación de responder ante el requerimiento de los fiscales, como sí lo ha hecho el hijo de la Presidenta», acota.

«Así, lo que Dávalos vino a confirmar esta semana es que la Nueva Mayoría y el gobierno de su madre están, por razones obvias, más preocupados de asegurar el secreto y la impunidad en el caso de la precampaña presidencial, que de protegerlo a él de las esquirlas del entuerto judicial en el que se ha visto envuelto junto a su esposa», afirma el analista.

«La llaga en la que ha puesto sus dedos el hijo de la Presidenta es, de esta manera, perfectamente consistente con las evidencias observadas en el año que termina. El círculo de protección a Bachelet y su ex ministro del Interior ha sido reafirmado por una espiral de silencio que compromete no sólo a personeros del gobierno y el oficialismo, sino que se extiende también al propio Julio Ponce Lerou, cuya empresa ha estado durante meses en el centro de una tormenta política, pero que curiosamente no ha sido criticado ni interpelado por un sólo personero de la centroizquierda y, menos aún, citado a declarar en el contexto de las investigaciones en curso», arremete.

«En definitiva, aunque sea en el marco de una paranoia ingenua, el hijo de Bachelet tuvo al menos la posibilidad de ilustrar al país sobre el enorme contraste que existe hoy entre su situación judicial y la de aquellos que durante años recibieron recursos del ex yerno de Pinochet para financiar sus campañas electorales. Esta ‘asimetría’ que Dávalos ha puesto burdamente sobre la mesa es la que ahora vuelve a golpear el corazón de La Moneda y de la precampaña presidencial de su propia madre. Una derivada en torno a la que el silencio del oficialismo en estos meses ha resultado sin duda significativo, y donde la extraña inacción de los fiscales frente a este caso ha terminado por alimentar también nuevas y apremiantes sospechas», concluye.

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