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Desafíos para la pyme maderera Opinión

Desafíos para la pyme maderera


En el país existen más de 1.000 instalaciones de aserrío para la producción de madera, además de una cantidad superior a 300 instalaciones de remanufactura, muchas de ellas incorporadas a los aserraderos. La inmensa mayoría de las primeras, y casi la totalidad de las segundas, corresponde a medianas y pequeñas empresas que, en su conjunto, generan una importante cantidad de empleo directo e indirecto.

Este segmento industrial en su mayoría, depende del abastecimiento de pino insigne. La superficie de esta especie se mantuvo sin crecimiento por más de 15 años hasta 2017, cuando se registraron los grandes incendios rurales que mermaron dicha superficie en un 10%.

La mayoría de las pymes madereras no cuenta con bosques propios, por lo que adquiere esta madera principalmente a pequeños y medianos forestadores y, en menor proporción –aunque significativa-, a excedentes de las grandes empresas. A lo largo del tiempo, los pequeños y medianos forestadores fueron reconvirtiendo sus plantaciones de pino a eucaliptus en busca de rotaciones más cortas y mejores retornos, de modo que la fuente proveedora natural de la pyme maderera se fue contrayendo paulatinamente, generando crecientes problemas de suministro que se han visto agravados con los incendios del año pasado.

Por lo anterior, el futuro de las pymes madereras enfrenta un serio desafío para su supervivencia. Para mitigar esta amenaza, requieren diversificar sus suministros con otras especies, como pino oregón, eucaliptus, acacia o especies nativas y, además, reconvertir su actividad hacia mayor valor agregado. Y las mejores alternativas de valor agregado parecen encontrarse en el ámbito de los elementos para la construcción tecnificada en madera. Ambas opciones requieren de un importante apoyo tecnológico.

El Ministerio de Agricultura ha instruido a sus servicios focalizar su acción en reducir brechas tecnológicas que limitan a los segmentos productivos más postergados, y esto enmarca iniciativas como las del Instituto Forestal, adscrito a dicha cartera. En esa línea, el desarrollo de un Laboratorio de Madera Estructural, que permitirá testear propiedades constructivas de diversas especies y estructuras de ingeniería en madera, y un programa de fortalecimiento institucional, orientado a apoyar el desarrollo maderero de dichas especies y a generar información estratégica sobre la industria secundaria de la madera, son aportes de esta institución para mitigar una situación que requerirá de un esfuerzo público privado, y también para abrir nuevas oportunidades tanto para la reconversión como para la incorporación de nuevos emprendedores.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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