Arauco, Coronel y Puerto Saavedra también serían afectados. Investigadores realizaron catastro de todas las entidades que están bajo los 10 metros sobre nivel del mar en Chile.
Talcahuano, Valparaíso, Arauco, Coronel y Puerto Saavedra serían las comunas más expuestas al impacto del cambio climático en las costas chilenas, según los resultados preliminares del proyecto de investigación “Determinación del riesgo de los impactos del cambio climático en las costas de Chile”.
El informe, financiado por el Ministerio de Medioambiente, comenzó en octubre del 2018 y finaliza en agosto de este año. Los estudios preliminares ya pueden determinar una proyección de las amenazas y su cruce con la exposición costera.
El equipo reúne investigadores de cinco universidades nacionales, liderados por el académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica UV Patricio Winckler, junto al centro de investigación UV COSTAR y CIGIDEN.
Según explica Winckler, “considerando las marejadas y el nivel del mar podemos caracterizar la amenaza. Cruzamos estos fenómenos físicos con todos los sistemas costeros que pueden ser afectados y a partir de eso haremos una caracterización más específica entre Arica y Puerto Montt, cada cinco kilómetros, de los impactos del cambio climático en las costas”.
Los investigadores realizaron un catastro de todas las entidades que están bajo los 10 metros sobre nivel del mar en Chile, que quedará para descarga libre desde una plataforma SIG y a través de un archivo en Google Earth una vez que finalice el proyecto.
La base de datos contempla 461 caletas de pescadores, 1.057 humedales, 256 campos dunares, 1.172 playas, 156 lugares con interés en biodiversidad, 1.709 elementos de equipamiento costero, 1.059 elementos de infraestructura y 477 asentamientos costeros.
“Esta cuantificación no existía a nivel integrado. Estudiamos el cambio en la dinámica de las marejadas y el cambio en el nivel del mar, analizándolo de forma histórica, desde 1980 hasta el 2004, y mediante proyecciones a futuro con modelos climáticos globales”, agregó Winckler.
El investigador cree que esta información va a ser un insumo para el desarrollo de políticas públicas, ya que, aparte de tener leyes sobre cambio climático, se espera que «a consecuencia de este proyecto se pueda generar un plan nacional de adaptación del territorio costero ante este fenómeno».
Según Winckler, a la fecha no existía una base de datos que integrara en forma sistemática la información sobre caletas de pescadores, humedales, dunas, playas, biodiversidad, equipamiento, infraestructura y población en una sola plataforma.
Al terminar este proyecto, esta información será de libre disposición a través del Ministerio del Medio Ambiente.
En el caso de la infraestructura se ha compilado información de defensas costeras, rampas y las obras del MOP; en cuanto a los terminales portuarios de Chile, identificaron doce puertos estatales, catorce puertos privados, setenta terminales en puertos estatales y ochenta instalaciones privadas.
En cuanto a la energía, están integradas también las termoeléctricas, gaseoductos y oleoductos, mientras que en el concepto de ingeniería naval se cuentan astilleros, varaderos, puertos deportivos y clubes de yates.
“La población que vive bajo los 10 metros sobre el nivel del mar, por otra parte, está catastrada desde el punto de vista de manzana censal, analizada por género y rangos etarios. También catastramos los establecimientos de salud, educación, policía y bomberos que se encuentran bajo los 10 metros sobre el nivel medio del mar”, indicó.
Según el investigador, “en Chile no existe un aumento del nivel de mar respecto del continente como ocurre a nivel mundial y eso se debe a que la actividad tectónica es muy fuerte. Los cambios verticales del territorio pueden ser incluso mucho más importantes y equivalentes a decenas de años de cambio climático”.
No obstante, Winckler asegura que “en varios lugares de la zona central se está evidenciando de forma incipiente un cambio de dirección hacia el sur en el oleaje, generando modificaciones en las playas. Las marejadas, consideradas como casos puntuales de oleaje extremo, están aumentando en frecuencia e intensidad y eso ha ocurrido en todo Chile, desde 1980 hasta el 2015″.
A su vez, destaco que buscan saber también cuál es el impacto del cambio en la dinámica del oleaje en los cierres de puerto, «ya que tiene un impacto económico importante”.