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Las escuelas que avanzan en inclusión pueden marcar positivamente la trayectoria de vida de sus estudiantes con Déficit Atencional Opinión

Las escuelas que avanzan en inclusión pueden marcar positivamente la trayectoria de vida de sus estudiantes con Déficit Atencional

Judith Martínez Larraín
Por : Judith Martínez Larraín Especialista Déficit Atencional, Fundación Mis Talentos
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Impulsar la inclusión no sólo transforma la educación, sino que puede cambiar el rumbo de la vida de nuestros estudiantes hacia uno donde pueden ser más felices.


El paso por la escuela es una experiencia que incide significativamente en la vida de cada persona. Un o una niña inicia su trayectoria educativa de la mano de sus padres lleno de ilusiones, ávido de curiosidad por aprender, feliz del encuentro con otros y dispuesto a descubrir sus talentos y habilidades en un espacio que espera le entregue las condiciones para sentirse seguro y reconocido en su individualidad.

Pero para algunos niños y niñas y sus familias, las barreras para acceder, avanzar y participar en su entorno educativo comienzan tempranamente y su progresión escolar se convierte en una “pesada mochila” que se va cargando año a año de sentimientos de ansiedad y frustración al enfrentar un programa de estudios que no siempre moviliza los recursos para acoger sus necesidades educativas y afectivas.

Dentro de ese grupo de estudiantes con necesidades educativas especiales se encuentran los diagnosticados -y sobrediagnosticados- con Déficit Atencional, quienes desde pequeños se ven expuestos a etiquetas y calificativos peyorativos debido a la incomprensión de su condición neuromadurativa, y a programas de apoyo inadecuados y tardíos que afectan la adquisición de sus competencias académicas, su imagen social y su bienestar emocional.

Pese a que Chile, desde hace algunos años viene impulsando políticas públicas y reformas educativas para lograr un sistema educativo que asegure aprendizajes de calidad, y la participación de todas y todos los estudiantes, aún persisten creencias y prácticas que limitan las trayectorias escolares de los estudiantes con Déficit Atencional en muchos centros educativos de nuestro país.

Una gran cantidad de establecimientos educacionales siguen funcionando desde la lógica del modelo clínico y condicionan la entrega de apoyos educativos adicionales a los alumnos con Déficit Atencional, a evaluaciones médicas periódicas, tratamientos farmacológicos y terapias con otros profesionales asistentes de la educación, depositando en estos últimos y la familia la responsabilidad de una evolución escolar positiva de sus hijos e hijas.

Si bien es cierto que el desarrollo de las y los niños con Déficit Atencional requiere de la supervisión de un médico especialista y, en algunos casos, según sus comorbilidades, del trabajo de profesionales multidisciplinarios, la evidencia demuestra que dichos programas especializados mejoran su efectividad en la medida que las escuelas favorecen el trabajo colaborativo en red e incorporan al diseño pedagógico, estrategias de diversificación de la enseñanza para acoger las diferencias y beneficiar a todos sus estudiantes.

En el caso de los y las estudiantes con Déficit Atencional, el abordaje temprano y centrado en sus fortalezas resulta crucial para favorecer su desarrollo integral y armonía emocional, ingredientes esenciales para que un o una niña o joven crezca con el convencimiento y la motivación de que puede aprender y potenciar sus talentos durante toda su vida.

Hoy 13 de Julio, en que se conmemora el día mundial del Déficit Atencional, quisiera invitarlos a renovar nuestro compromiso por lograr que todos nuestros estudiantes con Déficit Atencional y, estudiantes en general, puedan recibir una educación equitativa y de calidad que les permita cerrar su paso por la escuela con la misma ilusión y alegría con la que iniciaron ese camino, y así logren proyectarse al futuro con optimismo y plena confianza en sus talentos.

Impulsar la inclusión no sólo transforma la educación, sino que puede cambiar el rumbo de la vida de nuestros estudiantes hacia uno donde pueden ser más felices.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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