Salud
Para que el bienestar emocional, mental y físico se mantengan adecuado es fundamental dormir bien, lo que parece difícil en esta época del año. Acá algunos consejos para lograr un sueño reparador.
Un estudio realizado por la Universidad Católica del Norte determinó que un 50% de la población chilena sufrió de trastornos del sueño durante la pandemia y aún en post pandemia presentan síntomas.
Hay muchos aspectos que influyen en la calidad del sueño, además del estrés diario, como la luz y temperatura, la distribución de los muebles y espacios o el ruido ambiente.
Pero la comodidad de una cama de dos plazas con su respectivo colchón de dos plazas también es fundamental. Todas las personas tienen una posición para dormir en la que se sienten cómodas y tener el espacio adecuado para descansar.
Por eso idealmente cada persona debe contar con su lugar y las camas nido son una opción para visitas o espacios más reducidos.
Además, un colchón incómodo o demasiado viejo provoca dolores de cuello y espalda, y puede evitar conciliar el sueño y lograr el descanso de manera correcta.
La mala calidad de sueño puede provocar trastornos metabólicos, problemas cardiovasculares y otras enfermedades crónicas, sin contar las grandes afectaciones que puede generar en el cerebro, desde un bajo rendimiento en labores del día a día, hasta un factor de riesgo tanto de infarto cerebral como de hemorragia.
“La pérdida de sueño también eleva los niveles de cortisol, lo que afecta a la capacidad del cuerpo para regular la glucosa y puede contribuir al aumento de peso, la resistencia a la insulina e incluso la diabetes de tipo 2”, menciona Theresa Schnorbach, experta en investigación del sueño de Emma The Sleep Company.
Una buena calidad del sueño está relacionada con el bienestar mental y general, así como con una mayor calidad de nutrientes que se le proporciona al cuerpo. Por tanto, dormir mejor se traducirá en una vida más sana y sostenible.
Por eso, para mejorar el descanso, es necesario limitar el consumo de alimentos ricos en grasa, azúcar y sal durante la noche, además de evitar el consumo de café, alcohol y cigarrillos, en especial horas antes de dormir, por ser estimulantes.
Tradicionalmente se considera la orientación norte como la más adecuada para dormir, lo que estaría relacionado con la orientación magnética de la tierra y la polarización de nuestras células, compuestas por electrones.
Dormir con la cabeza hacia el norte y los pies hacia el sur facilitaría así el descanso porque en esa dirección no interferimos con el flujo natural de la tierra.
Pero hay otros factores que influyen, como la ubicación de la cama y muebles, ya que puede ser incómodo desordenar la estructura natural de la habitación, según la disposición de puertas y ventanas.
También hay consideraciones que son esenciales. El dormitorio ideal es el más simple para permitir el descanso. Debe ser tranquilo y con pocos estímulos, preferiblemente con poca contaminación eléctrica.
Para un buen descanso además debe haber oscuridad para que el cuerpo pueda segregar melatonina, hormona reguladora del sueño, ya que su producción es inhibida por la luz.
Elegir el colchón adecuado contribuye a un sueño más reparador. Hay que considerar características como la firmeza, que mantiene la columna alineada y evita la aparición de molestias musculares. Además, es necesario considerar el tipo de materiales, para que se adapte mejor al cuerpo, y el tamaño adecuado.
En cuanto a la cama, para elegir la correcta se recomienda evaluar cada modelo considerando factores como tu peso, estatura y tu posición para dormir. Hay muchos tipos de camas con sistemas de resorte, niveles de firmeza y construcción diferentes.
