La enuresis es más común de lo que se cree: en una sala de clases de 30 niños, aproximadamente 4 padecen esta condición que tiene un alto impacto psicológico negativo sobre ellos.
La enuresis, comúnmente conocida como hacerse pipi en la cama, es la pérdida involuntaria de orina durante la noche en niños mayores de 6 años. Si bien la mayoría de los niños superan la enuresis a medida que crecen, entre el 15% y el 20% de los niños mayores de 5 años la padecen, afectando así la autoestima y bienestar emocional de millones de niños alrededor del mundo.
Sin embargo, esto no se trata de una enfermedad en sí misma, sino de un síntoma que varía según diferentes causas. Por esta razón y para concientizar sobre esta problemática, todos los años se conmemora la semana de la enuresis, con el objetivo de orientar y apoyar a padres, cuidadores y niños que atraviesan esta situación.
Aunque la mayoría de los niños superan la enuresis espontáneamente, con una resolución anual del 15% a partir de los 6 años, una proporción significativa continúa presentando síntomas en la adolescencia y, en casos menos frecuentes, en la adultez. Las causas de esto son multifactoriales e incluyen la poliuria nocturna, capacidad vesical nocturna disminuida, alteraciones en los patrones de sueño y factores emocionales y hereditarios.
En este sentido, se ha demostrado que las conductas generales iniciales, son más efectivas que las conductas no activas. “La primera condición para un tratamiento efectivo de este cuadro consiste en que el niño tenga interés en solucionar su problema, de lo contrario, es difícil obtener buenos resultados.
Si bien los estudios y mecanismos son simples se requiere colaboración del paciente para encontrar una solución a largo plazo”, comenta Pedro José López, jefe del Departamento de Urología Pediátrica en UH & Rainbow Babies and Children Hospital, Cleveland USA.
A continuación se comparten algunas primeras medidas orientadas a cambiar el patrón conductual de los pacientes:
“Si los cambios conductuales no dan los resultados esperados o si la preocupación del paciente por superar su condición es mayor, se puede recurrir a una terapia farmacológica. Actualmente, existen tratamientos médicos eficaces para la enuresis que contribuyen a reducir la producción de orina durante la noche, aumentar la capacidad de la vejiga y reducir las contracciones involuntarias. Además, las alarmas de enuresis continúan siendo el tratamiento más efectivo y con menores tasas de reincidencia”, agrega López.
Cabe recalcar que consultar a un especialista es crucial para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Ya sean pediatras, nefrólogos o urólogos pediátricos, es fundamental realizar una evaluación inicial que incluya un historial médico detallado y, en algunos casos, referir una revisión psicológica.
Por otro lado, es esencial que los padres preparen información sobre los hábitos urinarios y cualquier síntoma adicional antes de la consulta. Contar con una cartilla miccional de frecuencia/volumen es recomendable ya que provee datos objetivos sobre la micción, información pronóstica y detecta aquellos niños que requieren evaluación más exhaustiva.
La enuresis es una condición que puede afectar la salud mental de los más chicos. Aproximadamente el 20-30% de los niños con enuresis presentan trastornos de conducta, lo que justifica la necesidad de un equipo de salud multidisciplinario que incluya la atención por parte de psicólogos o psiquiatras infantiles.
Contar con un equipo multidisciplinario de profesionales, no sólo facilita un manejo más completo de la condición, sino que también mejora significativamente la calidad de vida del niño y su familia.