Prescindir de los baños en termas, alejarse de la exposición directa al sol en horas de mayor radiación para evitar las manchas faciales, y consumir pescados y mariscos hervidos, son algunas de las recomendaciones para disfrutar del verano y tener un embarazo seguro.
Disfrutar del sol, relajarse en termas o viajar a la playa, conforman gran parte del panorama que el verano ofrece a quienes se encuentran de vacaciones. Es en esta temporada, donde las embarazadas deben tener especial cuidado con su estado, para evitar complicaciones que fácilmente puedan comprometer su salud o la del bebé.
Para dar respuesta a las dudas más frecuentes que las embarazadas pueden presentar al momento de veranear, el gineco-obstetra de Clínica Vespucio Dr. Alfredo Fredericksen, se refiere a los principales cuidados que deben considerar para prevenir riesgos.
El baño en aguas termales o de altas temperaturas, puede ocasionar un problema para las embarazadas por las reacciones vasomotoras que genera, “hablamos de una tendencia a desmayos y sofocos, aumento de las pulsaciones cardíacas, enrojecimiento de la piel y las membranas mucosas (rubicundez)”, comenta el especialista.
Los baños en piscinas públicas no están contraindicados, siempre y cuando el lugar cumpla con las normativas sanitarias correspondientes.
Los riesgos del sol complican a todos y por ello, es necesario que las embarazadas utilicen permanentemente un fotoprotector solar, evitando exponerse de manera directa durante las horas de mayor intensidad de radiación (11:00 a 16:00 hrs.). Particularmente, “deben tener especial cuidado con las manchas cloásmicas faciales que son unas manchas color café con leche, que se ubican en los pómulos y en el pliegue nasolabial de las mujeres, que se hacen más evidentes con el embarazo y con el uso de anticonceptivos combinados, debido a que éstas se exacerban con el sol”, detalla.
En el caso del consumo de pescados y mariscos, estos deben ingerirse hervidos, no crudos para asegurar su cocción y no solo con el limón, ya que este no cocina los alimentos. “Si bien las intoxicaciones alimentarias no hacen diferencias, las embarazadas tienen su sistema inmunológico más debilitado y por lo mismo un tratamiento, en caso de intoxicación, se vuelve más complejo en su estado y los efectos de los medicamentos pueden ser negativos para el bebé”, asegura el Dr. Fredericksen.
El gineco-obstetra de Clínica Vespucio señala que realizar ejercicios como caminata, yoga o natación son muy positivos durante el embarazo. “De hecho se recomienda que las embarazadas hagan ejercicios acuáticos debido a que la gravedad se siente menos y las ayuda a mantener un buen tono muscular, controlar su peso y sentirse bien durante la espera”, aclara.
