En el caso de patologías neurodegenerativas, caracterizadas por la muerte de neuronas, la estrategia consiste en desarrollar terapias que ayuden a activar programas de reparación, evitando así la muerte o daño de estas células especializadas. En tanto para el cáncer, eel control podría ser aplicado de forma totalmente contraria.
Las células también sufren procesos de “estrés”, y la manera en que ellas manejan esta condición es fundamental para determinar su destino en el organismo, ya que esto puede llevar a que la célula repare el daño y permanezca viva o bien, que muera, afectando con ello nuestra salud. “Lograr controlar artificialmente este fenómeno hacia ambos lados de la balanza puede ser determinante al momento de combatir enfermedades”, comenta el Dr. Claudio Hetz, codirector del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica, BNI, y quien acaba de publicar un artículo sobre este tema, en la revista internacional Nature Cell Biology.
En esta publicación, el científico desarrolla una completa revisión sobre las investigaciones mundiales referentes al estrés celular generado por alteraciones en ciertas proteínas, un fenómeno propio de las enfermedades cerebrales como Parkinson, Alzheimer y ELA, que también son estudiadas en este centro de excelencia. Dichas investigaciones en BNI, tienen por finalidad conocer en profundidad porqué se desarrollan estas patologías y de qué forma, es posible evitar el daño y muerte en el grupo de neuronas que se afectan con estos males.
“Este artículo desarrollado es esencial para nuestro instituto dado que nos posiciona como líderes de opinión en este tema. Nos escogieron de este prestigioso medio para que diéramos nuestra visión del campo y propusiéramos directrices para el futuro y las posibles aplicaciones de los últimos descubrimientos. En este trabajo ponemos también en contexto nuestra propia investigación sobre la importancia de entender cómo la célula decide sobre su destino, de vivir o morir, una vez que detecta el estrés. Todo esto es de gran importancia, pues está teniendo implicancias en el plano de la salud, en enfermedades neurodegenerativas, como las que estudiamos en BNI, o también en áreas como el cáncer”, explica Hetz.
La nota, que ya cuenta con más de 2800 descargas en una semana, constituye para el investigador una prueba fehaciente de que “la investigación realizada por casi diez años en nuestros laboratorios es de alta calidad y se encuentra bien posicionada. También, nos confirma que Chile se está convirtiendo en referente importante de la ciencia a nivel mundial”.
Hetz también ha realizado publicaciones consecutivas en distintas revistas de la serie Nature año a año, desde el 2012. “Este hecho destaca los logros que hemos alcanzado en términos de contribuir a un campo muy competitivo a nivel mundial, donde damos una mirada integradora y creativa al tema de estudio”, comenta.
Aplicaciones en salud y rol en el Parkinson
Para el experto, poder regular los mecanismos de estrés celular mediante la generación de drogas específicas, constituye una herramienta poderosa en beneficio de la salud. En el caso de patologías neurodegenerativas, caracterizadas por la muerte de neuronas, la estrategia consiste en desarrollar terapias que ayuden a activar programas de reparación, evitando así la muerte o daño de estas células especializadas. En tanto para el cáncer, el científico explica que el control del estrés celular, por ejemplo, podría ser aplicado de forma totalmente contraria, promoviendo los procesos de muerte en ciertas células, evitando que se adapten a las condiciones adversas observadas en los tumores. Al respecto, múltiples resultados positivos se han observado en la prevención de ciertos males oncológicos, como el mieloma múltiple, que afecta a la médula ósea.
En BNI, entidad dirigida por el Dr. Andrés Couve, los esfuerzos en el área de estrés celular también están dando fruto. “En primer lugar, BNI busca integrar el conocimiento en el tema buscando aspectos comunes entre enfermedades que parecen a simple vista ser tan diversas como el Alzheimer, Parkinson, Huntington, Esclerosis Lateral Amiotrófica, entre otros males. Es claro que la alteración a la homeostasis proteica es un evento transversal en las enfermedades más frecuentes que afectan al sistema nervioso. Esta mirada en novedosa y creativa y podría generar soluciones simultáneas a múltiples males” señala el Dr. Couve.
En el caso de Parkinson, ya se han identificado dos potenciales drogas que ayudan a disminuir el estrés celular, y que el año pasado comenzaron a probarse en Chile. Esto, gracias a un fondo estadounidense otorgado por la Fundación Michael J. Fox. La estrategia busca frenar el daño en las neuronas dopaminérgicas, encargadas de controlar los movimientos voluntarios.
El Dr. Hetz y su equipo también están desarrollando terapias génicas en conjunto con la empresa biotecnológica Genzyme, y apoyado por el gobierno de Chile, a través del programa FONDEF. Uno de los blancos empleados es un factor de transcripción llamado XBP1. “Este gen es un regulador maestro de las respuestas a estrés, contribuyendo a reprogramar las células hacia una adaptación más robusta, haciéndolas resistentes al estrés celular”, explica el Dr. Hetz. La entrega de este gen a las neuronas afectadas se está desarrollando como terapia neuroprotectora para varias enfermedades. Los estudios, realizados en modelo animal, y aplicados mediante una inyección a nivel cerebral, han demostrado resultados efectivos en la recuperación de la función motora, protegiendo al grupo de neuronas especializadas. Junto a ello, el científico continúa investigando nuevos elementos de neuroprotección, entre ellos, el efecto benéfico de un gen llamado IGF2. Dicha investigación, realizada junto al Dr. Rene Vidal, científico de la Fundación Biomédica Neurounion e investigador joven asociado a BNI, también espera ser probada en animales de experimentación. (Por: Carolina Todorovic. Agencia Inés Llambías Comunicaciones).
