Opinión
Aunque el 15 de junio ya pasó es la fecha que ha sido elegida para la toma de conciencia sobre el maltrato a las personas mayores. Demás está decir que el resto de los días del año debería ser de toma de conciencia sobre la importancia del buen trato a las personas mayores, como resultado de un buen trato a todos como sociedad, pero conviene detenerse a reflexionar algunas cosas sobre este tema del que poco se habla.
Envejecer es un proceso humano y la vejez es una experiencia eminentemente existencial. A no ser que la muerte detenga el paso de los años, llegar a viejos es ineludible, inexorable y determinado por nosotros mismos, pero en parte importante por el contexto en que nos toque vivir. Llegar a viejos puede atribuirse como logro a la ciencia, la economía y al desarrollo, entre otras cosas, pero llegar a viejos felices es algo más complejo y exige en muchos casos del despliegue psicosocial más ambicioso de nuestras aptitudes y capacidades adaptativas asociadas a la identidad, la autonomía y la pertenencia. Sin embargo, si no nos hacemos cargo del entorno hacemos que la tarea de lograr la integridad en la vejez sea muy dificultosa.
Cada día hay más personas mayores y más mayores, siendo el segmento mayor de 80 el que más crece y aún no se visibiliza, prueba de ello es la escasa oferta cultural, recreativa, urbana, de servicios sociales, de servicios de salud, etc.
El peor maltrato que sufren los mayores es la invisibilidad y no solo en lo que la sociedad les ofrece, también en lo que les demanda. Pareciéramos no entender que una sociedad envejecida requiere incorporar a los mayores en los desafíos del desarrollo, no podemos seguir perdiendo un sinfín de capacidades y aptitudes de chilenos que llegados a cierta edad parecieran quedar relegados al rol de abuelos o a ese rol vacío de jubilado, que aún no logramos construir ni en un estatus de dignidad ni en roles sociales de participación activa.
En Chile, actualmente hay 3.075.603 de personas de más de 60 años (CASEN 2015). Y la proyección es que esta cifra aumentará significativamente para el año 2020 representar el 20% de los chilenos. Cuesta verlo y valorarlo, al contrario, la invisibilidad se acrecienta conforme a la edad de las personas. Pero el gobierno de la Presidenta Bachelet ha dado firme con la ley que tipifica el delito de maltrato hacia la población vulnerable y que incluye a los adultos mayores, proclamada a fines de mayo. Además de proteger más a este segmento de la población, la normativa recuerda que se trata de un grupo que merece mucha más consideración.
El maltrato a los mayores se consideró por años un asunto privado, por otros tantos fue desestimado y solo con casos terribles, de extrema crueldad, la opinión pública se conmovía. Pero ahora existe un avance que va en la dirección correcta, en la de resguardar los derechos de las personas mayores.
A pocos días del 15 de junio, la invitación es a reflexionar sobre nosotros mismos, sobre lo que esperamos para nuestra última etapa de la vida y en cómo comenzamos a construir ese lugar al que llegan miles de chilenos cada año y al que todos nos veremos enfrentados. En un país envejecido, hemos dado algunos pasos pero a nivel cultural necesitamos recordar mucho más que el cambio ya comenzó y dejar la inmadurez de pensar que la vejez es un tema de otros.
