La Hepatitis C (VHC) es una infección crónica del hígado que afecta al 0.3% de la población chilena, según estudios epidemiológicos realizados en la comuna de La Florida. Se estima por tanto, que en el país hay unas 50 mil personas infectadas, que potencialmente podrían desarrollar cirrosis y cáncer hepático.
La Hepatitis C, al igual que la B, ya están en el Auge hace varios años. La canasta de tratamiento que contamos en la actualidad (Interferón pegilado y Ribavirina) logra la cura en un 35 a 40% de los casos, con importantes efectos colaterales y una duración promedio de 48 semanas de tratamiento, estando contraindicada en pacientes con cirrosis avanzada. A partir de marzo de 2018, entra en vigencia la nueva canasta GES, que incluirá drogas antivirales de acción directa, de alta efectividad, sin contraindicaciones relevantes y que logra la cura en 12 semanas de tratamiento en un 95 % de los casos.
El virus prevalece con mayor frecuencia en personas de 45 años y más, infectados probablemente en su juventud, en su mayoría por transfusión sanguínea antes de 1996 y aquellos que usaron drogas intravenosas y compartieron jeringas. Hoy los bancos de sangre están certificados y libres de este virus y todas las intervenciones se realizan con material estéril.
Urge una campaña de educación preventiva en la comunidad, para que las personas con factores de riesgo puedan realizarse el examen y los médicos de la atención primaria se sensibilicen y la busquen dirigidamente. El problema, es que las personas que acuden a consultorios y CESFAM, no tienen acceso a realizar los exámenes serológicos que podrían detectar precozmente la presencia del virus y así evitar, con un tratamiento oportuno, que desarrollen estas enfermedades.
Necesitamos el compromiso de la autoridad sanitaria para un diagnóstico temprano, y para eso debe habilitarse el examen en el primer nivel de atención. Cerca del 90% de los portadores del virus no saben que están infectados y corren el riesgo de no saberlo hasta el momento en que se les diagnostique una cirrosis. Ya el 20% de los casos de cirrosis se asocian a Hepatitis C, y es una de las causas más frecuentes de trasplante hepático. Además los pacientes con cirrosis por VHC son los que tienen mayor incidencia de Hepatocarcinoma.
En Chile se han actualizado nuestras guías clínicas para mejorar el tratamiento y tenemos total claridad de cómo enfrentar esta enfermedad. El problema es el acceso a las nuevas terapias y esperamos que la nueva canasta GES, promueva la equidad y la eficacia en salud.
Gracias al contacto con la Asociación de Pacientes con Hepatitis C, también hemos percibimos que sienten cierta discriminación social. Existe temor al contagio, producto del desconocimiento de la población de las formas de transmisión, por lo cual es importante enfatizar que estos pacientes no presentan riesgo de trasmisión a sus familias ni cercanos, puesto que el mecanismo es la inoculación de sangre o agujas contaminadas.
Bajo el lema “Construyendo puentes en gastroenterología”, la Hepatitis C será parte del próximo Congreso Chileno de Gastroenterología, que se realizará a fin de mes en Coquimbo, donde se analizará la experiencia de expertos de España y Argentina en el tratamiento del virus, así como la mirada nacional y el impacto que tendrá la nueva canasta Auge en nuestro país.