Salud
El mal uso de fármacos sin la prescripción adecuada hecha por un médico los convierte en productos inútiles para algunas patologías. Uno de los problemas que preocupa a la academia es la venta indiscriminada de medicamentos, incluso en ferias libres.
La automedicación, el uso indiscriminado de fármacos y la adquisición de medicamentos en el mercado informal son algunas de las conductas responsables de la resistencia a antibióticos; situación que encendió las alarmas de preocupación en el mundo de la salud clínica y en la academia.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud, abalados por la Organización Mundial de la Salud, señalan que las alertas responden a que hoy se registran más de setecientas mil muertes anuales, a nivel global, debido exclusivamente a las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos. La mayor preocupación es que en los próximos 25 años, la cifra aumentaría a 10 millones de fallecimientos en todo el mundo.
El doctor en Microbiología y jefe de la carrera de Tecnología Médica de la Universidad Católica de Temuco (UCT), Víctor Silva Vargas, explicó que la resistencia antimicrobiana (RAM) es una gran amenaza para la salud mundial, porque “pone en peligro la capacidad de tratamiento de muchas enfermedades infecciosas, especialmente bacterianas”.
El problema radica en que el uso de estos fármacos en distintos escenarios, incluso en la producción alimenticia, hace que las bacterias se adapten a la presencia de los antibióticos en el medio, derivando en una mutación de las mismas, pasando de una bacteria sensible que se muere ante un medicamento, a una altamente resistente. Esto, se traduce en la obligatoriedad de requerir un producto más potente para eliminarlo.
Al círculo vicioso se suma la reducción de la cantidad de antibióticos disponibles o efectivos que se necesitan para tratar infecciones como, por ejemplo, heridas crónicas, infecciones urinarias, úlceras cutáneas o problemas postoperatorios. Y peor aún, los que sí podrían ser efectivos, tienen un alto valor comercial.
El científico y consultor permanente de la Asociación Americana de Microbiología (ASM) explicó que entre las causas de la RAM, está “el mal uso de los antibióticos, como la automedicación; o la conducta de aquellas personas que no terminan sus tratamientos o los suspenden. Eso es lo que genera este aumento de resistencia”.
Identificados algunos de los problemas de base, el experto enfatiza la necesidad de no automedicarse ni comprar remedios en ferias libres. Recomienda apoyarse en un médico, que es quien prescribe una receta considerando “cuál es la situación biológica en particular, identifica la infección y la bacteria que la está causando” y con esos datos determina “una dosis durante un periodo determinado. La persona tiene que seguir al pie de la letra esa indicación “.
También se recomienda no compartir los antibióticos que eventualmente sobraron después de un tratamiento; ya que, explicó el experto, “es costumbre en nuestro país, por ejemplo, que a veces alguien tiene algún problema de dolor de garganta o siente que está con síntomas de gripe; entonces siempre hay algún familiar que tiene antibióticos guardados y la persona piensa que al tomarlo se va a mejorar”.
Como propuesta desde la academia, se recomienda hacer acciones de capacitación a profesionales de la Salud, sensibilizar a la comunidad y crear programas de optimización en el uso de este tipo de medicamentos.
Mientras que en los currículos formativos en las casas de estudios superiores, se trabaja en enseñar y promover el adecuado uso de los antibióticos y el estudio de los mismos y de los distintos microorganismos para poder entregar información fidedigna al profesional clínico, de manera que éste pueda tomar las mejores decisiones.
En el caso de la UCT, concluyó el doctor Silva, “también realizamos actividades de promoción y difusión hacia la comunidad. También hacemos campañas saliendo de la universidad e interactuando con las personas. En el caso de nuestra región, se participa de una mesa intersectorial para el uso racional del antibiótico; lo que está patrocinado y organizado por la Seremi de Salud, donde participan distintas entidades, entre ellas las diferentes universidades presentes en La Araucanía”.
