Salud
La estética y la salud visual se contraponen cuando no se asiste a lugares que estén autorizados y a su vez, cuando no existe el uso de productos regulados por el ISP, provocando problemas que incluso pueden derivar en la perdida de la visión.
En la búsqueda constante de realzar la estética, las prácticas como la aplicación de extensiones de pestañas y el uso de lentes de contacto han mantenido su popularidad durante los últimos años, haciendo que incluso su aplicación sea realizada en lugares sin la autorización previa ni regulación por parte de las autoridades pertinentes. Dado esto, existen riesgos que deberían ser considerados previo a la aplicación de cualquiera de estas opciones, considerando que la salud es la primera en estar en juego al recurrir a lugares que no cuenten con los permisos sanitarios.
Gonzalo Varas Marchant, oftalmólogo de la Fundación Oftalmológica Los Andes y vicepresidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, realiza una advertencia sobre los riesgos oftalmológicos asociados a estos procedimientos.
Varas destaca varios riesgos vinculados a la aplicación de extensiones de pestañas, siendo los más críticos las complicaciones infecciosas, alérgicas y lesiones traumáticas. Estos riesgos pueden llevar, en casos extremos, a la pérdida permanente de las pestañas.
El profesional de la salud visual comenta que “desde el punto de vista ocular vemos con frecuencia cuadros de queratitis (inflamación de la córnea) de causa traumática o asociado a los químicos utilizados en estos procedimientos. Este cuadro es muy sintomático, produciendo dolor intenso, disminución de la visión, ojo rojo y fotofobia. Adicionalmente los cuadros infecciosos como conjuntivitis o queratoconjuntivitis también son frecuentes. Finalmente, en algunas personas hemos diagnosticado reacciones alérgicas al pegamento u otros químicos utilizados”.
El oftalmólogo subraya la importancia de factores como la formación y conocimientos de la persona que realiza el procedimiento, la higiene del lugar y la calidad de los productos utilizados, y añade que “es necesario asegurarse de que la persona que realice el procedimiento esté certificada y cuente con la formación y conocimientos adecuados. Que el lugar donde se realicen estos tratamientos esté regulado y ofrezca garantías de limpieza tanto de las instalaciones físicas como de los instrumentos (pinzas) y productos que se utilizan. Finalmente, es importante informarse de cuáles son los componentes de los productos y si estos se encuentran en perfecto estado de conservación, limpieza y que no estén vencidos”.
Dentro de los instrumentos que las “lashistas”, como se les conoce popularmente, utilizan está el pegamento de pestañas, el cual involucra el cianocrilato que es el componente principal de este producto para pestañas, al igual puede contener derivados como el metil-2 cianoacrilato, el que está diseñado para unir dos superficies, en este caso, la extensión de pestaña y la pestaña natural.
El vicepresidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología advierte que “algunos pegamentos contienen productos altamente alergénicos como el formaldehído. Además, los químicos pueden producir daño al contactar la superficie de la conjuntiva o de la córnea”.
Si este tipo de productos está en contacto con la córnea o genera algún tipo de reacción, se pueden manifestar con inflamación, edema, eritema y prurito. El profesional de la salud visual comenta que “la inflamación y el daño traumático de la córnea producen pérdida de su transparencia y regularidad afectando la calidad visual”, de la misma forma, en casos más severos “puede agregarse dolor e incluso alteración de visión que, por suerte, suele recuperarse”.
Varas aborda también los riesgos asociados al uso prolongado de lentes de contacto, señalando que este puede llevar a complicaciones agudas como infecciones e hipoxia corneal, así como a complicaciones crónicas, entre ellas la neovascularización de la córnea y la pérdida de su transparencia.
La higiene inadecuada al manipular lentes de contacto se asocia directamente con la contaminación y colonización de los mismos por bacterias y otros microorganismos como las amebas, aumentando el riesgo de infecciones oculares, arriesgando incluso la pérdida de visión.
El oftalmólogo de la Fundación Oftalmológica Los Andes indica que “las complicaciones más temidas son las queratitis infecciosas, ya que además de ser dolorosas y producir alteración de la visión, pueden dejar secuelas permanentes. Dentro de estas, las infecciones por amebas suelen ser devastadoras”.
Los síntomas de una infección ocular relacionada con el uso de lentes de contacto van desde ojo rojo, secreción, dolor ocular, alteración y disminución de la visión hasta la presencia de una mancha blanca en la córnea. Ante estos signos, se insta a suspender el uso de lentes de contacto en caso de utilizarlos y buscar atención médica inmediata. De igual forma, el profesional advierte que “las personas que usan lentes de contacto tienen mayor riesgo de cuadros graves que, si no se tratan a tiempo, pueden generar secuelas permanentes”.
El uso prolongado de lentes de contacto puede afectar la transparencia de la córnea, generando neovascularización y mayor sensibilidad ocular. El doctor Varas cuenta que existen casos de “pacientes que comienzan a no tolerar el uso de los lentes de contacto, produciendo un cuadro de conjuntivitis papilar. En este cuadro, los pacientes sienten el roce del párpado con el globo ocular en cada parpadeo, refieren sensación de arenilla, sequedad y no tolerar el tener los lentes de contacto puestos”.
En vista de los riesgos oftalmológicos asociados tanto a la aplicación de extensiones de pestañas como al uso prolongado de lentes de contacto, es imperativo que quienes opten por estos procedimientos consideren cuidadosamente la elección de profesionales certificados y lugares regulados, así como también utilizar productos que estén en óptimas condiciones y a su vez cuenten con la autorización del ISP para su venta. La seguridad ocular debe primar sobre la búsqueda de la estética, y la conciencia sobre los posibles peligros, tales como complicaciones infecciosas, reacciones alérgicas y lesiones traumáticas, debe ser parte integral de la decisión.
La higiene y calidad de los productos utilizados son factores cruciales para mitigar riesgos. Mantener la salud ocular debe ser una prioridad, buscando atención médica ante cualquier signo de malestar o complicación, y considerando alternativas que no comprometan la integridad visual a largo plazo.
