Publicidad

Coleccionista de Patek Philippe dirige fondo especializado en relojes


Cuando Alfredo Paramico llega en un Audi azul al edificio neoclásico de 178 años del Four Seasons Hotel des Bergues en Ginebra, el personal se pone en acción.

“Llegó Monsieur Paramico”, dice un portero por el micrófono en su solapa, alertando a sus colegas en el interior del hotel.

Con su rostro apuesto de facciones marcadas, su camisa blanca almidonada, chaqueta a medida del sastre Biagio Mazzuoccolo y jeans delgados, Paramico parece un actor. El hotel, situado en el corazón de una ciudad que es sede de Patek Philippe SA y Rolex Group, consiente a Paramico por ser uno de los principales coleccionistas de relojes del mundo, informa la revista Bloomberg Pursuits en su número de otoño.

Ahora que todos, desde Michael Schumacher hasta Usher y Arnold Schwarzenegger, coleccionan relojes mecánicos que valen decenas de miles de dólares, Paramico forma su propio equipo. A los 43 años, el banquero italiano de Milán comenzó a comprar relojes hace más de dos décadas, antes de que las subastas de Ginebra desbordaran de compradores. Se ha dedicado a un estudio intensivo de los relojes antiguos raros reuniendo un grupo de 10 piezas de relojería excepcionales de Patek Philippe.

Su recopilación convierte a Paramico en uno de los 10 coleccionistas más importantes del mundo sobre un total de alrededor de 50.000 entusiastas, dice Davide Parmegiani, un comerciante de Lugano, Suiza, que vende relojes desde hace 25 años.

“No quiere tener todo”, dice Arnaud Tellier, consultor de coleccionistas y fabricantes de relojes que lleva 11 años dirigiendo el Museo Patek Philippe en Ginebra. “Selecciona solamente lo mejor de lo mejor”.

Pateks blancos

O sea, lo mejor de Patek Philippe, una empresa fundada en 1851 que, gracias a sus piezas hechas a mano y sus movimientos mecánicos sofisticados, se diferencia de muchos de sus rivales suizos. Varias de las piezas antiguas de Paramico se remontan a los años 1940 y 1950 y todos sus relojes están revestidos en oro blanco, platino o acero –antes que en el oro amarillo más común- lo cual les da el nombre de Pateks blancos.

Seis de éstos contienen las denominadas complicaciones que diferencian a los relojes, tal como un calendario perpetuo que se ajusta automáticamente para el inicio de un nuevo mes. Paramico dice que su colección vale unos 20 millones de euros (US$25 millones), o sea unos 8 millones de euros más de los que pagó por los relojes a partir del año 2000.

“Cuando veo la misma pátina en el cuadrante, el mismo envejecimiento en las manecillas, los índices y la pulsera, eso es lo que me gusta”, dice Paramico, un hombre discreto cuya cara se ilumina con una sonrisa cuando habla de su colección. “La satisfacción que se puede recibir de un reloj antiguo nunca puede llegar a obtenerse de uno nuevo”.

Fondo especializado en relojes

Paramico ha emprendido una nueva misión para mostrar a los inversores que los relojes pueden obtener retornos sólidos. En 2010, Elite Advisers SA, una firma que maneja fondos de inversión en vinos y joyas con sede en Luxemburgo, le pidió a Paramico que iniciara el único fondo especializado en relojes regulado sin plazo establecido.

Él ya tenía un trabajo durante el día como responsable de mercados globales en la filial italiana de Banco Bilbao Vizcaya Argentinaria SA de España, donde su equipo en Milán compra y vende títulos, deuda y activos en divisas. No obstante, Paramico no pudo resistirse al ofrecimiento y casi inmediatamente dijo que sí.

Por eso, todas las noches al llegar a su casa desde el banco normalmente se retira a su estudio en su amplio departamento del siglo XIX en el distrito elegante de Brera en Milán para manejar su fondo especializado en relojes.

“Antes tenía más tiempo libre, pero es mi pasión”, dice Paramico, que está casado pero no tiene hijos. “Podría hablar de relojes durante una semana”.

Alternativa a los títulos y valores

Paramico dice que los inversores que buscan ganancias de los activos duros están pasándose a su fondo en parte porque el mercado de relojes antiguos no está relacionado con el movimiento de los títulos. A fines de agosto su fondo por valor de 19,5 millones de euros tenía 512 piezas de relojería de lujo –en su mayoría Patek y Rolex. Él dice que el fondo podría a la larga incrementarse hasta 250 millones de euros.

Hijo de un ingeniero, Paramico recuerda que la primera vez que sintió fascinación por los relojes fue cuando era pequeño en Nápoles, Italia. Una foto familiar lo muestra como un niño de 6 años codiciando el Zenith de su madre.

“Al trabajar en finanzas y empezar a llevar una contabilidad, básicamente es necesario adoptar una visión y de eso deriva mi éxito con los relojes”, dice Paramico. “Con cada reloj importante que compraba, muchos me decían que lo había pagado demasiado. Ahora los precios que pagué resultan ridículamente baratos. Adopto una visión y en general mi visión consiste en buscar buena calidad y rareza”.

Publicidad

Tendencias