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Por suerte, el 2012 fue un mal año para los pronósticos de Wall Street


Desde la predicción de John Paulson de un colapso en Europa hasta la advertencia de Morgan Stanley de que las acciones estadounidenses declinarían, fue poco lo que Wall Street acertó en su pronóstico para el año que acaba de terminar.

Paulson, que administra fondos de cobertura por US$19.000 millones, dijo que el euro se desmoronaría y apostó contra la deuda de la región. Morgan Stanley predijo que el Índice Standard Poor’s 500 perdería 7 por ciento y Credit Suisse Group AG previó oscilaciones más amplias en los precios de los títulos. Todos demostraron estar equivocados el año pasado y a los inversores les habría convenido escuchar al máximo responsable ejecutivo de Goldman Sachs Group Inc., Lloyd C. Blankfein, quien dijo que el verdadero riesgo era ser demasiado pesimista.

Los consejos inoportunos muestran que aun los bancos más grandes y los inversores más exitosos no pudieron anticipar cómo incidirían las acciones del gobierno sobre los mercados. Un estímulo de los bancos centrales sin precedente en los Estados Unidos y en Europa provocó un aumento de 16 por ciento en el S&P 500 con dividendos incluidos, hizo bajar un 23 por ciento el Índice de Volatilidad del Mercado de Opciones de Chicago (C.B.O.E. por su sigla en inglés), pagó a los inversores en deuda griega 78 por ciento y dio a los bonos del Tesoro estadounidense un retorno de 2,2 por ciento aun después de que Warren Buffett dijera que los bonos eran “peligrosos”.

“Prestaron demasiada atención al miedo del momento”, dijo por teléfono el 2 de enero Jeffrey Saut, que colabora en la gestión de unos US$350.000 millones como estratega principal de inversiones en Raymond James Associates en St. Petersburg, Florida. “Les preocupaba que hubiera un gobierno disfuncional en los Estados Unidos. Les preocupaba el sismo del euro y la implosión de Grecia y Portugal. En vez de ver lo que ocurría a su alrededor, dejaron que estos macro-acontecimientos generaran miedo de meterse en la ecuación”.

Mercados rezagados El valor de mercado de los títulos globales subió unos US$6,5 billones el año pasado en tanto el Índice Mundial MSCI de todos los países rindió 17 por ciento con dividendos incluidos. El índice global de bonos soberanos de Bank of America Merrill Lynch de deuda gubernamental rindió 4,5 por ciento.

En cambio, los gerentes de cartera que apuntan a derrotar los mercados quedaron rezagados. El Global Aggregate Hedge Fund Index de Bloomberg, que sigue el desempeño promedio en el sector que mueve US$2,19 billones, creció 1,6 por ciento el año pasado hasta noviembre. Más de 65 por ciento de los fondos de inversión comparados con el S&P 500 quedaron rezagados respecto del indicador en 2012, según datos compilados por Bloomberg. Las 50 acciones del S&P 500 con las calificaciones más bajas de los analistas al final de 2011 anunciaron un rendimiento promedio de 23 por ciento, superando 7 puntos porcentuales el desempeño del índice, muestran los datos.

Blankfein fue más profético. “Tiendo a ser un poco más positivo de lo que oigo decir a otros”, dijo el máximo responsable ejecutivo de 58 años en Bloomberg Television en una entrevista el 25 de abril en las oficinas de Goldman Sachs en Nueva York. “Uno de los grandes riesgos que deben tenerse en cuenta es que las cosas salgan bien”.

Apuesta de Paulson Si bien los mercados el año pasado funcionaron en contra de los pronosticadores, es probable que las predicciones de éstos a la larga resulten correctas.

Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años subieron 0,52 puntos porcentuales desde un mínimo en julio hasta 1,91 por ciento, en tanto el llamado Índice VIX de volatilidad está un 8,3 por ciento más alto que su punto más bajo del año pasado. La economía de Grecia se contraerá 4 por ciento este año, según predijo el Fondo Monetario Internacional en octubre, ya que la pertenencia al euro impide que el país incremente sus exportaciones con una moneda más débil.

Paulson, fundador de Paulson Co. con sede en Nueva York, dijo a sus clientes en abril que estaba apostando contra los bonos soberanos europeos y comprando permutas de incumplimiento crediticio sobre deuda de la región. Los contratos aseguran contra una cesación de pagos y aumentan su valor cuando las percepciones con respecto a la solvencia crediticia del deudor disminuyen.

Consejo de Buffett Buffett, presidente de Berkshire Hathaway Inc. y la cuarta persona más rica del mundo en el Índice Bloomberg de Multimillonarios, escribió en una carta a los accionistas en febrero que la inflación y los bajos rendimientos hacían que, a la larga, los títulos de renta fija fueran menos atractivos que las acciones o comprar empresas enteras.

Si bien la inflación estadounidense de un 2 por ciento el año pasado dejó a los bonos del Tesoro con un rendimiento real cercano a cero, los bonos empresariales estadounidenses superaron el alza de los precios al consumidor con un aumento de 11 por ciento, según el US Corporate High Yield Index de Bank of America Merrill Lynch.

La predicción de Goldman Sachs para los títulos chinos resultó demasiado optimista. Helen Zhu, estratega para China del banco con sede en Nueva York, dijo en una entrevista el 11 de enero en Bloomberg Television que el Índice CSI 300 probablemente subiría 36 por ciento hasta 3.200 para fin de año. El indicador de acciones que opera en Shanghái y Shenzhen alcanzó un pico de 2.717,82 y terminó el año un 7,6 por ciento arriba en 2.522,95.

Alrededor de 3.000 recomendaciones compiladas por Bloomberg muestran que los analistas sobrestimaron los aumentos para las acciones CSI 300 por 33 puntos porcentuales, el segundo nivel más alto entre 45 mercados después de Rusia.

“Para los inversores, siempre es más difícil tratar de predecir las acciones políticas”, dijo el 2 de enero en una entrevista desde Hong Kon Khiem Do, responsable de estrategia en múltiples activos para Asia en Baring Asset Management, que administra unos US$50.000 millones en el mundo entero. “En general, están entrenados para analizar los datos económicos, los balances generales, etc. No están entrenados para predecir decisiones políticas. Estos factores ahora rigen más las vidas de los gerentes de cartera que en los últimos 20 o 30 años”.

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