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Perder nota AAA para Obama resultó en caída de tasas, desempleo y deficit


Desde que Standard Poor’s despojó a los Estados Unidos de su calificación crediticia AAA hace casi dos años, el desempleo ha declinado, el patrimonio de las familias ha alcanzado un récord y el déficit presupuestario se reduce. De todos modos, podría haber nuevas degradaciones.

Mientras S&P mejoró la semana pasada de “negativa” a “estable” su perspectiva en relación con la nota AA+ de los Estados Unidos, Moody’s Investors Service dijo que está esperando las decisiones de este año sobre presupuesto de los legisladores conforme evalúa reducir la calificación Aaa de los Estados Unidos. Fitch Ratings, que tiene una perspectiva “negativa” en relación con los Estados Unidos, dijo en febrero que la trayectoria de la deuda no coincide con un deudor AAA.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro son más bajos, el dólar está más fuerte y el índice S&P 500 de acciones alcanzó un alto nivel récord desde el 5 de agosto de 2011, cuando S&P dijo que los Estados Unidos eran menos solventes que Luxemburgo y otros 17 deudores soberanos. La Oficina de Presupuesto del Congreso dijo que el déficit federal será este año fiscal el más bajo desde 2008, mientras que se pronostica que la economía crecerá el año próximo al ritmo más rápido desde 2006. Hasta S&P dijo que observa “mejoras tentativas” en tanto se estabiliza el ratio deuda-producto interno bruto.

Los inversores “se reirán si hay una baja de calificación hoy”, dijo el 11 de junio en entrevista telefónica Vincent Truglia, que fue director gerente a cargo de Canadá en Moody’s cuando la compañía de Nueva York restableció la mayor calificación crediticia a ese país en 2002. “El déficit cae con rapidez y no va a subir durante años”.

Una moneda al aire

El intento de pronosticar las consecuencias en el mercado de un cambio de calificación ha resultado no diferir mucho de lanzar una moneda al aire. Los rendimientos de los valores gubernamentales se desplazaron en dirección opuesta a lo que sugerían las notas en 53 por ciento de 32 aumentos, reducciones y cambios de perspectivas crediticias el año pasado, según datos que recopiló Bloomberg sobre las calificaciones de Moody’s y S&P.

No debería pensarse que los mercados de bonos van a reaccionar cuando se modifica la calificación crediticia de un país, dado que el rendimiento de la deuda soberana refleja mejor que el riesgo crediticio cuál es su situación, según Fitch. Richard Cantor, el máximo responsable crediticio de Moody’s, dijo el año pasado que “tenemos un solo objetivo, y es asignar calificaciones que indiquen el riesgo relativo de impago y pérdidas”.

Hay programas de inversión que sólo pueden tener valores AAA, y los cambios de calificación pueden impulsar la volatilidad. La degradación de S&P contribuyó a una caída global de los mercados bursátiles que eliminó alrededor de US$6 billones de valor entre el 26 de julio y el 12 de agosto de 2011.

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