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Perder un hijo: El doloroso relato de una madre que estuvo 11 meses separada de su hija por un vacío legal Destacados

Perder un hijo: El doloroso relato de una madre que estuvo 11 meses separada de su hija por un vacío legal

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Claudia luchó sola por meses hasta que encontró el apoyo de la abogada de familia Alicia Herrera, quien se hizo cargo de su caso gratuitamente. «Me pareció un caso dramático de maltrato sicológico hacia la mujer, además de un abuso del sistema procesal y ningún abogado había hecho algo por detener esta acción», recuerda Herrera.


Tras casi un año desaparecida, la pequeña fue entregada por fin este lunes a la mamá por personal de Carabineros. El padre debió ser detenido para que devolviera a la pequeña, que estaba con él desde que tenía tan sólo tres meses. Él, abogado, no tenía la tuición legal, pero sí los conocimientos que alargaron la pesadilla. “Me pareció un caso dramático de maltrato sicológico hacia la mujer”, explica Alicia Herrera, la abogada que logró terminar con este triste periplo.

Claudia Lorca (31) conoció a Luis Gutiérrez (45) a mediados del 2013 cuando hacían ejercicios en una cancha de Lo Prado. Vivían a pocas cuadras y de a poco empezaron a frecuentarse, hasta que en octubre de ese año iniciaron algo más que una amistad.

Era el primer pololeo de Claudia. «Teníamos una buena relación y no había  tantos problemas como cuando nació nuestra hija», recuerda.

A principios del 2015, se enteró de que estaba embarazada. Con la idea de formar una familia, ella decidió irse a vivir con él. Pero las cosas no funcionaron.

«Luis se empezó a obsesionar con nuestra hija, quería tenerla solamente él y decía cosas como si pudiera, la amamantaría», explica. Y agrega: «Si yo la mudaba, él la volvía a mudar. Si yo le daba pecho, él le daba leche de nuevo. Después ya no quería ni que durmiera con ellos, me dejó tres días durmiendo en el sillón».

Esas cosas determinaron que Claudia tomara la decisión de irse del departamento que compartía con su pareja, porque no soportaba el hecho de estar ahí «por la amenazas de que me iba a quitar a mi hija».

Se fijó una mediación de cuidado compartido, que consistía en que ella se quedaría con la menor de lunes a miércoles y él, de jueves a sábado, además de que se turnarían domingos por medio. González además tendría derecho a vacaciones entre el 8 y el 21 de febrero del 2016, aunque la madre podría estar en contacto con la menor por tener sólo tres meses de vida.

Así, y como estaba acordado, el 8 de febrero Claudia llevó a su hija al departamento del padre y se retiró luego de que él se lo pidiera. Fue ahí cuando comenzó su peor pesadilla, pues cuando volvió para amamantar a la menor no había nadie.

Sin saber donde estaban, no pudo hacer mucho en esos primeros días, pues legalmente el padre podía estar con la niña hasta el 21 de febrero. Aún así, durante esos días, le pidió poder verla sin resultados positivos.

La fecha de entrega se cumplió y Claudia seguía sin saber de su hija. Ni siquiera le contestaban los llamados y mensajes. El 28 de febrero se acercó a Carabineros para que la acompañaran a buscar a su hija, pero el conserje del edificio donde vivía González le informó que su ex pareja había abandonado el departamento hace unos días.

Comenzó un largo peregrinar de Claudia para recuperar a su hija. No sabía cómo encontrar a su ex pareja, quien estuvo meses sin domicilio conocido. Luis se había titulado de abogado y conocía a cabalidad los resquicios legales que pudieron mantener a una guagua de meses alejada de su madre. Una pesadilla.

Mucho papeleo para demorar la causa

En el casi año que Luis González estuvo con la bebé fuera del acuerdo de visitas, ha interpuesto seis demandas en contra de Claudia en tribunales de familia, dos recursos de protección en la Corte de Apelaciones por supuesta vulneración de derechos hacia su hija, e incluso dos querellas en el sistema penal en los tribunales de garantía.

En el detalle de los recursos, los primeros fueron por negligencia y luego presentó una demanda por supuesto abuso sexual, debido a una fisura anal constatada en diciembre del 2015. Claudia tuvo que demostrar con informes médicos que la niña había presentado un cuadro de estreñimiento agudo, lo que le habría provocado la herida. Finalmente el tribunal de Puerto Montt -donde González presentó la demanda- terminó sobreseyendo el caso y ordenó que la menor volviera de inmediato a los brazos de su madre. Lo que no sucedió.

A pesar de que todas las causas terminaron siendo archivadas, ya que nunca se demostró ningún tipo de maltrato o abuso hacia la pequeña, el padre presentaba nuevos recursos en tribunales distintos para dilatar la entrega.

Alicia Herrera, abogada de Claudia, cree que este caso refleja cómo un hombre puede utilizar el sistema judicial para amedrentar a su ex pareja.

Durante ese tiempo, González presentó los recursos a través de domicilios falsos o de conocidos. «Con eso además de evitar ser ubicado, lograba interponer en distintos tribunales medidas que ya habían sido rechazadas en otro, empezando todo un papeleo nuevo», destaca la abogada.

Claudia luchó sola por meses hasta que encontró el apoyo de la abogada de familia Alicia Herrera, quien se hizo cargo de su caso gratuitamente. «Me pareció un caso dramático de maltrato sicológico hacia la mujer, además de un abuso del sistema procesal y ningún abogado había hecho algo por detener esta acción», recuerda Herrera.

“La madre era desvinculada de su hija sin acreditarse los hechos que se acusaban. Se daba el cuidado personal provisorio a favor del padre cada vez que él presentaba una querella y Claudia tenía que salir a defenderse, esperando reunir una serie de antecedentes para lograr que la niña volviera. Una injusticia social», reflexiona la profesional.

El viernes 21 de octubre, el Juzgado de Familia de Pudahuel decretó nuevamente la entrega inmediata de la menor a su madre, además de dictar arraigo nacional y una orden de búsqueda y localización de Gutiérrez.

A esa altura, la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres había comenzado a apoyar a Claudia y a su abogada para conseguir el reencuentro de la menor con su progenitora, con ayuda profesional y difusión en redes sociales para tener noticias de su paradero.

Para Silvana del Valle, abogada de la organización, este caso confirma que «existe un continuo de violencia hacia las mujeres, que es una violencia jurídica e institucional, que aprovecha las fallas del sistema para que los hombres puedan seguir controlando y presionando a las mujeres».

Para Alicia Herrera, el gran error de este caso es que «no hubo revisión de causas anteriores para cotejar si existían otras demandas por vulneraciones de derechos, ni el por qué fueron rechazadas. Se podría haber solucionado desde mucho antes si alguien hubiera leído las causas».

Del Valle también sostiene que aquí se confirma  que «no existe un filtro para detectar cuándo una mujer está siendo violentada, para unificar todo en un mismo tribunal especializado en este tipo de violencia».

Otro problema es que en Chile no existe la figura de secuestro parental que si existe en Argentina, México, Colombia y otros países latinoamericanos. «Si bien en nuestro país hay tratados en torno al secuestro internacional, no hay una ley que sancione penalmente el secuestro o sustracción de menores dentro de territorio, por lo que estos casos quedan impunes», destaca Herrera.

Son los legisladores los llamados a cambiar las leyes.

El reencuentro de madre e hija

Este lunes 6 de febrero, finalmente Claudia logró volver a tener a su hija entre sus brazos. Antes de ser entregada a su madre, la menor fue llevada a un centro de salud. Se encontraba bien.

Luis González estuvo detenido esa noche y fue dejado en libertad mientras dura la investigación por 30 días. Por ahora, no existe orden de alejamiento, aunque sí se pidió la suspensión de visitas mientras no se hagan los peritajes al padre para saber si es apto o no para visitar a su hija.

Él se encuentra bajo denuncia por el delito grave que negarse a entregar un menor previsto, lo que es sancionado en el artículo 355 del Código Penal.

Sin embargo, el mayor temor de Claudia es que su ex vuelva a desaparecer otra vez con su hija.

“Jurídicamente hablando, la niña está con la madre que es el régimen de tuición que determinó la justicia desde siempre”, destaca la abogada Herrera.

Actualmente Claudia y su hija se encuentran con apoyo sicológico para poder revincularse.

«Esperamos, además, que la justicia deje sin efecto las múltiples querellas que él presentó con distintos domicilios para confundir a las policías en la búsqueda y amedrentar a Claudia, quien no tiene el conocimiento de la justicia que tiene él, que es abogado”, recalca del Valle.

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