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Claudia Vargas, científica y presidenta de la ANIP: «Mujeres en el poder también reproducen actitudes machistas» BRAGA

Claudia Vargas, científica y presidenta de la ANIP: «Mujeres en el poder también reproducen actitudes machistas»

La doctora en Didáctica de la Matemática y presidenta de la Asociación Nacional de Investigadores en Postgrado (Anip), Claudia Vargas Díaz, entregó su percepción sobre la equidad de género en el escenario de la ciencia, la academia y la maternidad en conversación con El Mostrador. Para la científica aún existen «mujeres en el poder que reproducen actitudes machistas hacia otras, porque fueron instrumentalizadas en este sistema androcéntrico por mucho tiempo». En este sentido, la académica asegura que «es importante que las mujeres que logran sobrevivir a los sistemas machistas, también incidan en tratar de modificar estas estructuras, pues de lo contrario las generaciones siguientes se verán forzadas a enfrentar las mismas dinámicas, sin que haya mayor avance».


A muy temprana edad, la Dra. Claudia Vargas Díaz sintió la vocación por el saber científico matemático. Disciplinas que a pesar de ser históricamente masculinizadas,  con la incorporación de cada vez más mujeres se ha revertido este paradigma de género.

Sin embargo, para la Doctora en Didáctica de la Matemática y actual presidenta de la Asociación Nacional de Investigadores en Postgrado (Anip), los comportamientos machistas aún se replican al interior del rubro.

Así lo afirma la científica en conversación con El Mostrador, donde entregó su percepción sobre la equidad de género desde el escenario de la ciencia, la academia y la maternidad.

«Muchas mujeres estudiaron una carrera y finalmente no ejercieron porque socialmente al convertirse en madres tuvieron que quedarse en la casa, y aunque poseen un título profesional, finalmente eligieron lo que la sociedad indica para una mujer», comenta Vargas. En este contexto, para la científica «ser madre es una elección absolutamente compatible con otras actividades. Esto es más importante de concientizar por sobre incentivar a las niñas a que estudien una carrera u otra».

«A veces los modelos a seguir son mujeres que solamente se dedicaron a la ciencia. ¿Es eso lo que queremos? Las mujeres que son científicas y no son madres merecen toda mi admiración y respeto, pero creo que necesitamos cierta valoración las que somos madres también», añade.

De acuerdo con cifras de la UNESCO, solamente el 32 % de la participación en ciencia y tecnología que se desarrolla en Chile es protagonizada por mujeres. Dicho índice en cuanto a paridad de género, es uno de los más bajos Latinoamérica. ¿Cuál es su impresión frente a esto?

– Las cifras a veces no representan la realidad. He aprendido que las cifras siempre maquillan la veracidad de las fuentes. Si puedo hablar con números exactos de mi contexto más cercano, en un departamento de 58 colegas, solamente 12 somos mujeres -algunas en edad de jubilarse-. La paridad no existe, directamente lo observa un ciudadano sin necesidad de ser un matemático.

Si lo analizamos con perspectiva histórica, mi impresión es que ha pasado poco tiempo desde que se publicó el Decreto Amunátegui (febrero de 1877) que es el que autorizó a las mujeres a estudiar una carrera universitaria en Chile. Las madres se desempeñaban como dueñas de casa preocupadas de la familia y ejercían alguna labor remunerada en su casa. Las que tenían profesión eran pocas. No hace muchos años que las mujeres tienen ocupación remunerada a tiempo completo y de manera legal. 

En las universidades del CRUCH ¿cuántas rectoras hay? En cargos de poder al interior de las universidades ¿cuántas mujeres encontramos? Hay universidades que demuestran algunos avances, como la universidad de Aysén con la recién electa histórica, pero quedan las que no se actualizan todavía en esta materia.

Cambiar el sistema machista desde adentro

Para la doctora Vargas, aún existen «mujeres en el poder que reproducen actitudes machistas hacia otras, porque fueron instrumentalizadas en este sistema androcéntrico por mucho tiempo».

En este sentido, la académica asegura que «es importante que las mujeres que logran sobrevivir a los sistemas machistas, también incidan en tratar de modificar estas estructuras, pues de lo contrario las generaciones siguientes se verán forzadas a enfrentar las mismas dinámicas, sin que haya mayor avance».

¿Qué factores dificultan la igualdad de género en ciencias, cargos académicos, directivos y gerenciales en nuestro país?

 Todo lo que significa gobierno universitario sigue planteamientos de siglos pretéritos muy cercanos a la doctrina clerical. Esto se traslada a las empresas que es donde las personas se forman, luego las decisiones importantes se toman en las cenas “de negocios” donde se sigue trabajando.  ¿Y qué le pasa a las mujeres? Muchas se retiran temprano, porque deben ir a cuidar al hijo/a bebé, o tienen un pariente enfermo.

Las actividades que los hombres sí se pueden permitir quedar hasta tarde, son también aquellos espacios donde el poder muchas veces es el centro. Está todo configurado para que ellos ocupen estos espacios. Los clubes de Tobby sí existen. Muchas veces caemos en la falacia de pensar que las mujeres pueden pertenecer a estos espacios, cuando en realidad es prácticamente utópico e implica una lucha muy dura.

Es así como también se le sigue dando mayor relevancia al científico destacado, que además logra perfilarse de manera más fácil en medios de comunicación y redes sociales, cuando en realidad existen muchas mujeres que tienen tantos o más méritos en sus respectivos ámbitos de trabajo. 

¿Cómo es posible conseguir mayor protagonismo de la mujer en ciencia, investigación, tecnología e innovación?

Lo primero creo que es no callar. Mujer: si observas que te están haciendo invisible ¡Sal a la luz! ¡Di lo que piensas! Hazte notar en el sentido correcto y descubre por ti misma, no creas que hay que pedirle permiso a alguien, sé rebelde.

Si tuviera la oportunidad de enviar un mensaje a las autoridades, ¿cómo les explicaría que un país desarrollado es también uno más equitativo e inclusivo?

Autoridades, miren a su alrededor ¿qué ven? ¿Tiene servicio doméstico? Si la respuesta es si, ¿es mujer? ¿Quién le leía el cuento en la noche cuando era niño? ¿La mamá? ¿Qué hacía su abuelita? ¿Era dueña de casa? ¿Qué estudiaron sus hermanas o sus primas, si es que estudiaron? ¿Enfermería, obstetricia, educación parvularia? ¿Quién llevaba y manejaba la plata en su casa? ¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando le hablan de personas en ciencia? Las respuestas me las imagino. Cambie su visión. De usted que tiene el poder de generar propuestas, depende la equidad. 

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