En el mundo las personas vivimos en comunidad, por esa razón es imposible no necesitar a otros, sin embargo, “si yo veo que esa necesidad pasa a ser tóxica, excesiva del otro, ya sea de afecto, económica, si tengo deseos de tener acceso constante hacia él o ella, una exclusividad total en una relación, idealizar innecesariamente a la persona o si existe una dinámica de sumisión y subordinación con un miedo excesivo ante una posible ruptura, incluso si no hay motivos, son sinónimos de ser dependiente”, explica para El Mostrador Braga, la psicóloga Nicole Agurto Fuentealba.
Si hay algo que el encierro ha hecho muy bien es mostrarnos las falencias de todo tipo de sistema en el que estamos inmersos, uno de ellos gira en torno a los problemas domésticos que muchas veces vienen arraigados a problemas psicológicos que ni si quiera asumimos que podemos tener. Uno de ellos es la dependencia emocional. Y es que todos conocemos a esa amiga, amigo o familiar que por más que sabe que está en una relación tóxica, que no es feliz y que vive de forma miserable, no se atreve a salir de ese ambiente y dejar a esa persona tan dañina.
La dependencia emocional es una necesidad de carácter afectivo, más bien extremo, desde una persona hacia su pareja o hacia otra persona, tomando en consideración relaciones que ha tenido anteriormente. Es un patrón persistente, “es un deseo que se hace irresistible por el otro, sin razón de poder justificar ese deseo, es la necesidad de tener a otros para sobrevivir”, explica para El Mostrador Braga, la psicóloga Nicole Agurto Fuentealba.
“Pasa que vivo con mi pareja desde hace dos años y me tiene agotada, pero no encuentro en mí la fuerza para dejarlo. Me llevo todo el peso de la casa sola, no hace nada excepto cocinar, si le pido algo es una pelea monumental porque “está ocupado”. Ahora que estamos en cuarentena se pasa jugando, me da pena porque cada vez que entro a decirle algo, sus amigos (online) me agarran pal webeo, me ha tratado de loca y peor, por mis enfermedades, soy persona de riesgo, y ¿quién tiene que ir a comprar siempre porque el pobre está cansado por amanecerse jugando? Yo”. Cuenta parte del testimonio de Alejandra Ramírez*, emprendedora de la quinta región.
“Cuando él sale a comprar por aquí a los negocios y le pido que aproveche de traerme algo me putea porque según él, yo estuve esperando a que él saliera, en vez de ir yo, y que no me va a traer nada (siendo que le iba a pasar yo la plata para lo que le pedí). Estoy agotada, lloro a cada rato, paso enojada, siento que me amargué”, continúa Alejandra.
“Lo peor es que siempre vuelvo, me doy rabia, ¿cómo tanto?, Yo sé que él es tóxico y que no va a cambiar, la vez que terminé con él porque se había perdido como por tres días, cuando ya tenía todo listo para irme a la mierda, sentí una desesperación horrible, casi como un ataque de pánico porque no lo iba a ver más y es como ¡qué me pasa por qué! no es normal. No sé cómo llevarlo, lloro mucho, todos los días me siento miserable, me siento tonta por no poder dejarlo”, finaliza Alejandra.
Y es que este apego patológico es una de las grandes razones por las que miles de personas permanecen en relaciones que son dañinas para ellos. La persona dependiente sacrifica lo que realmente quiere y acepta lo que el otro quiere, queda con total disposición de que el otro pueda cumplir sus caprichos, incluso si esto es malo para él o ella, “objeta a la persona de tener libertad, esto solo por miedo a ser rechazados”, señala la psicóloga.
Para saber a qué se debe la dependencia emocional, primero debemos conocer las características de estas personas: generalmente se caracterizan por tener baja autoestima, tener comportamientos de sumisión, pensamientos más bien obsesivos con su pareja, ansiosos y/o depresivos, sufren un miedo intenso al pensar en el hecho de que pueden ser abandonados, por miedo a tener que enfrentarse al peligro.
“Existe una diferencia entre amar y necesitar, estas dos se confunden, siendo que lo que sienten realmente es necesitar de otro. Se caracterizan también por su indefensión. Aquellas personas que sufren de dependencia suelen elegir a sus parejas con ciertas características, personas que sean empoderados, seguros, soberbios, egocéntricos y personalidad dominante”, señala Agurto,
Esta dependencia generalmente se da en aquellas personas que carecen de afecto y atención por parte de sus padres o cuidadores en la infancia, también en cómo se dieron sus relaciones familiares y con su entorno, pares, parejas, compañeros y de verificar si es que hubo señales de maltrato.
Si bien es difícil que una persona dependiente emocionalmente se dé cuenta de que está ocurriendo, si te cuestionas si acaso eso te ocurre a ti, lo primero que debes hacer es pensar en “cómo soy con mi pareja, amigos, personas significativas, etc. y preguntarme, ¿realmente necesito de ellos para poder subsistir o sobrevivir de alguna manera? ¿Esto es en exceso o es ligero? ¿Puedo soportar la idea de imaginarme sin él o ella? ¿Soy capaz de soportar la idea de que puedo solo o sola con la vida?” Si las respuestas se dan a una necesidad excesiva del otro o incluso si me altero fácilmente a la idea de no tener a esa persona, se podría pensar en que tengo dependencia emocional.
En el testimonio de Alejandra ella cuenta que, ante la posibilidad de terminar la relación, su propio cuerpo tiene una reacción que se da en situaciones de colapso por exceso de estrés, algo cercano a un ataque de pánico, con hiperventilación, sudoración, sensación de ahogo.
Este tipo de reacción es muy angustiante para el cuerpo y la mente, razón por la cual las personas que atraviesan por este tipo de contextos buscarán una manera de evadir en vez de enfrentar, es por eso que la ayuda profesional es tan importante, ya que es un trastorno psicológico muy estigmatizado, en las personas se sienten tontas por no ser capaces de cortar la relación y los demás culpabilizarán a la víctima por “dejarse maltratar”.
La psicóloga en este sentido explica que el trabajo terapéutico se determina mediante la historia biográfica y de relaciones anteriores que haya tenido la persona en cuestión: en qué medida se han producido, quienes son estas personas, que tipo de relación tienen con él o ella, de qué personas se han producido estas carencias o maltrato, intentar relacionar si hay alguna característica en común en cómo la persona ha intentado encontrar el cariño de otros y si realmente necesito agradar a otros para sentirme querido y validado.
También es necesario que el paciente haga una introspección, “qué ocurre conmigo, quién soy, cómo soy, dónde quedan mis deseos y sueños, la autoestima es preciso poder trabajarlo, desde ahí se hace la importancia propia, el amor propio, encontrar un autoconcepto y autoconocimiento”.
Puede ocurrir con una pareja, familiares y amistades. En la familia la dependencia se conforma por padres muy autoritarios, por lo tanto, hijos, esposos, hermanos, pueden verse demasiado atemorizados con la idea de buscar aceptación, confianza o amor con sus figuras de apego y acuden a otros familiares.
También puede ocurrir que existan padres muy ansiosos, en la cual su familia o hijos son educados con demasiado temor y miedo al enfrentarse al mundo y a lo desconocido, se crea una dependencia hacia ellos, necesitan esa protección para realizar su vida.
Otra opción es la dependencia social, ya que ocurre la “excesiva necesidad de ser reconocido en cualquier entorno, para sentirme validado, incluso sobrepasando sus propios límites. En caso de no ser aceptados, no soportarían la idea de ser rechazados, lo que conlleva a una descompensación fácil y rápida. Lo común en estos casos, es el miedo a enfrentarme a las situaciones que pueden ocurrir, baja autoestima y ansiedad”, connota la experta.
Para poder superar esta dependencia, es necesario poner atención “en cómo me siento en mis relaciones, escucharme, ver cómo me siento con ciertas cosas. Si te dicen que la dependencia emocional se cura con medicamentos, ten cuidado, solo en algunas personas funciona la medicación, la automedicación no se recomienda, y por supuesto que debe ir acompañado de una terapia psicológica”, expresa Agurto.
Además, agregó que, “si ves que eres víctima de violencia por ser dependiente emocionalmente, acude a los números de emergencia que hay para estos casos, recordar que, si necesitas compañía o ser escuchado, acude a grupos de profesionales de la salud, grupos feministas, en la mayoría muchos de ellos son gratuitos”.
*El nombre fue cambiado a petición de la entrevistada para proteger su identidad.