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Calzones menstruales: una opción reutilizable perfecta para las mujeres que no pueden usar la copita menstrual BRAGA

Calzones menstruales: una opción reutilizable perfecta para las mujeres que no pueden usar la copita menstrual

Durante su período menstrual una mujer utiliza aproximadamente 5 toallas higiénicas normales diarias, que da un total de 25 durante un mes. Si cada compresa después de usada pesa 5 gramos, se producen 65 kg de basura al año solo en toallas sanitaria, por lo que las opciones más amigables con el medio ambiente se están haciendo cada día más populares. Si bien la copita menstrual es una de estas alternativas, no está recomendada para todas las mujeres, ya que para quienes tengan endometriosis, ciclos muy dolorosos con dismenorrea aguda o útero en retroversoflexión, no les será una opción cómoda. Así lo explico a El Mostrador Braga la matrona Marcia Otto, quien lanzó su propia línea de calzones menstruales, en conjunto con Catalina Astorga, diseñadora de vestuario, como una alternativa reutilizable apta para mujeres que tengan estos problemas.


Cómodos, sin olores, no producen infecciones ni hongos, más económicos y reutilizables, así son los “calzones menstruales Lilu” creados por la matrona Marcía Otto y Catalina Astorga, diseñadora de vestuario. Otto fue quien decidió lanzar una línea dedicada especialmente para las mujeres que estén buscando una línea de higiene menstrual más amigable con el medio ambiente y más económica al largo tiempo.

En los últimos años han salido al mercado varios productos reutilizables de higiene menstrual, entre ellos las toallitas higiénicas reutilizables, la copita menstrual y el calzón menstrual, esta última es ideal para las mujeres quienes tengan problemas con la copita, la cual no es la mejor opción para todas las mujeres. Así lo explicó la matrona, quien conversó con El Mostrador Braga sobre los beneficios de este producto que se acomoda a todas las mujeres.

En una búsqueda por una opción sustentable en el tiempo que se acomodara a sus necesidades, Marcia Otto fue la primera en fabricar en Chile una línea de calzones menstruales, los cuales podrían reemplazar el masivo uso de las toallas higiénicas y los tampones, que año a año se transforman en toneladas de basura contaminante para el medio ambiente.

“Hace más de 2 años que conocí los productos. Los vendían en Estados Unidos, me parecían súper buenos, pero eran carísimos, entonces quise traer esa idea a Chile, pero obviamente importarlos ya era excesivo, o sea cada calzón iba a costar 50 mil pesos, así que dije porqué no lo hacemos aquí en Chile, diseño nacional y ahí surgió la idea, los hacemos directamente acá con insumos y con tela chilena”, señaló Marcia.

Agregando que la elección del calzón versus la copita nació de su necesidad propia. “Yo nunca, nunca me llevé bien con la copita. Hay que recordar que la copita no es para todas las mujeres, principalmente mujeres que tengan endometriosis… ciclos muy dolorosos con dismenorrea aguda o útero en retroversoflexion, la copita se puede convertir en una tortura y yo tengo esas tres cosas, entonces para mí nunca fue una opción la copita, intenté usarla mil veces… se me salía, me dolía la sentía, probé todas las tallas, unas se me quedaban adentro, las otras se me caían cuando iba al baño… porque también hay que tener ojo ahí, cuando está el piso pélvico debilitado el uso de la copita tampoco es opción hasta que tú fortalezcas el piso pélvico”, explicó la matrona.

Una opción más amigable con el medio ambiente

Dentro del mercado de la higiene íntima existen dos grandes categorías de artículos enfocados en la menstruación: los desechables, donde están las toallas higiénicas, tampones y protectores diarios y los reutilizables, los cuales son creaciones más recientes, dentro de las cuales están la copita menstrual, las toallas lavables y los calzones menstruales.

Según destaca el artículo “La menstruación no es sucia, no es tóxica, no es basura”: el duro camino a la reconciliación con nuestro cuerpo, publicado en El Mostrador Braga, “una mujer utiliza aproximadamente 5 compresas normales diarias, que da un total de 25 durante un mes. Si cada compresa después de usada pesa 5 gramos, se producen 65 kg de basura al año solo en toallas higiénicas. En cuarenta años son 2.600 kg de basura. O sea, que cada cien mujeres menstruantes producen 6.500 kg de basura al año. En cuarenta años tiramos a la basura 260 toneladas de protección menstrual altamente contaminante”.

En ese contexto la matrona destaca que estos calzones tienen un beneficio bastante importante para el medio ambiente porque “cada calzón tiene una vida útil de 60 lavados, eso significa que el calzón te dura por casi cerca de 3 años cada uno y tú lo vas usando dentro de tu ciclo, lo lavas y lo vuelves a usar, si quieres utilizarlo tres veces en tu ciclo bacán o sea no hay problema, en ese sentido baja mucho el impacto que generan los residuos menstruales mes a mes”.

Impacto positivo en la salud sexual de las mujeres

“El principal beneficio de estos calzones es con el cuerpo femenino. Son antibacterianos, tienen hartas características importantes… evitan la proliferación de hongos, evitan los malos olores”, aclaró Marcia.

La clave de que no produzca ningún tipo de infección o perjuicio para las mujeres está en la tela del producto. “Actualmente no estamos trabajando con algodón porque el algodón genera un desgaste más rápido, si bien es más eco usar algodón, la vida útil o la vida media del calzón duraría menos porque el calzón tiende más a generar motas, tiende más a generar manchas en la zona…”, aclaró la especialista.

Añadiendo que “el que no estén hechos con algodón no significa que no sean aptos para el uso en la piel vulvar ni femenina. En contacto con la vulva tiene una microfibra deportiva y esa microfibra deportiva que es absorbente y anti olores y evita la humedad. Es bastante amigable, porque además mantiene el área seca y tiene un nivel de absorción 7 veces mayor que lo que tiene el algodón si estuviera en contacto con esa área y con respecto a la tela externa es lycra dupont, por lo tanto moldea y estiliza bastante la figura”.

Además la matrona asegura que es prácticamente imposible manchar la ropa, ya que la clave estaría en la composición y la cantidad de capas de tela que tiene el calzón, en este caso son cuatro y cada una cumple una función diferente, lo cual en conjunto genera seguridad durante el periodo.

Con respecto a las posibles “filtraciones”, a las cuales muchas mujeres les temen, Marcia señala que ella es “una persona de flujo abundante y a mí me pueden llegar a durar hasta 10 horas los días abundantes. Obviamente todas las mujeres somos distintas, todas tenemos un flujo de textura distinta, de confección distinta, entonces puede que haya mujeres que tengan menos flujo que yo, pero sea más liquido y puede que ahí haya un mayor riesgo de que pasen antes de las 10 horas, pero en general dentro de las primeras 8 horas funciona perfecto, para flujos muy abundantes. En mujeres de flujo abundante el calzón lo pueden usar por 8 horas tranquilamente”.

¿Cómo cuidar estas prendas para que duren más tiempo?

La especialista en sexualidad señala que para lavarlo sugiere hacerlo con agua helada en la lavadora, bien centrifugado, “lo idea es que centrifugue bien porque si no pueden quedar residuos en las capaz absorbentes, entonces esa no es la idea”.

El proceso de perder el “asco” a la menstruación

Durante muchas décadas la menstruación fue un tema tabú incluso entre las mujeres. A todas les llegaba la regla pero nadie hablaba de ello, se intentaba ocultar lo más posible el rojo de la sangre en la publicidad y a muchas mujeres incluso les daba asco. Este paradigma ha ido cambiando con la llegada de estas nuevas opciones ecológicas reutilizables, las cuales hacen que las mujeres se conecten con su ciclo y pierdan la aversión a su propia sangre.

“Creo de todas maneras que este último tiempo especialmente después de la pandemia o durante la pandemia se ha naturalizado mucho más, cosa que el año pasado no se veía. O sea yo creo que el año pasado el uso de estos calzones menstruales hubiese sido algo impensable porque había mucho más asco al hablar de menstruación”, dijo Otto.

Agregando que a su juicio “la pandemia ayudó un poco en eso porque la mujer estuvo más en la casa, más conectada con su ciclo. Las mujeres que tienen que salir todos los días a trabajar y que “chao se ponen el tampón y se van”, pudieron experimentar más durante la pandemia, quizás “oh me da lata ponerme el tampón, voy a andar sin nada…” y eso les dio a conocer cómo era su flujo, cómo olía, cómo se palpaba a perder un poquito esa nausea inculcada que nos ha enseñado a tenernos asco a nosotras mismas”.

En cuanto al prejuicio de que la menstruación tiene mal olor o que los calzones podrían llegar a generarlo, la matrona aclaró que “la sangre menstrual no debería tener mal olor y de hecho si hay mal olor en la sangre menstrual probablemente hay una vulvovaginitis y es infecciosa y con respecto a si se juntaría olor, porque “obviamente se va a cumulando la sangre…”, la verdad es que no, porque las telas son antiolores, por el tipo de composición y el tipo de tejido con que están hechas”.

Cabe destacar que estos calzones son una de las opciones que existen dentro del mercado reutilizable de higiene menstrual, y que estos pueden llegar a durar hasta 60 lavados, además “Lilu”, está pensada en todos los tipos de cuerpos de las mujeres, “trabajamos tallas desde las XS a la doble XL. La doble XL está basada en talla chilena, entonces no son tallas chinas, por lo tanto se ajustan bastante bien al cuerpo para que eso lo tengan presente”, aclaró Marcia.

En cuanto a los valores fluctúan dependiendo del modelo y van desde los 15 mil pesos hasta los $17.990. Para saber más de estos calzones puedes ingresar a su página web https://www.lilu.cl/ o a su cuenta de Instagram @calzonesmenstruales.

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