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Hacer arte desde la disidencia: “es el orgullo de una lucha inmensa, una forma de sobreponerse y resignificar con furia nuestra alegría, nuestra forma de ser” BRAGA

Hacer arte desde la disidencia: “es el orgullo de una lucha inmensa, una forma de sobreponerse y resignificar con furia nuestra alegría, nuestra forma de ser”

Javiera Bruna
Por : Javiera Bruna Fonoaudióloga y Comunicadora
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Cuatros historias de artistas representantes de la comunidad lgbtiqa+ se cruzan en esta entrevista con El Mostrador Braga. Noah Blanco, Gowosa, Karin y Francisca de la banda Frank´s White Canvas cuentan sus experiencias desafiando los cánones impuestos respecto de su identidad para dar lugar a su trabajo en el arte, formas de expresión que también han adquirido para resignificar su lucha.


Noah Blanco, cantautor y primera persona trans en cambiar su sexo registral en Chile; Gowosa, directora de arte trans y mente creativa de destacadas producciones musicales como Camila Moreno y el mismo Noah Blanco; Frank’s White Canvas, lesbianas visibles, ganadoras de del premio Pulsar 2021 como mejor banda de rock, compartieron la experiencia de hacer arte en Chile desde la disidencia con El Mostrador Braga en el marco de la Día del Orgullo este próximo 28 de junio.

Porque al arte se le ha considerado desde siempre un lugar de resistencia, desde donde las disidencias han interpelado las opresiones sociales y políticas ligadas al sistema sexo-género, y aunque es tal vez uno de los espacios más permeables a la diversidad, su conexión con las lógicas ligadas a la industria cultural, continúan cavando brechas de acceso y oportunidades.

¿Cómo responden les artistas a esta realidad? La unificación y aceptación de su identidad como motor desde donde nace la creatividad, y el activismo como referente social, son algunos de los factores claves al momento de hacer arte desde una disidencia sexual.

El descubrimiento de la identidad: “Cuestionarse uno misme cuáles son las cosas del sistema que me fueron asignadas y cuáles realmente soy yo para poder empatizar”

Transicionó hace dos años y aunque es músico desde hace mucho más, nunca quiso llevar a cabo un proyecto musical con su nombre anterior. El cantautor trans, Noah Blanco, inicia esta conversación dividiendo el antes y el después de su trabajo en la música, el que estuvo marcado fuertemente por su identidad de género, “es muy identitario no haber querido llevar adelante un proyecto solista con mi nombre muerto”, indica y agrega que, “cuando transicioné todas esas puertas se abrieron, entendí mucho más lo que quería hacer, entendí quién era, lo que quería expresar, entendí que me refería a mí en masculino, que me gusta mi nombre y todas esas cosas generan un proyecto súper potente, pero a la vez muy novedoso”.

Algo similar expresa Gowosa, directora audiovisual de la Universidad Católica, quien orientó su trabajo por las historias de las disidencias, “no me interesan mucho los personajes que no llevan una lucha o un cuestionamiento identitario homosexual profundo, ni siquiera me contentaba con personajes homosexuales, siempre quise profundizar un poco más”, expresa.

Gowosa:

“Hacer arte no es fácil para nadie en Chile, menos en los casos en que llevar a cabo una actividad tan precarizada se junta con pertenecer a una disidencia sexual”.

En su experiencia, el rol identitario también jugó un papel fundamental en su creación, “fue muy bonito que, con mi trabajo en el arte comencé a despertar a mi propia identidad. Mi trabajo fue también una respuesta a quien era yo, finalmente y eso pasaba porque iba relacionándome de manera artística y sensible con estas ideas de diversidad, de no sentirme conforme con lo que se me había asignado en algún momento incluso como hombre gay era algo que yo sentía que no me pertenecía de alguna manera”, explica.

Por su parte, las chicas de FWC, si bien escogieron comunicar públicamente su orientación sexual seis años después de creada la banda, concuerdan con que la identidad es un pilar fundamental sobre el que se sostiene el trabajo creativo , “nos dimos cuenta de lo importante que era visibilizar, yo creo que supimos desde chicas que una tiene que vivir su verdad y no importa lo que esté pasando hacia afuera, ‘quiero ser feliz primero’ y eso nos permitió vivir con nuestra orientación, con dedicarnos a lo que nos íbamos a dedicar, de partida dedicarse a la música en Chile ya es algo ‘familiarmente polémico’ y así con todas las decisiones para adelante”.

En este sentido, Gowosa aporta, que las disidencias tienen en común la profunda reflexión del ser a la hora de crear, ya que el arte no es sólo la expresión de una propuesta estética o plástica, si no que abarca una idea mucho más abstracta la que se expresará de diversas formas dependiendo del artista.

Sobre la identidad, Noah propone que, si bien en la comunidad lgbt es muy diversa, el ámbito creativo, cada disidencia se encuentra movida de forma diferente como una identidad de género y política a la vez, “creo que todo lo que tiene que ver con el arte lgbt es súper político porque se refiere a tomar una posición en el mundo y es imposible que vivir la opresión desde tu lugar social que no te lleve a querer comunicar la injusticia de alguna forma”, apunta.

Noah Blanco:

“En la cultura, en la música, en el arte, las personas trans hemos existido incluso desde lo exótico ‘ah esta persona es como rara, porque es artista’”.

Para cerrar este punto, Karin y Francisca de FWC, perciben el rol identitario en la música como un acto de expansión en los referentes que se encuentran en la industria. Desde sus inicios en este medio nunca fue un tema referirse a su identidad de género, hasta que socialmente se abrió la conversación, “empezamos a ver lo que estaba pasando y creo que eso nos invitó mucho a hablar sobre nuestra orientación y a visibilizar el rol de la mujer en espacios que son comúnmente masculinos como el rock en chile, fue ahí que nos dimos cuenta que no habían referentes y era importante aportar a la diversidad de personas que se dedican en este medio a la música y de esta forma que la gente que piensa en el rock en Chile no piense solamente en hombres, sino que también hay mujeres y también disidencias”, opinan y agregan, “es un desbloqueo y un jaqueo al sistema de lo que quizás nos habríamos imaginado antes”.

Creatividad y política: “Cuando tú te paras en un escenario y eres trans, tienes una posición política sin decir absolutamente nada”

Y es que los referentes en el arte cumplen un papel relevante al momento de abrir las discusiones e imaginarios de ser para quienes aún no logran expresar su identidad o para las generaciones que vendrán. Sobre este punto, Noah Blanco nos cuenta que fue uno de los proyectos Fondart de música seleccionados para este año, el único proyecto trans -por cierto- y desde ahí nota un avance en términos musicales, pero faltan referentes, “no tenemos referentes trans en los Pulsar, ni haciendo sonido, ni técnicos. Entonces somos una seccionalidad del lgbt que queda bastante en el fondo y se siente el estigma de que si eres trans tienes que hacer el trabajo tres veces mejor porque si no quedas directamente en el underground implícito de la música por tu seccionalidad y por lo mismo no hay muchas oportunidades de estar en un mainstream musical”.

Sobre la representación, Gowosa expresa, “a los artistas de las disidencias se nos exige dar cierta visibilidad y representación que no me parece justa, no me parece que todes deban tener un rol político o activista o de visibilización si es que no lo quisieran tener, se ha dado que los artistas de la comunidad hemos aportado a visibilizar nuestras causas, porque como no hay un gran movimiento lgbt en chile, la gente probablemente no se siente tan identificada con les artistas de la diversidad sexual como sí se siente con los y las artistas en general, entonces me parece que ahí se ejerce una cosa como media de voz, de autoridad”.

En este contexto, “pienso que tenemos que explicar constantemente cómo y quiénes somos y tenemos que exigir al resto espacios de tolerancia, entonces todo esto nos hace querer tener una voz y me parece que el arte también permite esa capacidad de dar voces, desde quien pones en escena, hasta cómo lo pones en escena y todos esos cuestionamientos internos conllevan de alguna manera a que las obras puedan adquirir una potencia”, agrega.

Karin y Francisca de Frank's White Canvas:

“Después de seis años de hacer la banda empezamos a hablar de nuestra sexualidad, ahí recién le empezamos a tomar el peso de por qué era importante visibilizar esta realidad”.

Respecto de la capacidad de dar voces y ya en un terreno más creativo Karin Y Francisca manifiestan que las disidencias comparten experiencias y sensaciones distintas, “que por lo mismo las hacen parte de una comunidad lgbt” y eso compromete un potencial creativo mayor. “Creo que donde hay más sufrimiento en la vida, hay más inspiración. Donde hay más vivencias, no sólo lo malo sino también lo bueno o donde hay más ansias de conectar hay una fuente de inspiración y conexión muy fuerte”, dice Francisca, “hay una perspectiva distinta”, agrega Karin.

La historia común

La historia común de estos representantes de la música y al arte siendo parte de una disidencia sexual, son por lo tanto historias de personas que han tenido que pensar en algo más que en el talento, pero a la vez han abierto a través del arte una puerta a la creación y al poner en común. “El tema identitario con la industria musical, tiene que ver un poco con el no entender el nuevo sistema en el que estamos entrando, entonces preferimos quedarnos con lo que conocemos y acá es super relevante que es la responsabilidad en la industria, estos espacios nunca se van a abrir si los que tienen que hacerlo no lo hacen, es súper abusivo pedirle a las personas trans que golpeen y boten murallas, como romantizando la lucha de tener que llegar a un lugar, de darlo todo”, indica Noah.

“No me gusta mucho trabajar en base a historias que se centren en la opresión, no por desconocer que eso pasa, al contrario, hay que reconocerlo, pero me parece que hay algo profundamente más doloroso que eso y es ‘yo como persona trans me siento oprimida por este ambiente que no me deja’ y cómo, eso que ocurre en el exterior, me daña en mi interior. Me gusta exponer cómo la violencia de una cultura patriarcal hétero cis normada hace que nosotres tengamos que ser personas que nos dañemos a nosotras mismas y no sólo que nos griten, que nos dañen, que no nos dejen hacer cosas, es que a nosotras nos cuesta mucho reconciliarnos con nuestro ser, con nuestras almas a propósito de algo que ocurre fuera de nosotros”, reflexiona Gowosa.

“El nombre de nuestro último disco es “My life, my canvas”, la síntesis del concepto de la banda es ser responsable de su libertad, que en el fondo uno puede tomar su camino de la forma más honesta posible consigo mismo para poder ser felices, tal como un pintor lo hace con su lienzo que puede pintarlo y despintarlo cuantas veces quiera. Esta visión de poder volver a comenzar y reinventarte cuántas veces sea, nació con mi experiencia a los 13 años dándome cuenta que yo era lesbiana, que la visión que tenían mis papás y el mundo sobre mí, no era la visión que yo tenía y si me transformaba en lo que ellos querían, me iba a morir y una vez que hice el cambio, yo era feliz y no me importaba nada” cuenta Francisca

“Agradezco todas las experiencias que me ayudaron a contrastar quien era yo realmente y claro, el lienzo del que hablamos siempre es una oportunidad, como dice la pancha, pero también es un super recordatorio de supervivencia, de que si no lo haces al final… más allá de borrar y empezar de nuevo, es una lucha y en base a esa supervivencia y lucha constante de querer ser uno mismo, está toda esta inspiración”, finaliza Karin.

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