Yo opino
Créditos: Agencia Uno
A las mujeres se nos enseña desde que somos niñas a portarnos mejor que los hombres, a que ser calladitas y reservadas, quietas y tranquilas está bien y es lo esperado. Es por esto que cuando una niña es así no se tiende a mirar nada inusual en ellas. Las niñas con rasgos autistas, tienden a pasar desapercibidas, incluso a los ojos de sus cuidadores ya que cumplen las expectativas de lo que se espera hagan las niñas en comparación a sus pares hombres.
Existe un número bastante superior de hombres que reciben el diagnóstico de autismo en comparación a mujeres. Pero, una de las razones que explica esta diferencia de género no es que sea más frecuente en el género masculino, sino más bien y únicamente porque los estudios y las técnicas de evaluación para confirmar el diagnóstico se han estudiado preferentemente en hombres. Se ha visto que existen diferencias en la expresión conductual del autismo que diferencia a mujeres, y en eso tiene una gran influencia el patriarcado.
También se enseña a las niñas a desempeñarnos mejor socialmente ya que se nos inculca encajar y complacer desde la cuna. Se ha estudiado justamente a raíz de lo anterior, que el proceso de camuflaje o enmascaramiento de los rasgos autistas son más frecuentes en la población femenina. Pues bien, niñas y posteriormente mujeres autistas existimos, hemos existido siempre y el boom en el número de diagnósticos tardíos da cuenta de eso. No es que ahora el tema esté de moda, sino que se ha ido conociendo la realidad del espectro en general y se han especializado en visualizar los rasgos autistas en mujeres.
El patriarcado ha atrasado e invisibilizado muchos diagnósticos de autismo, no solo el mío sino el de muchas otras mujeres más ¿Cuántas mujeres más andan dando vuelta por ahí, siendo autistas sin saberlo? Es que el autismo no es algo tan descabellado, es un espectro amplio en el que cabemos muchas personas y las mujeres también.
[cita tipo=»destaque»]Se ha visto que existen diferencias en la expresión conductual del autismo que diferencia a mujeres, y en eso tiene una gran influencia el patriarcado. [/cita]
El 18 de junio se conmemora el día del orgullo autista, y se releva esta fecha en vez del día de la concienciación del autismo, ya que el paradigma desde donde se mira esta data es diferente. Por supuesto que es importante la concienciación del autismo, sin embargo, es hora de dejar de rogar la inclusión y comenzar a declarar con orgullo el ser parte de esta condición. Concebirse neurodivergente, el sentirse cómodx siendo autista y por sobre todo, comenzar a visibilizar nuestras peculiaridades sin la mirada clínica que manifestó durante muchos años que esta condición era un trastorno o síndrome.
Desde la Universidad Estatal de O’Higgins, institución a la que pertenezco, y donde actualmente hay 20 estudiantes matriculados que han reportado esta condición, nos sumamos a esta consigna, “comprender que vivimos en un mundo diverso y que vincularnos y socializar con la diferencia nos permite desarrollarnos ampliamente como seres humanos, nos hace crecer y potenciar nuestras habilidades y talentos”.
Durante una semana, y a través de su Unidad de Inclusión, dependiente de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, se realizará el lanzamiento de un taller de habilidades sociales, con el método PEERS; charlas sobre el tema y videos informativos con experiencias personales de autismo universitario. Necesitamos informar(nos) y educar(nos) sobre el autismo, solo así daremos pasos que avancen hacia una verdadera inclusión.
