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¿Feminista yo?: «Todos deberíamos serlo» Yo opino

¿Feminista yo?: «Todos deberíamos serlo»


Chimamanda Ngozi Adichie una escritora, mujer nigeriana compartió en su libro Todas deberíamos ser feministas algunas de sus vivencias que le dan cuerpo a mi columna en este primer día de invierno.

A pesar de que con Chimamanda no compartimos más que el feminismo, que ambas usamos tres nombres, crecimos en lugares geográficos diferentes. Y que nuestros padres se dedicaban a actividades diferentes en sus vidas. 

Primero pienso en mis dos amigas nigerianas Rivangua y Cordula a quienes conocí en India, y me pasa por la mente el relato de Chimamanda “El peligro de la historia única” (Versión Tedtalk).

A decir verdad, rodos los libros que me leí de niña, eran de historias de niños o de hombres: El quijote de la Mancha, Papelucho en todas sus variedades, Corazón, El Corsario negro (el más horrible).

Quizás por ello, me gustaban las actividades que compartía con amigos varones de mi misma edad en la adolescencia.

[cita tipo=»destaque»] Ni por decencia pensarán los hombres en que las mujeres fueron quienes nos parieron y quizás les deberíamos un espacio importante por aquí y por allá. [/cita]

Pero con el libro de Todas deberíamos ser feministas (ojo: y todos también) me quedé atragantada con las vivencias expresadas por Chimamanda.

Recuerdo aquella en que Chimamanda pagó la propina al acomodador de autos y el hombre le dio las gracias a su amigo. No es raro. En la forma de pensar de mi viejito que está en el cielo, en una oportunidad le dio las gracias a mi esposo por pagar el almuerzo familiar. Quizás no vio que fui yo quien lo hizo, pero reflexioné: ¿tan natural es que el hombre sea el que pague?.. En Nigeria y en Chile en el siglo XXI. África y América del Sur.

Luego, Chimamanda hace una reflexión sobre que el 52% de los habitantes del planeta tierra son mujeres. Si somos más nosotras, ¿por qué ellos están en todo y son más por todo sitio? ¿Dónde estamos las mujeres? Ni por decencia pensarán los hombres en que las mujeres fueron quienes nos parieron y quizás les deberíamos un espacio importante por aquí y por allá. Basta mirar algunos departamentos científicos para contabilizar la escasez de cerebros femeninos allí. Gracias a la vida que nos dio tanto (con tintes violeta) este marzo 11, que no fue así con nuestros actuales ministerios y subsecretariados.

Prosiguiendo con el relato del libro de Chimamanda, se refiere a la premio Nobel keniana Wangari Maathai que dijo: cuanto más lejos llegas, ¡menos mujeres hay! ¿Qué pasa en el camino? Hemos tenido una única premio Nobel Gabriela Mistral, ¡¡¡si lesbiana!!! y ¿¿¿¿¿qué??????? Esto para los homofóbicos. Una mujer adelantada a su tiempo que vivía muy sola finalmente los espacios llenos de señores de alto abolengo. Porque ella tenía los honores de estar allí por su esfuerzo y adelanto.

Y lo último que digo, para que se vayan a leer el libro y no se los cuente yo todo en una columna. Dicho por Chimamanda: a los hombres les pagan más por el mismo trabajo y cualificación. Quizás en plata no se vea. Pero si en un monto no pecunario. A los hombres los martirizan menos en el trabajo. Eso ya es pagarles mucho más que a una mujer. 

Buen libro. Léalo, le hará bien.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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