Salud sexual y reproductiva: un desafío para mujeres de zonas rurales en Chile

En el extenso territorio rural del país, el acceso a información o servicios sobre salud sexual y reproductiva para mujeres se convierte en un desafío constante. A medida que se avanza en materia de salud, las disparidades geográficas revelan una brecha significativa que no ha logrado ser solventada.

De acuerdo con datos entregados por el Ministerio de Agricultura, hasta 2021, el 76% de las comunas en Chile eran clasificadas como rurales, lo que se traduce en 236 de las 345 en todo el territorio, lo que equivale a 4.5 millones de personas.

Algunos de los recursos esenciales de la salud sexual y reproductiva son: elementos de higiene menstrual, métodos anticonceptivos diversos (condón, pastilla, DIU, parche cutáneo, anillo vaginal, etc), pastilla de emergencia, planes de educación sexual, atención ginecológica y obstétrica, exámenes cómo el Papanicolaou (PAP), mamografías, etc.

Es en este sentido en que la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana declaró que desde el gobierno se han realizado distintas acciones que buscan mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres del país.

Respecto a la ruralidad, en la Mesa Nacional de Mujeres Rurales, el Ministerio de Salud asumió el compromiso de trabajar junto a asesoras de género con la División de Atención Primaria (DIVAP) para así “evaluar las condiciones de las actuales Postas de Salud Rural de la red de salud, como así mismo, realizar la revisión correspondiente de cumplimiento de la Norma Técnica de Postas de Salud Rural”, declaró la ministra.

La accesibilidad geográfica es una de las principales dificultades. Según el estudio de la Corporación Miles, “Sobre Salud Sexual y Reproductiva Rural”, el 56% de las personas encuestadas no tiene acceso a transporte público para llegar a los servicios. Además, sólo el 31% de ellas asiste a consultas ginecológicas y de matronería, mientras que un 8% busca consultas por infecciones o enfermedades de transmisión sexual y VIH/SIDA.

Así mismo lo reconoció la directora ejecutiva nacional de Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu), Cristina Martín: “Las distancias y falta de conectividad se convierten en barreras reales para acceder a servicios que cuiden y promuevan la salud sexual y reproductiva”.

“Muchas veces atenderse implica largos viajes y costos de transporte que no siempre se pueden costear, provocando que el acceso a los centros de salud sea aún más difícil, transformándose en una necesidad prioritaria a resolver”, agregó.

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Parte de la problemática es que la mayoría de los servicios de aborto por tres causales están concentrados en las grandes ciudades, dificultando el acceso para las mujeres en áreas rurales o remotas.

En este sentido, el Ministerio de Salud contempla diferentes planes e iniciativas que capacitan a los equipos de centros de salud en salud sexual y reproductiva. Atención integral de mujeres que presentan un aborto y otras pérdidas reproductivas, orientación respecto a planificación familiar y una guía para equipos de salud sobre pertinencia cultural en el trabajo con pueblos indígenas en el ámbito de la salud sexual y salud reproductiva son algunas de ellas.

“Se debe potenciar el acceso a la información, a los métodos anticonceptivos, a los servicios de salud reproductiva, pero también a servicios de prevención y tratamiento de enfermedades”, agregó la directora nacional de Prodemu.

Sin embargo, la falta de información en salud sexual y reproductiva en aquellas zonas, se refleja en que el 45% de las encuestadas por Miles no asistió a consultas en el último año. Aunque las razones incluyen la falta de motivos para asistir (34%), costos del servicio (22%), malas experiencias en consultas (18%) y la falta de transporte o distancias lejanas (16%).

En tanto, otro estudio realizado en 2021 por Prodemu, denominado “Mujeres en la Agricultura Familiar Campesina en Chile”, reflejó las demandas de más de 700 mujeres, donde el 25% de las encuestadas expresó la necesidad de más postas rurales y mejoras en la salud en las zonas rurales.

“La forma de superar las barreras es identificándolas y generando intervenciones que transforman la vida de las mujeres de forma transgeneracional. De abuelas, madres, hijas y nietas”, agregó la directora.

En este sentido, desde Prodemu han desarrollado talleres que abordan desde el diálogo y la reflexión los derechos sexuales y reproductivos. “Llegamos a 2.248 mujeres con dicho taller, de las cuales un 20% viven en territorio rural. Con un modelo integral, abordamos temáticas de género, afectividad, vínculos y cuidados, reconociendo, siempre, las características únicas de las comunidades y las mujeres”, comentaron desde la fundación.

“Para el próximo año uno de nuestros principales desafíos es llegar con nuestra oferta programática con aún más fuerza a las mujeres de zonas rurales, para entre otras cosas, apoyarlas en el proceso de conocer y hacer valer sus derechos sexuales y reproductivos”, mencionó la directora de Prodemu.

Por su parte, la investigadora de Corporación Miles, Karla Barraza reconoció desafíos similares: “Promover la salud sexual y reproductiva desde las comunidades educativas, transversalizar campañas de salud sexual y reproductiva y adoptar mecanismos coordinados de comunicación para alcanzar efectivamente a la comunidad rural, fomentar y/o garantizar la disponibilidad de transporte público hacia centros de salud, por último realizar campañas y/o capacitaciones para erradicar prácticas inapropiadas y violencia ginecológica en consultas médicas”.

Así también lo decretó la agencia especializada de las Naciones Unidas en política demográfica, UNFPA, a través de un comunicado: “Lograr el acceso universal a la atención de la salud reproductiva no solo ayudaría a las mujeres pobres y rurales a ejercer sus derechos reproductivos; también les permitiría tener una mejor salud, un mayor acceso a la educación y una mayor participación en todos los ámbitos de la vida, incluida la vida económica”.