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Derecho a la ciudad: redefiniendo la planificación urbana con perspectiva de género BRAGA UnSplash

Derecho a la ciudad: redefiniendo la planificación urbana con perspectiva de género

Natalia Mora Olavarría
Por : Natalia Mora Olavarría Periodista en El Mostrador Braga
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La seguridad en espacios urbanos es clave para mujeres y diversidades. El Mostrador Braga conversó con Vértice Urbano, una agrupación de mujeres vinculadas al urbanismo feminista, sobre la importancia de pensar las ciudades y los espacios con perspectiva de género.


Según la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género (2022-2023), seis de cada diez mujeres chilenas mayores de 18 años ha sido víctima de uno o más episodios de acoso callejero, cuando el promedio de la población es de un 52%. Esto demuestra que las ciudades no son neutras, las brechas económicas, sociales y culturales dejan huella en la percepción y apropiación de estos espacios.

El acoso y otras formas de violencia sexual se hacen presentes en los espacios públicos, lo que supone una forma de discriminación que transgrede el ejercicio de los derechos humanos y el disfrute de las libertades fundamentales de quienes son víctimas.

La ciudad constituye un espacio de oportunidades para el desarrollo de su ciudadanía y de su autonomía personal, tanto física como económica, por lo que la forma en la que se piensan y planifican las ciudades y los espacios públicos adquieren un rol importante en la prevención de estas situaciones donde se vulnera la integridad de sus víctimas, quienes, por lo general, tienden a ser mujeres, niñas y diversidades sexogenéricas.

Estos tipos de violencia impiden el ejercicio del derecho y la libertad a una movilidad autónoma, limitando la participación en la educación, el trabajo y la vida pública. Además, obstaculizan el acceso a los servicios esenciales y la posibilidad de disfrutar de actividades culturales y de ocio, repercutiendo negativamente en la salud y bienestar.

Si se hace el ejercicio de imaginar una calle larga, donde no hay pasajes que la intersecten, que contiene veredas angostas con pavimento en mal estado y donde no hay tránsito habitual de personas y, además, a un costado de la vereda pasan vehículos, este escenario sería considerado un espacio inseguro. Si alguna situación de riesgo tiene lugar en esta calle ¿a quién le podría pedir ayuda? o ¿cuánto tiempo pasaría antes de que alguien llegue a ayudar? Si es de noche y se es mujer, niña o disidencia ¿aumenta la sensación de miedo?

Estos son los posibles escenarios a los que las personas se enfrentan en la ciudad, los cuales adquieren un matiz distinto por la socialización existente, por ejemplo, si se es mujer. Así lo plantea Vértice Urbano, agrupación de mujeres dedicadas a los estudios urbanos y territoriales desde una perspectiva feminista y ecológica.

Vértice Urbano surgió desde un grupo de mujeres que se conocieron realizando el Magíster de Urbanismo de la Universidad de Chile, quienes se cuestionaron en conjunto la ausencia de práctica en la investigación y la falta de vinculación existente entre la academia, el activismo y la política. Buscando la conexión de estos tres vértices que, según ellas, son cruciales para la sociedad y los territorios.

Equipo de la organización Vértice Urbano.

Como respuesta a la falta de perspectiva de género y sostenibilidad en lo referido a la proyección de la ciudad, quienes forman parte de la organización buscan “concebir el espacio urbano como espacios dinámicos, que inciden en nuestra vida cotidiana y que la sociedad tiene el derecho a transformar y gozar”.

La relación de las mujeres, niñas y diversidades con las ciudades está sujeta a la interseccionalidad de las inequidades y a las formas de exclusión. La seguridad se convierte, de esta manera, en un factor importante al momento de planificar espacios que no den paso a posibles riesgos.

Por lo mismo, en 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) inició el programa “Ciudades y espacio públicos seguros para mujeres y niñas”, de ONU Mujeres, como una respuesta a una necesidad desatendida en las leyes, políticas y planificación de las ciudades: la seguridad de las mujeres y niñas en espacios públicos, así como el derecho de las mujeres a la ciudad.

El programa señala que cuando las mujeres y las niñas tienen miedo de caminar por las calles, de desplazarse en el transporte público o de ir a espacios comunitarios como las plazas, los mercados o los parques, repercute no solo en su salud y bienestar sino en su movilidad libre y autónoma.

En este contexto, para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas en espacios públicos, el programa enfatiza en la importancia de la incorporación de un enfoque de género en la planificación de las ciudades y en el diseño urbano, para impulsar el derecho de las mujeres a la ciudad.

La planificación urbana

Según la Plataforma Urbana y de Ciudades de América Latina y el Caribe, el derecho a la ciudad se compone de ocho principios, entre los cuales se encuentran ciudades libres de discriminación, con igualdad de género, sostenibles e inclusivas. Entendiendo este derecho como un elemento estructural para promover políticas de desarrollo urbano encaminadas a construir ciudades justas y democráticas.

En Chile, la planificación urbana con perspectiva de género es una corriente que ha tomado cada vez más fuerza, impulsando diversas agrupaciones e iniciativas que buscan repensar las ciudades con el objetivo de que estas sean espacios inclusivos y seguros para todas y todos, siendo una de ellas Vértice Urbano.

A través de factores como la división sexual del trabajo, roles de cuidado impuestos a la mujer o las labores de reproducción, se puede observar el sistema androcentrista perpetuado en la construcción de las calles. “El patriarcado como sistema social y político ha permitido la perpetuación de la jerarquía masculina por sobre las mujeres y otros cuerpos feminizados”, indicó la agrupación.

“Esta desigualdad de género es posible identificarla en los procesos de diseño, planificación y construcción de las ciudades, las cuales han sido pensadas desde los roles masculinos, no así en torno a las labores reproductivas y a la vida cotidiana de las mujeres, que se extiende más allá del espacio privado”, agregó.

Esto es visible en viviendas, barrios, plazas y en elementos simbólicos como monumentos públicos. “Construir y planificar espacios con enfoque de género resulta fundamental para generar ciudades inclusivas que brinden espacios y servicios para todas las personas que habitan en ellas”, indicó la organización.

Desde Vértice Urbano aseguraron que la planificación de los espacios debe incorporar una perspectiva transversal que brinde seguridad y equidad en problemáticas territoriales asociadas a los cuidados, políticas de vivienda y el transporte, aspectos donde las mujeres son las principales afectadas.

En cuanto a los dispositivos de seguridad como cámaras o una mayor iluminación en las calles para aumentar la sensación de protección, y como manera de prevención de posibles ataques, la organización indicó que “es necesario que nos preguntemos quién actúa cuando vivimos ataques sexuales o acoso callejero y de qué forma, para así comenzar a planificar protocolos de acción ante este tipo de situaciones y sensibilizar a la población”.

Respecto a legislaciones, según el Informe de Resultados del programa de ONU Mujeres ya mencionado, Chile es de los pocos países de América Latina que cuenta con leyes de protección en relación al acoso sexual en los espacio públicos. A esto se le suma, como una manera de generar cambios positivos, por ejemplo, evaluar las infraestructuras en términos de diseño, evitando puntos ciegos que hagan a las personas más vulnerables a sentirse expuestas, facilitando la permanencia en el lugar y teniendo en cuenta el vínculo de las personas con el lugar.

Ciudades verdes y sostenibles

Por otro lado, en sectores donde el urbanismo feminista se hace presente, crecen exponencialmente las áreas verdes. El vínculo directo entre ambas cosas radica en que “el urbanismo feminista, nace como respuesta a la ciudad funcionalista y sitúa como eje central el derecho social al cuidado, entendiendo que somos seres interdependientes, tanto del vínculo social, como ecodependientes, por el vínculo con nuestro ecosistema”, indicó la organización.

Por lo tanto, en sectores donde se valora la vida recreativa, reproductiva y social, la preocupación por las áreas verdes y la proyección de ciudades sostenibles se convierten en elementos indispensables para la vida cotidiana.

“Ya que la mirada ecológica nos permite comprender el sistema de interrelaciones entre los seres vivos y su ecosistema, la mirada urbana feminista nos permite cuestionar las estructuras de poder hegemónicas que han construido la ciudad y la forma en que habitamos en ella”, manifestó Vértice Urbano.

De acuerdo al Informe de Resultados de la ONU Mujeres, se debe invertir en la seguridad y la viabilidad económica de los espacios públicos y una de las acciones para llegar a ello es impulsar la participación activa de mujeres y niñas en propuestas urbanísticas, lo cual agrega calidad al diseño y mejora la gestión de espacios públicos y de espacios verdes, contribuyendo a su apropiación y uso colectivo.

Cabe mencionar que “las ciudades en abstracto no son espacios inseguros per se para las mujeres, sino que tiene relación con la perspectiva con la que han sido construidas y pensadas”, como menciona Vértice Urbano, ya que entre los muchos factores que inciden en la seguridad de las áreas públicas se encuentran las características del entorno construido y el diseño urbano.

Comprendiendo, entonces, el problema de la percepción de seguridad como multifactorial, se pueden
elaborar múltiples propuestas desde la perspectiva de género. Desde la agrupación, consideran que incorporar a la ciudadanía en la toma de decisiones de los espacios que habitan es fundamental para construir lugares amigables y seguros.

“La generación de espacios que construyan o fortalezcan el tejido social y que consideren instancias de participación de las mujeres también contribuye a abordar este desafío”, finalizaron.

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