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Cómo la maternidad impacta en el desarrollo profesional de las chilenas BRAGA Créditos: Pexels

Cómo la maternidad impacta en el desarrollo profesional de las chilenas

Natalia Mora Olavarría
Por : Natalia Mora Olavarría Periodista en El Mostrador Braga
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La maternidad influye en las carreras de las mujeres, quienes muchas veces abandonan sus estudios o la fuerza laboral para dedicarse a la crianza. La fundadora de Economina, Javiera Quiroga, y la ingeniera comercial Valentina Paredes, conversaron con El Mostrador Braga sobre los desafíos existentes.


El cuidado y la crianza de un hijo o hija implica una gran responsabilidad. Existen factores como la edad, el tiempo, la etapa de la vida o la situación socioeconómica, que influyen en cómo una persona vivencia esta experiencia. Muchas veces, el costo de tener hijos no se representa solo en lo monetario, sino también en lo académico y laboral.

En las parejas constituidas por una mujer y un hombre los cambios en la situación laboral de los padres después del nacimiento de su primer hijo dejan claro que este trabajo recae abrumadoramente en las madres. Los roles de cuidado se mantienen muy presentes en la sociedad, por lo que la crianza termina siendo responsabilidad de la mujer.

Así lo afirma una reciente publicación de The Economist, titulada “Cómo la maternidad afecta a las carreras” (How motherhood hurts careers, originalmente en inglés), donde se revelan preocupantes cifras sobre el impacto de la maternidad en las decisiones laborales de las mujeres en 134 países, incluido Chile, lo que representa el 95% de la población mundial.

La publicación se basa en el estudio de Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía en 2023. En este se revela que, a nivel mundial, mientras el 95% de los hombres de 25 a 54 años participan en la fuerza laboral, solo el 52% de las mujeres de la misma franja de edad lo hacen.

Según el estudio, la participación de las madres en el mercado laboral cae después del parto en casi todos los países de la investigación. En promedio, el 24% de las mujeres abandonan la fuerza laboral durante el primer año después del nacimiento de su primer hijo. Después de diez años, el 15% sigue ausente de la fuerza laboral.

Gráfico Cómo la maternidad afecta las carreras, según publicación de The Economist.

La situación en Chile

En América Latina, el 38% de las mujeres trabajadoras abandonan la fuerza laboral después de tener hijos. Esto incluye a Chile, donde esta situación se replica agravando la brecha salarial y de género ya existente.

La periodista y fundadora de Economina, Javiera Quiroga, conversó con El Mostrador Braga sobre esta situación, y señaló que el principal desafío al cual se enfrentan las mujeres que llevan o cursan una carrera a la hora de maternar es llevar un balance.

“Se movió la aguja en términos de que las mujeres cada vez somos más profesionales, pero no ha ocurrido lo mismo respecto a lo que se espera de la mujer en términos de crianza y aporte a las labores domésticas. Es muy difícil compatibilizar ambas cosas, ese es el principal desafío”, señaló.

Equilibrar una vida familiar y doméstica con el desarrollo personal y profesional se complica en una realidad donde criar hijos supone un gasto económico elevado. Debido a esto, gran porcentaje de las mujeres que son madres mientras llevan una carrera abandonan sus puestos de trabajo por más tiempo del presupuestado, dedicándose de lleno a la maternidad.

“En muchos casos, a las mujeres les cuesta salir del abandono laboral. Aunque exista la posibilidad de volver, creen que ya no están en el mercado, que es mejor continuar dedicándose de lleno a la crianza. Estamos hablando de mujeres con carreras universitarias y posibilidades, pero no vuelven”, indicó Quiroga.

La realidad es que algunas madres regresan a trabajar a tiempo completo después de unos meses o años, y otras equilibran el cuidado de los niños con el empleo a tiempo parcial. Pero muchas no se reincorporan en absoluto a la fuerza laboral, ni siquiera una década después, según el estudio, en América Latina el 37% de las mujeres que abandonan la fuerza laboral tras el nacimiento del primer hijo aún no ha regresado después de diez años, esto es conocido como la “penalización por hijo”.

Gráfico del cambio en el empleo luego de tener hijos en las mujeres y el nivel de “penalización por hijo” correspondiente a Chile, según publicación de The Economist.

Esta situación no solo la viven las mujeres que ya están insertas en la vida laboral a la hora de ser madres, sino que también se replica, e incluso agrava, en las mujeres que son madres cuando están estudiando una carrera.

Maternidad en la educación superior

La maternidad ha sido históricamente una de las principales causas de abandono escolar entre las mujeres en la educación superior en Chile. La experiencia universitaria impone exigencias en las estudiantes que son madres que, a menudo, van más allá de sus capacidades y redes de apoyo. 

“Muchas veces el tiempo que dedican a la crianza no lo pueden dedicar a sus estudios. Esto las hace desertar, lo cual implica que cuando quieran volver a integrarse al mercado laboral tengan menos formación, creando una persistencia en los efectos de la maternidad”, señaló la Ingeniera Comercial y Magíster en Economía de la Universidad de Chile, Valentina Paredes.

Según datos proporcionados por la novena encuesta nacional de jóvenes en Chile (Instituto Nacional de la Juventud, 2018), ese mismo año el 33,1% de las personas con hijos o hijas eran mujeres, mientras que solo el 17,2% eran hombres. 

Las mujeres que son madres enfrentan desafíos significativos al equilibrar la educación superior y las responsabilidades parentales, lo que se traduce en limitaciones de tiempo para los estudios debido a las demandas constantes del cuidado infantil. Esto crea obstáculos adicionales y mayores barreas para su aprendizaje.

Medidas para disminuir la problemática

Como medidas para luchar contra esta problemática, en Chile existen leyes de protección a la maternidad, que otorgan el derecho al descanso maternal con un prenatal de seis semanas previas al parto y un postnatal de doce semanas después del parto, pudiendo ampliar estos permisos dependiendo el caso. Además, se entregan subsidios y fueros a todas las trabajadoras embarazadas, y da acceso a los padres trabajadores a un descanso por nacimiento del hijo. 

A su vez, existe el derecho a sala cuna, que establece que las empresas que ocupan 20 o más trabajadoras de cualquier edad o estado civil, deben tener salas anexas e independientes del local de trabajo, en donde las mujeres puedan dar alimento a sus hijos menores de dos años y dejarlos mientras estén en el trabajo.

Ante esto, Paredes expresó que “hace tiempo la sociedad civil está empujando para que estas medidas se reformen. El derecho a la sala cuna depende del número de mujeres, esto nuevamente hace que la mujer sea la responsable del cuidado de los hijos”.

En cuanto a quienes son madres en la educación superior, en algunas universidades existe la implementación de guarderías en convenio con la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), además de la posibilidad de aplazar los estudios, otorgar excedencias para revisiones médicas, flexibilidad en la asistencia y evaluaciones o prioridad en la matrícula.

Sin embargo, estas medidas no logran detener la poca reinserción laboral años después de ser madres, ni la deserción académica. “Estas políticas aumentan la participación laboral femenina, pero no desaparece la caída en participación laboral con la maternidad”, señaló Paredes.

Para la PhD en Economía de la Universidad de California, Berkeley, lo principal es implementar medidas de cuidado de calidad. “Se necesita que haya acceso a sala, cunas y educación parvularia de calidad. No es solo cuestión de acceso, sino también de confianza”, indicó

En este sentido, la falta de condiciones materiales en términos de organización del mercado de trabajo, la redistribución de tareas de cuidado y trabajo doméstico entre hombres y mujeres y la organización de sistemas de cuidado, se convierten en materias a considerar para disminuir la brecha.

“Se necesita un cambio cultural con políticas públicas que, por ejemplo, otorgue seguros o ayuda de igual manera a padre y madre por diseño, y que dentro de la organización familiar ellos decidan cómo asignarlo, no que recaiga por defecto la responsabilidad sobre la mujer”, finalizó Paredes.

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