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Aumento de jefaturas femeninas en Chile: precariedad laboral y desigualdad económica BRAGA Ciper

Aumento de jefaturas femeninas en Chile: precariedad laboral y desigualdad económica

Casi la mitad de los hogares chilenos son liderados por mujeres. Aunque las jefaturas femeninas se duplicaron, los ingresos sólo aumentaron un 16,5% debido a la informalidad laboral y la brecha salarial persistente.


La encuesta Casen expone que, desde la década de los 90, hubo un aumento gradual en la proporción de hogares liderados por mujeres, pasando del 20,17% en 1990 al 47,7% en 2022. Este incremento se atribuye a diversos factores, incluyendo cambios en la estructura tradicional de la familia, como la disminución de matrimonios, el aumento de la edad al momento de casarse, y mayores tasas de separaciones y divorcios. Estos cambios coinciden con la creciente participación de las mujeres en el trabajo asalariado.

Los datos revelados por Ciper Chile señalan que a pesar de lograr una mayor inserción laboral y parcial autonomía económica, las mujeres a cargo de estos hogares enfrentan desafíos significativos. A menudo se ven obligadas a destinar la mayoría de su tiempo a la reproducción del hogar, limitando sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Esta situación se agrava por la desigualdad salarial persistente y la informalidad laboral, lo que perpetúa la vulnerabilidad económica y la feminización de la pobreza.

En el último estudio de Fundación SOL se resalta la disparidad salarial entre hombres y mujeres ocupados, con los ingresos promedio mensuales de estos últimos siendo más de $100.000 pesos inferiores. Esta realidad plantea interrogantes sobre la viabilidad de sobrevivir en hogares monomarentales con un solo salario. Para febrero de 2024, el Ministerio de Desarrollo Social estableció que la línea de la pobreza para un hogar de tres personas es de $495.792, lo que pone de relieve la precariedad económica de muchos de estos hogares.

La vulnerabilidad económica en los hogares liderados por mujeres está vinculada a mayores niveles de informalidad en los empleos, una brecha salarial persistente y un aumento en la monomarentalidad, lo que implica que las mujeres empobrecidas mantienen y reproducen hogares empobrecidos, evidenciado lo que en la literatura se ha categorizado como la feminización de la pobreza, detalla PAZ 2022. 

En este sentido, los datos  entregados por Ciper Chile exponen que el crecimiento de las jefaturas de hogar femeninas son parte de un universo de vulnerabilidades en el que las mujeres se integran al mundo del trabajo en condiciones precarias, sin abandonar las tareas «asignadas» por su género al cuidado.

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