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Las interrogantes tras la promesa de un Gobierno feminista en el programa presidencial de Gabriel Boric BRAGA Créditos: Aton Chile

Las interrogantes tras la promesa de un Gobierno feminista en el programa presidencial de Gabriel Boric

Uno de los ejes principales del programa de Boric es la mirada feminista transversal que promete incorporar en su eventual Gobierno. Para analizar si dicha perspectiva está realmente presente en su propuesta, conversaron con El Mostrador Braga la académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile y doctora en Ciencias Humanas, Políticas y del Territorio, Paulina Vergara Saavedra, y la cientista política y académica de la Universidad Autónoma, María Bello Merino. Ambas expertas concuerdan en que es un programa osado y ambicioso en materia de género, aunque señalan que algunas de las propuestas se toman de elementos que ya existen y queda la gran interrogante respecto a cómo se financiarán las diversas medidas programáticas que se proponen. “El programa pareciera ser feminista solo dentro del ítem de específico de género, sin embargo, las medidas que están fuera de dicho ítem, como las medidas económicas duras, no están mayoritariamente pensadas desde una mirada de género, y que de hecho podrían afectar medidas programáticas de la línea feminista”, opinó Bello.


Después del boom del feminismo, tras mayo del 2018, se hizo cada vez más patente la agenda de género en el ámbito social y en las políticas públicas, dando cuenta de las deficiencias a nivel estructural y de la carencia de esta perspectiva en varios aspectos de nuestra sociedad. Es por ello que hoy se hace cada día más presente el levantamiento de una perspectiva de género en los programas presidenciales, aspecto que el programa de Gobierno del candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, integra por medio de varios elementos que apuntan a una promesa de transversalizar la perspectiva feminista en el quehacer político y gubernamental. 

Para analizar dicho programa, conversaron con El Mostrador Braga la académica de la Universidad de Chile, del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) y doctora en Ciencias Humanas, Políticas y del Territorio, Paulina Vergara Saavedra, y la cientista política y académica de la Universidad Autónoma, María Bello Merino. Las académicas consideran que, en términos generales, las propuestas del abanderado de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, tiene varios puntos vanguardistas y novedosos para Chile en la temática de género, al promover las principales luchas del movimiento feminista. Sin embargo las expertas tienen varias dudas respecto a cómo se pondría en marcha este plan.

Las críticas e interrogantes que deja el programa

Pese a la gran cantidad de propuestas dentro del ámbito del feminismo, para la cientista política María Bello aún existen varias incógnitas sin resolver relacionadas con los fondos que necesitaría para llevar adelante todas las propuestas.

“El programa de Gabriel Boric es ambicioso y socialmente vanguardista, dado que busca corregir varios vacíos normativos y avanzar fuertemente en derechos de género. Sin embargo, queda la interrogante de cómo se buscará el equilibrio fiscal con el importante gasto público que proponen en las diversas medidas programáticas, lo cual podría generar que a futuro algunas medidas comprometidas en género carezcan de fondos fiscales sustanciales para hacerlas realidad”, puntualizó Bello.

Además, añadió que “a pesar de que el eje de feminismo sea declarado transversal al programa, no se consideran ciertos impactos que podrían generar algunas medidas fuera del ítem género en la realidad de mujeres y diversidades sexuales, como por ejemplo, se propone el fin a exención Impuesto al Diésel que elevaría los precios de los medios de transporte y de carga, afectando directamente los bolsillos de cada persona, incluyendo a mujeres vulnerables y disidencias. Por lo tanto, el programa pareciera ser feminista solo dentro del ítem de específico de género, sin embargo, las medidas que están fuera de dicho ítem, como las medidas económicas duras, no están mayoritariamente pensadas desde una mirada de género, y que de hecho podrían afectar medidas programáticas de la línea feminista”.

Por otra parte, comentó que, si se analizan en detalle las medidas mencionadas, es posible identificar que algunas de las propuestas legales encuentran similitudes con proyectos de ley presentados en el Congreso. “Un ejemplo de ello son las nuevas leyes de Violencia de Género y Educación Sexual, las cuales se topan con iniciativas previas, como los proyectos de ley que modifican el Código Penal por violencia, y los que integran bases generales para la educación afectiva y sexual de niños, niñas y adolescentes”.

Aspecto en el cual la académica de la Universidad de Chile, Paulina Vergara, concuerda, ya que dentro del programa de Boric todavía hay aspectos que podrían mejorar. “Hay cosas más innovadoras en términos de propuestas y hay otras que se toma de cosas que ya existen. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con aumentar la preocupación estatal en términos de niñez y adolescencia, existe bajo el programa Chile Crece Contigo”, por lo que finalmente lo que están proponiendo es mejorarlo y aumentarlo.

También su programa propone formar oficinas a nivel nacional de municipalidades que se encarguen de temáticas LGBT, aspecto que, según Vergara, ya existe bajo el nombre Red Diversas, “pero esta red aún no da cuenta de la totalidad de los municipios que hay, ya que en Chile existen más de 320 municipios y la red da abasto para el 10% de esa cantidad, por lo que se entiende que nuevamente se está proponiendo algo que ya existe”.

Un gobierno feminista con mirada interseccional

Desde la mirada de género y desde una visión estructural al programa gubernamental, es imposible obviar la declaración y la promesa de un ‘Gobierno Feminista’, que incorpora esta perspectiva al levantar las principales luchas del movimiento y comprometiéndose explícitamente a mantener este punto de vista “en todos los aspectos, materias y espacios de la gobernanza del país”.

Dentro del compromiso de un Gobierno feminista, se propone “consagrar una de las luchas más emblemáticas levantadas por movimientos feministas, el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito. Trabajaremos también por una educación no sexista, modificaciones a la ley de identidad de género, soluciones habitacionales para víctimas de violencia intrafamiliar y la eliminación de la objeción de conciencia institucional”.

De acuerdo con la cientista política, esto significa incluir “acciones de paridad tanto en el gabinete como en directorios de empresas públicas y acciones de implementación del enfoque de género en todo el aparato público mediante la creación de un departamento de transversalización y transferencia de capacidades”, según aseguraría el programa.

Punto que para Vergara supone una propuesta “bastante osada”, ya que “lo interesante de este programa, y ahí hay que reconocer a sus asesoras, es que realmente mira el tema de género desde el Estado y desde la transversalización, porque no solamente habla de temáticas de género en el sector, Ministerio de Equidad de Género, sino que lo ve en temas de salud, de vivienda, de educación sexual y reproductiva, desde el tema de la vejez, de política social y política para las familias”.

Además este programa se hace cargo de la perspectiva indígena y afrodescendiente, aspecto que para la académica sugiere una debilidad para el programa, pues “si bien aborda las temáticas de género en general, en el tema indígena lo pasa muy rápidamente. Pudo haber hecho una intención más interesante en este enfoque, como lo hizo en otras áreas”.

Educación sexual integral, derechos sexuales y reproductivos

En la línea de los derechos sexuales, existe una gran variedad de propuestas que apuntan a beneficiar a mujeres y disidencias, entre las cuales está el compromiso por apoyar la demanda histórica por el aborto legal, libre, seguro y gratuito, es decir, una ley para garantizar la interrupción voluntaria del embarazo como una prestación de salud garantizada, complementándolo con la eliminación de la objeción de conciencia institucional. Todo ello está acompañado por el acceso a la anticoncepción en la salud primaria, un proyecto de ley para instaurar un modelo de Educación Sexual Integral e incorporar artículos de higiene menstrual y métodos de barrera en todos los Cesfam y establecimientos educacionales del país.

De acuerdo con la experta Paulina Vergara, la propuesta del aborto “está asociada a la educación integral y una discusión más profunda sobre la anticoncepción. Lo que en el fondo estaría retando y es casi un guiño a lo que había hecho Bachelet en su Ley de Aborto en tres causales, que retrocedió con el Gobierno de Piñera, pero es un factor novedoso porque finalmente es una demanda del movimiento feminista y se hace cargo de la consigna educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.

Además, la creación de un protocolo para mujeres privadas de libertad en términos de derechos sexuales, patrocinar y actualizar leyes tales como la Ley Adriana de violencia ginecoobstétrica, la Ley de Discriminación de Género para que incluya el proceso perinatal y la Ley Dominga. Sumado a ello, presentarán un proyecto de ley que regule las técnicas de reproducción asistida como parte de la planificación familiar.

Por último, otra de las propuestas es generar una estrategia intersectorial de ciudadanía sexual, promoviendo la igualdad en el ejercicio de derechos, el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos como fundamentales para un Estado democrático, la que será propuesta por el Consejo para la Ciudadanía Sexual, que convocará a organizaciones de la sociedad civil, académicas y científicas y estará a cargo de la Secretaría General de la Presidencia.

Un sistema nacional de cuidados

Para ambas expertas, una de las propuestas más fuertes dentro del programa es la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, que tiene el compromiso de “asumir con corresponsabilidad social los cuidados que hoy recaen fundamentalmente sobre las mujeres, bajo los principios de participación, universalidad, pertinencia local y cuidado comunitario. Tendrá como foco la niñez y adolescencia, personas con discapacidad, personas mayores con y sin dependencia y personas cuidadoras”.

De acuerdo con la integrante del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, Paulina Vergara, “la discusión de generar un sistema nacional de cuidados propone estabilidad para la vida, ya que se aborda de manera completa y genera propuestas de acompañamiento para personas mayores y para quienes necesitan apoyo, como, por ejemplo, pacientes crónicos o con discapacidad. Lo que es una propuesta bastante grande para la agenda de género. Entonces, es mirar todo el Estado y ver y hacerse cargo efectivamente de todos los temas de género desde la corresponsabilidad, sobre todo desde la vía sostenible, ya que el tema de los cuidados implica la posibilidad de que una mujer pueda salir a trabajar, porque cuando una tiene un hijo con problemas, tus posibilidades se reducen por el simple hecho de ser mujer”.

Para Bello, esta es la iniciativa más novedosa dentro de la agenda de género, “dado que promueve una mirada multidimensional del concepto ‘cuidado’, desligándolo de las mujeres para distribuirlo como un deber compartido entre sociedad y Estado”.

Sin embargo, aclara que en esta propuesta no existe claridad sobre cómo este sistema se llevará a cabo la coordinación con los ministerios que abordan el eje de cuidados, vale decir, entre el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, Ministerio de Salud, Ministerio de la Mujer, entre otros.

Otras medidas

En esta área, una de las propuestas que destaca en las medidas económicas es la recuperación de 500 mil empleos femeninos por medio de un plan de reactivación económica que contempla subsidios al empleo, inversión pública y fortalecimiento de programas de cuidado y capacitación. Además, la creación de cupos laborales para personas Trans (parte del Plan Nacional de Derechos Sociales LGBTIAQ+) y programas de redistribución de labores de cuidado y de reconversión laboral.

En tanto, para María Bello, en esta materia también se abre la interrogante de cómo se financiará la significativa cantidad de propuestas que buscan crear nuevos organismos públicos.

Por otra parte, las medidas que destacan en el área legal se reflejan en la nueva Ley Integral de Violencia de Género, cuyo objetivo es superar el concepto de violencia intrafamiliar hacia uno sintonizado con la Convención Belém do Pará. También, la modificación de la Ley de Identidad de Género, permitiendo el cambio de nombre y sexo registral desde los 14 años.

 Y entre las medidas de índole política, cabe mencionar el fortalecimiento del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, entregando un rol activo en educación y combate contra la violencia de género.

Por último, cabe mencionar que en los últimos días se generó una polémica en relación con lo que el candidato planteó en el programa de primarias, el que no se condice con el que presentó el día lunes, relacionado con el posnatal. Esto, pues en la primera presentación, que se prometió durante las primarias, se indica que el posnatal materno tendría una extensión de 6 a 12 meses y por su parte el postnatal paterno sería extendido de 5 a 6 meses, de forma que este gradualmente alcance la misma cantidad de tiempo que el materno, equilibrando la corresponsabilidad en la crianza. Sin embargo, la promesa cambió durante esta primera vuelta, ya que ahora se impulsará un posnatal obligatorio e intransferible para los hombres, otorgando permisos de libre disposición para trámites de cuidados. Situación que ha causado bastante indignación en redes sociales por el radical cambio en la agenda feminista.

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