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La importancia de la Ley Adriana en la protección de la salud sexual y reproductiva de las mujeres BRAGA

La importancia de la Ley Adriana en la protección de la salud sexual y reproductiva de las mujeres

La aprobación de la Ley Integral marcó un importante avance en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Sin embargo, esta no es suficiente por sí sola, sino que se vuelve crucial la aprobación de otras normativas como la Ley Adriana para garantizar una vida libre de violencia.


La reciente aprobación de la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres en Chile marca un hito significativo en la lucha por la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos, porque representa un sólido avance en la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres.

Sin embargo, resulta crucial comprender que esta ley, aunque trascendental, no es suficiente por sí sola. Para consolidar verdaderamente los avances en la protección de los derechos de las mujeres, es fundamental la aprobación de la Ley Adriana.

Esta normativa busca establecer derechos en el ámbito de la gestación, preparto, parto, postparto, salud ginecológica y sexual, así como sancionar la violencia gineco-obstétrica, aspectos que han sido históricamente marginados o ignorados en el ámbito legislativo.

La Ley Adriana no solo defiende principios fundamentales como la dignidad en el trato, la autonomía de la mujer y los derechos humanos, sino que también contempla medidas de prevención y educación en materia de salud sexual y reproductiva.

Avanzar en la aprobación y aplicación de esta normativa es esencial para garantizar que las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos en todos los ámbitos de su vida, incluida su salud sexual y reproductiva a lo largo de toda la trayectoria vital.

En este sentido, es imperativo que la sociedad y el Estado reconozcan la importancia de estas leyes y trabajen en conjunto para su promoción y aplicación efectiva. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, donde todas las personas  puedan vivir libres de violencia y ejercer plenamente sus derechos humanos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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