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Hacia una atención humanizada en el parto

Hacia una atención humanizada en el parto

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Esther Ayala
Por : Esther Ayala Matrona, directora del Diplomado de Atención Humanizada en Gestación, nacimiento y puerperio, USS
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En Chile, la alta tasa de cesáreas (59%) sugiere fallos en la atención obstétrica. Se propuso respetar el plan de parto, reducir intervenciones innecesarias y modernizar salas de parto para promover un entorno seguro y acogedor.


Recientemente, realizamos un seminario internacional en la Universidad San Sebastián (USS), donde invitamos a matronas de Inglaterra, España y Chile. Todas coincidimos en la necesidad de avanzar hacia la humanización del parto, respetando los derechos, deseos y necesidades de la madre y su familia y promoviendo una experiencia segura y positiva durante su gestación, nacimiento y puerperio. Asimismo, es necesario concientizar sobre la importancia de un parto normal y fisiológico en lugar de una cesárea. En 2021, Chile tuvo una tasa promedio de cesáreas del 59%, muy por encima del 10-15% recomendado por la OMS. Esta sobrerrepresentación indica un fallo en nuestro sistema de atención obstétrica.

Una medida para abordar este problema es respetar el plan de parto, una práctica prioritaria en otros países, que permite a la mujer elegir entre diferentes alternativas y llevarlo al hospital el día del nacimiento. La atención humanizada en el parto implica respetar los derechos, deseos y necesidades de la madre y su familia, promoviendo una experiencia segura y positiva.

Las mujeres deberían poder tener el parto que han soñado: sin intervenciones innecesarias y siempre con respeto. Si es necesario intervenir para el bienestar de la madre y el bebé, esto debe hacerse con su consentimiento y ofreciendo todas las alternativas posibles, ya que las mujeres y su familia son las protagonistas del proceso.

Michel Odent dice que “para cambiar el mundo debemos cambiar la forma de nacer”. Y en eso estamos trabajando, las matronas junto a las gestantes y sus familias, para reconectarlas con su instinto mamífero. Si la gestación ha ido bien, solo hace falta escuchar a tu cuerpo para parir. Pero para ello, debemos seguir cambiando como sociedad y adaptar el entorno para poder acompañar nacimientos desde el respeto, el silencio y la conexión con el ser humano que está naciendo. Solo cuando consigamos esto en todos los partos, estaremos proporcionando a las familias una atención humanizada y de calidad.

El concepto de atención humanizada en el parto se basa en el respeto por los derechos, deseos y necesidades de la madre y su familia, promoviendo una experiencia segura y positiva durante su gestación, nacimiento y puerperio. Todas las mujeres y sus familias deberían poder tener un parto como lo han soñado: sin intervenciones innecesarias, sin interrupciones, sin malas caras, y siempre acompañadas con respeto. Si se debe intervenir para resguardar el bienestar de la madre y el bebé, esto debe hacerse con su consentimiento y proponiendo todas las alternativas posibles en cada caso, porque las mujeres son las protagonistas de sus partos. La medicina es necesaria en casos de urgencia, pero como su palabra indica, en urgencias, que son un mínimo porcentaje de todos los partos.

Para lograrlo, es crucial modernizar las salas de parto de los hospitales y clínicas, asemejándolas más a casas de parto, donde las mujeres puedan estar acompañadas en todo momento y se sientan seguras. Los seres humanos, como mamíferos, necesitamos un entorno adecuado para que se desencadene el parto, activando nuestro cerebro primitivo y produciendo hormonas como la oxitocina. Sin embargo, en un ambiente con luz intensa, sin intimidad, frío y con ruido, se activa el neocórtex, nuestro cerebro pensante, produciendo cortisol y adrenalina, lo que frena el parto y, a menudo, alarga el proceso, dando lugar a intervenciones médicas.

Las matronas somos el personal sanitario de referencia para la mujer y su familia en esta etapa. Invito a todas las mujeres a consultar con nosotras sus dudas e inquietudes, a conversar sobre su parto soñado y sus posibilidades de cumplirlo, a tener expectativas claras de lo que se espera, de cómo será el proceso y de lo que vivirá. Solo de esta forma conseguirá ser la protagonista de su parto.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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