CONGRESO FUTURO
Captura de transmisión Congreso Futuro
En su presentación en Congreso Futuro, el filósofo e investigador de fenómenos utópicos y distópicos, Francisco Martorell, se explayó sobre los futuros apocalípticos que ilustra la ciencia ficción en donde la utopía vendría siendo la solución. «Necesitamos recuperar la utopía social para rivalizar con las distopías y para contrarrestar las utopías creadas por las élites», señaló. El pensador admitió que «obviamente no cambiaría el futuro solo con esto, pero es un paso para instalar esta idea». La distopía, explicó, es un género que plantea un futuro peor que el existente pero no encuentra una solución a esos problemas, lo que puede ocasionar miedo y fatalismo en el público. «Tienen la funcionalidad de criticar el presente y transmitir al público un diagnóstico crítico de la situación. Sin embargo, ese aspecto positivo se mezcla con los negativos: tiende a generar en los receptores sensaciones como el miedo, el victimismo, el fatalismo, entre otros, pero no genera una propuesta de solución», dijo el filósofo.
El filósofo e investigador de fenómenos utópicos y distópicos, Francisco Martorell, se presentó este viernes en el Congreso Futuro. El investigador se refirió a los géneros que caracterizan la ciencia ficción y planteó a la utopía como una forma de instalar ideas en el público que nos podrían llevar a un futuro mejor.
El experto comenzó señalando las imágenes del futuro seleccionadas por él. «La principal y que todos conocemos es la distopía, género literario y cinematográfico que consiste en la descripción de sociedades del futuro peores que la existente», indicó.
«Tienen la funcionalidad de criticar el presente y transmitir al público un diagnóstico crítico de la situación. Sin embargo, ese aspecto positivo se mezcla con los negativos: tiende a generar en los receptores sensaciones como el miedo, el victimismo, el fatalismo, entre otros, pero no genera una propuesta de solución», afirmó.
Aseguró que «la distopía termina haciendo pensar al público que el mundo actual en que vivimos es bueno porque es mejor el futuro. Al final, el sistema actual no es criticado sino avalado por ser algo mejor de lo que viene».
«Después de la distopía tenemos la utopía con el transhumanismo. Su fin es mejorar al ser humano en todo aspecto prolongando su vida, la creación de una inteligencia artificial omnisciente de carácter general y la confección de realidades paralelas en que el ser humano pueda descargar su consciencia para liberarse de las limitaciones del mundo», explicó.
Además, se refirió al sistema que acompaña estas realidades: «Lo normal en este tipo de realidades es que el capitalismo es el sistema dominante, pero se muestra impotente al momento de generar soluciones en el orden político pues no existe la justicia social. Se ve a la tecnología como la solución a todo».
Agregó una variante a este género: «En el transhumanismo se encuentra la variante anarco capitalista en que el futuro carece de los Estados y se gira en torno a las multinacionales que son las que tienen el poder. Es un libremercado sin límites que se apropia del planeta».
«Por último se encuentra la mirada narcisista del futuro. Se encuentran los sueños de mejora personal cercano en el futuro. Es un discurso populista que se centra en el que si tu quieres, puedes», complementó.
Afirmó que «necesitamos la visión utópica de estos futuros para desafiar el presente. Se plantea que se puede hacer mejor, soluciones a los problemas. Plantea que puede existir un futuro mejor, que no está todo perdido. Para ello, es necesaria la acción de las personas por lo que nosotros mismos podemos cambiar el futuro».
«Necesitamos recuperar la utopía social para rivalizar con las distopías y para contrarrestar las utopías creadas por las élites. Obviamente no cambiaría el futuro solo con esto, pero es un paso para instalar esta idea», concluyó.
