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Charly influenciado por García

No deja de sorprender que aunque todo en Influencia suena igual a las melodías ochenteras del músico argentino, este registro lo retrata en su máxima expresión megalómana, donde un Charly cincuentón termina nutriéndose de sí mismo.


Estamos frente a Charly, frente a su música para ser exactos, y lo que escuchamos es una melodía popera bastante cercana a las baladas que derriten a los enamorados. Pese a esta primera apreciación que no convence plenamente, en estricto rigor, sabemos que es Charly.



Pese a lo empalagosa de la canción con que arranca la placa, descubrimos que es el mismo de los ochenta -la más prolífica dentro de su carrera, por cierto-. Charly tomó un puñado de melodías básicas para reeditar, en Influencia algo de los éxitos que lo convirtieron en toda una leyenda.



En la actualidad, García se presenta así: un vicio exquisito y sofisticado que sólo evidencia que el tiempo y los años lo vuelven cada día más genial. Así por lo menos se escucha en el primer single de su disco Tu vicio que rota fuertemente en radios locales y que lo ha vuelto a dejar en el lugar que, a decir verdad, jamás ha abandonado: el del padre del rock argentino y, por obligada extensión, del latinoamericano.



Aunque durante los últimos años su filosofía "say no more" ha mantenido sólo los fanáticos a ultranza adorando a este flaco precoz que a los cinco años ya mostraba sus dotes al piano, un verdadero concertista, y que hoy cercano a la media centuria no ha perdido una gota del talento que ha derrochado a lo largo de su dilatada trayectoria.



Para los que fueron a los últimos conciertos ofrecidos por García en nuestro país hace un par de años, de seguro los recuerdos no son del todo buenos. Las presentaciones de placas como Demasiado ego (1999) y El aguante -sucesoras de la bullada Say no more (1996)- sólo mostraron a un músico que parecía en vías de extinción. La luz que encandiló a generaciones parecía apagarse en un canto desmemoriado, de sonidos guturales que sólo le permitían estar sobre el escenario breves minutos, remedando a duras penas sus otroras apoteósicas presentaciones. El golpe para aquellos que se acercaban a esta leyenda debe haber sido en grande que melló, incluso, la fe de sus más incondicionales fanáticos.



Este es quizás el mayor logró de Influencia y lo que promete su actuación de mañana en Santiago: asistir al renacimiento del genio a través de un puñado de canciones que lo reflejan de cuerpo y alma y donde se expone como nunca.



Influencia de sí mismo calza perfecto en la nueva etapa de García. El músico trasandino, como el Fénix mitológico, renace con una producción de alta factura que rememora los peak más altos de su carrera como fue La hija de la lágrima (1994), el disco más celebrado y con el que este artista alcanzó un éxito desmedido seguido de una gran popularidad.



En síntesis, Charly se pone al día con un trabajo donde es capaz de reírse de si mismo con composiciones irónicas, autodestructivas y oscuras que lo retratan de pies a cabeza como dice en Tu vicio, el single promocional: "En esta sociedad, yo soy el último vicio". O en otras canciones donde se expone sin más: "Para aburrirme prefiero sufrir/ para venderme prefiero morir/ lo único que no quiero es no ser como vos" y "Cuando la gente dice que estoy bien/ no puede ver debajo de mi piel".



Esta placa autobiográfica resulta tan fiel, que es imposible para quien la escuche no reconocer en cada pedazo lírico un guiño más a la megalomanía de Charly García. Este dato no es menor si se considera que hasta en el mismo nombre del disco Influencia y el primer sencillo Tu vicio intenta traspasar al ídolo, al que siguen las multitudes y que retrató a borbotones en discos como Demasiado ego.



Si bien el álbum no abunda en originalidad, sólo seis canciones son inéditas y el resto corresponde a covers de trabajos que realizó, por ejemplo, con Serú Girán -agrupación formada por el músico luego de la disolución de Sui Géneris junto a Pedro Aznar y David Lebón-, algunos temas instrumentales logran una nueva dimensión en versiones acústicas y electrónicas como la reedición de clásicos como Tango 4 y Happy and real. Incluso el tema Influencia que le da nombre a la placa, le pertenece al norteamericano Todd Rundgren.



Pese a ello y lo que algunos podrían denominar "poca capacidad creativa", este es lejos el mejor trabajo del argentino en mucho tiempo, sobre todo si se considera que con su carácter obsesivo, García, en su papel de músico y productor, vuelve a hacerlas todas: compone música y letras, remoza clásicos y crea piezas instrumentales, y, por si todo eso fuera poco, toca todos los instrumentos que aparecen en este disco.



El concierto



Dicen que demoró mucho en volver a lo que siempre hizo. Pero al final diez años no son nada si sabemos que el próximo 7 de septiembre lo veremos sobre el escenario santiaguino presentando su disco, tal como lo hiciera hace unos meses en el emblemático Luna Park ante 8 mil personas.



En el concierto que realizará en el estadio Chile presentará temas de "Influencia" y además pasará revista de su extensa y exitosa carrera y recordando grandes clásicos. En conversación telefónica con este medio el propio García señaló que: "es bueno estar por allá ahora que ando con una bandita nacional; además estamos con todo el arranque ha tenido este disco y esperamos que les guste sin concesiones".



Consultado sobre la crisis y la grave situación que vive su país, el músico se río largamente y esbozó: "Me da lo mismo, nunca ahorre un peso por lo tanto el corralito no me afecta; ahora si eso significa que les puedan quitar algo de guita a los ricos, fantástico para que se lo den a los pobres".



También confesó en pocas palabras que "no le inquieta ni Menem ni los políticos, ellos nunca me interesaron, sí te puedo hablar mucho de los detenidos desaparecidos de mi país porque siempre me importaron", señaló García.



En la presentación del sábado a las 21.30 horas Charly actuará con su nueva banda de músicos chilenos formada por Carlos González, Toño Silva y Kliuje Hayashida y la trasandina María Gabriela Epumer.

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