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Playing the Angel: El oscuro y triunfal regreso de Depeche Mode

Con alrededor de 25 años de trayectoria y con más de 50 millones de discos vendidos en todo el mundo, Depeche Mode se ha trasformado en referente obligado e ícono de la música electrónica y el pop rock alternativo. A cuatro años de su última propuesta, "Exciter" (2001), la banda vuelve a deleitarnos con un disco de melodías diversas sombrías.


Formados hace dos décadas y media, inicialmente por Dave Gahan (vocalista y compositor), Andy Fletcher (tecladista), Martín Gore (compositor, tecladista y guitarrista) y Vincent Clarke (compositor y tecladista, actualmente en Erasure), Depeche Mode (nombre rescatado de una revista francesa) ha conseguido traspasar las barreras del tiempo y continuar en el mercado como cualquier banda actual con gran éxito de crítica y ventas.



Y es que su participación dentro de la música ha sido tan determinante que, a 25 años de su formación, aún es capaz de ocupar rápidamente los primeros lugares de los ranking por el mundo. Esta vez, lo hace con su undécimo trabajo discográfico, denominado Playing the Angel, disco en que la banda busca distanciarse en cierta forma de su anterior placa (Exciter, 2001), para buscar, crear y plasmar de un tono sombrío a la docena de temas que componen el álbum.



"Tienes que trabajar duro y reinventarte a ti mismo, así que tienes que elegir a nueva gente que te empuje", comentó recientemente el vocalista Dave Gahan. Aquella intención se aprecia en nuevas formas de expresión, aunando diversos ritmos y estilos. Blues algo electrónicos, rock, un pop depurado y un tono lúgubre se funden en esta nueva y potente entrega de Depeche Mode.



De la mano del excelente y pegajoso Precious (single del disco), Playing the Angel logra mantener el estilo clásico de la banda, pero además lo dota de cierto aire de reinvención con temas diversos que van desde Suffer Well, A Pain That I’m Used To o Lilian, hasta The Sinner in Me, Introspectre, Damage peolple o John the Revelator.



Producido por Ben Hillier y grabado entre Santa Bárbara, Nueva York y Londres, Playing the Angel aparece como una placa que necesita ser escuchada más de una vez para captar de buena forma el trasfondo melódico-lúgubre que se esconde en algunas de las mejores canciones de la producción. Si bien, lo "nuevo de Depeche" comienza con temas más pop, poco a poca van cediendo y tornándose cada vez más oscuros.



Algo de distorsión, melodías que transitan por ambientes depresivos, una interpretación de primera y guitarras dóciles pero bien conducidas se trasforman en el fuerte de esta nueva entrega de Depeche Mode. Playing the Angel cierra de gran forma con la provocativa The Darkest Star, y con ello, un álbum intenso e inquietante que busca seducir y estimular. Depeche Mode está de vuelta.

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