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Hollywood llora a Paul Newman y su estrella es objeto de peregrinaje

«dejó el listón demasiado alto para el resto. No sólo para los actores, sino para todos nosotros», declaró George Clooney.



La estrella de Paul Newman en el Paseo de la Fama de Hollywood se convirtió en improvisado lugar de peregrinaje y culto para centenares de personas que lloran este lunes la muerte de uno de los actores más célebres de la historia del cine.



Coronas, flores, velas, cartas y dedicatorias se agolpan junto a decenas de curiosos en el rincón creado por la Cámara de Comercio de Hollywood mientras esta organización ultima los detalles para organizar un funeral en memoria de Newman, fallecido a los 83 años a causa de cáncer de pulmón.



Sin embargo, portavoces del actor señaló que la despedida de Newman a cargo de su familia, para la que aún no hay fecha establecida, será privada.



La pérdida del actor, toda una leyenda del séptimo arte, dejó un rastro de dolor y una sensación de pérdida imponderable en la meca del cine.



«Existe un punto en el que los sentimientos van más allá de las palabras», dijo Robert Redford, amigo del intérprete durante décadas y compañero de reparto en los filmes «Butch Cassidy and the Sundance Kid» (1969) y «The Sting» (1973).



«He perdido un amigo de verdad. Mi vida, y este país, han sido mejores por su mera presencia», agregó Redford.



George Clooney declaró que el ganador del Óscar por «The Color of Money» (1986) «dejó el listón demasiado alto para el resto. No sólo para los actores, sino para todos nosotros».



En ese sentido se alineó también Kevin Spacey. «Debería ser un ejemplo para todos en la profesión porque parecía haberse extirpado el ego quirúrgicamente», declaró el actor.



Incluso Elizabeth Taylor, su inolvidable pareja en «Cat on a Hot Tin Roof» (1958), publicó un comunicado en el que afirma: «Quería a ese hombre con todo mi corazón.(…) Era todo nobleza, amabilidad y pura integridad».



«Sé que amaba a su familia, a su esposa, al mundo y a la humanidad», escribió Taylor. «Conocerle y ser su amiga fue algo tan dorado como un amanecer y fue un privilegio que jamás olvidaré. Que Dios le acoja para siempre», concluyó.



Dan Glickman, presidente de la Asociación del Cine Estadounidense elogió la carrera profesional de Newman «por sus retratos de diablillos y gamberros».



«Fue un maestro en su oficio, un artista respetado, emulado por sus compañeros y querido por los aficionados al cine en todo el mundo», comentó Glickman.



EFE

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