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Hijo de Willy Oddó presenta su primer disco solista “Bando N°1”

Ismael Oddó, músico y cantante popular, miembro de Quilapayún e hijo del recordado Willy, lanzó su primer disco solista, el que abarca una serie de estilos conformando una placa realmente interesante en el escenario actual de la música nacional.


Ismael (36) nació en Francia y vivió en el exilio. Volvió a Chile en 1989. Estudió Teatro en La Mancha y Música en la SCD.  Regresó a Francia y se incorporó al Teatro del Silencio de Mauricio Celedón. Volvió a nuestro país el 2007 y ocupó el lugar de su padre en Quilapayún. Además de la banda folclórica, ha trabajado en composición de música teatral y participado de otros grupos, tales como el Colectivo Cantata Rock y Maestro Juba; demostrando su talento en distintos estilos y formatos.

Su proyecto en solitario ganó el Fondo de la Música el 2008. Oddó fue el productor del mismo;  el cual mezcló, grabó y masteurizó con la ayuda de Claudius Rieth en los Estudios Triana. Las letras de la placa fueron compuestas por Desiderio “Chere” Arenas y -en su mayoría- por Eduardo Carrasco.

El disco es un verdadero abanico de estilos, que incluye composiciones con influencias hiphoperas y rítmicas, una canción de amor, un bolero, un vals y música creada para obras de teatro.

¿Quiénes participaron en el disco?

Me junté con mis amigos músicos a quienes les pedí ayuda, conformando una “orquesta de apoyo”, por llamarlo de alguna forma,  en la que están Caíto Venegas, Andrés Celis y su hermano. A ellos se les sumaron amigos de infancia con quienes nos conocimos en la Alianza Francesa y tenemos experiencias similares al ser hijos de retornados.  También colaboraron Danilo Donoso y Camilo Salinas (Inti Illimani Histórico), Pablo Ilabaca (Chancho en Piedra) y Daniela Rivera (Odessa). Fue súper colaborativo, pero dirigido por mí. Tenía el espacio porque es mi proyecto, mi iniciativa y en realidad lo estoy elevando gracias al esfuerzo de todas estas personas. Además las letras de Eduardo Carrasco fueron hechas a la medida. Por todo esto, me la estoy jugando en la confianza que genero como artista y también como productor de mi disco.

¿A quién está dirigido tu disco?

No está en mí contestar esa pregunta. Yo lo que hice fue hacer el disco que es el inicio de una carrera solista y que también deviene en un proceso de maduración propio, en el que hay muchos acontecimientos que la marcan y que definen, también, una libertad en lo estilístico.  Cuando terminé de grabar el disco dije “Ya cumplí lo que tenía que hacer y ahora tengo que presentarlo”. No espero nada, en ese  dar a luz del disco es también darme a luz a mí mismo, es decir, a esto es lo que se resume lo que hace el Ismael solo; sin el poncho, sin el Teatro del Silencio, sin la formación con La Mancha, sin el aura del Willie, si no que con todos estos elementos desde mí mismo. No quiero decir que es un inicio, porque no quiero que esto se acabe. Pero es el inicio para conmigo.

Bando Número 1 ¿Por qué elegiste este título para tu disco?

Es una declaración de principios en sí. Retomando las palabras del texto de Carrasco que las escribió en plena dictadura y en el exilio, en momentos en que la rabia y la impotencia llevan a la palabra a llegar a extremos a los que tus actos no podrían llegar nunca porque no eres un monstruo. Pero sí está la fuerza de las palabras para condenar lo más condenable y yo heredo esa rabia y ese dolor por lo que viví en carne propia por la pérdida de mi padre y también por un país que se dio por vencido. Ese es mi Bando Número 1.

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