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El humor contingente, carerraja y bipolar de Juanelo: una metáfora del país Entrevista a Marco Cánepa (CAN), creador de Juanelo

El humor contingente, carerraja y bipolar de Juanelo: una metáfora del país

Juanelo es el personaje del humorista gráfico CAN (Marco Cánepa). Él lo dibuja sin cara, porque es un descarado, y sin manos, porque no tiene tacto. En palabras del ilustrador Alberto Montt, Juanelo es ese amigo que nuestras madres jamás habrían aprobado. En palabras de CAN, una pésima influencia. Su humor es contingente al chancho. Puede ser un encapuchado en una protesta y en otras, un gerente ultraconservador. Es una metáfora de la bipolaridad de este país.


Desde hace seis años que CAN (Marco Cánepa) asalta la red con un humor irreverente y despiadado, pauteado por lo contingente, a través de su personaje Juanelo. Su tira cómica es un mazazo a la conciencia para enrostrarnos brutalmente las triquiñuelas del sistema y la bipolaridad del país. Aquí la conversa sobre su personaje y su lectura del momento actual.

Juanelo y CAN

-¿Cómo nace Juanelo?

Estaba estudiando arquitectura, muy chato, en un curso de estructura haciendo un ejercicio de física. Un personaje que hacía tensión, que era sometido a roce, se puso a reclamar sus derechos laborales, y ése fue Juanelo. Por diversión lo comencé a dibujar en la base de mi cuaderno. Seguí haciéndolo y a mis compañeros les gustó y empezaron a pedirme el cuaderno para fotocopiarlo. Se reían y me decían que lo subiera a Internet. En esa época era complicado subirlo. Y cuando aparecieron los blogs, casi al terminar mi carrera de diseño (yo me había cambiado), fue la oportunidad para hacer que mis opiniones se escucharan.

Juanelo y CANFoto: Javier Liaño y Juanelo

Juanelo y CAN
Foto: Javier Liaño y Juanelo

-¿Cómo surgió el recurso del narrador, que es un personaje distinto a Juanelo?

Cuando yo hice este primer monito que era sometido a ejercicios de física en los que era torturado, se necesitaba a alguien que planteara el ejercicio de física y ésa era una voz omnisciente que era el narrador. Pero después cuando Juanelo se libera y genera su propia vida, nace esta amistad con el narrador. Además tiene que ver con dos cosas: una, por una cuestión de flojera: es más fácil hacer un cuadro de texto que dibujar. Segundo, me gustaba que Juanelo rompiera la caja, el cuarto muro. Él habla hacia adelante: con los lectores, con el narrador; hay en forma permanente un juego dialéctico entre el mundo del cómic y el mundo del lector que está viendo el cómic. Esa violación, me gusta. Son dos mundos, somos dos personas distintas. Juanelo encarna mi sentido del humor torcido, el antihéroe de la sociedad que yo veo, con la que convivo. El narrador es como la conciencia y yo Marco Canepa (CAN) soy el dibujante. Juanelo es como mal dibujado, CAN es un looser.

-Juanelo, según Alberto Montt, es el amigo que nuestra mamá jamás hubiese aceptado.

Es una pésima influencia. No es malo, no es su intención ser una persona mala. El huevón no sabe distinguir entre el bien y el mal. Se deja guiar mucho por sus pasiones, por sus instintos. No mide consecuencias, tiene una discapacidad en ese sentido. No busca intencionalmente hacer el mal, pero lo hace. Es alguien que no querrías cerca en la vida real, pero te diviertes viéndolo. La gente lo quiere por la inocencia. Mete las patas, la caga, lo hace, pero lo hace tan descaradamente que todo el mundo lo sabe. Es hipócrita, pero es evidente…. Juanelo es una mierda de persona.

-¿Las cualidades de Juanelo son un reflejo del medio?

Cada vez que veo a mi alrededor algo censurable, Juanelo es quien lo hace… Y de las cosas que yo encuentro más penca en esta sociedad es la incapacidad de diálogo, de ver puntos medios, lo prejuiciado que somos, lo rápido que caemos en mandar a la mierda al otro y creer lo peor del otro posible, y ésa es mi lucha… Tratar de entender a este otro… No siempre te están cagando… No estoy en la postura de que todo es la raja y no hay que cambiar nada, pero tampoco estoy en la postura de que todo está malo y hay que quemarlo todo. Juanelo es el hueón que estaría tratando de quemarlo todo o en la postura contraria, negando todo. Juanelo expresa esa bipolaridad. Con ese contraste yo denuncio eso…. Miren lo absurdo que es cuando lo hace Juanelo, entonces no lo hagamos nosotros. Trato de generar esa conciencia en el lector y a la vez trato de que sea gracioso… que Juanelo crea que se está saliendo con la suya, pero en verdad está dejando la cagá, pero de manera rotunda y evidente para todo el mundo.

-Tu humor es políticamente incorrecto, muy contingente.

Su personalidad (de Juanelo) está representada gráficamente: es un gallo descarado (no tiene cara) y sin tacto (no tiene mano) y es blanco por fuera, pero muy negro por dentro. Tiene una apariencia inocente, pero es un conchadesumadre…

¿Cómo se dio ese humor, cómo llegaste a ese estilo o tono?

Mi humor viene de mi familia, que era muy irónica; había que ser irónico para sobrevivir y vi que esto funcionaba…. Había esa confianza para decir algo que todos pensaban, pero que nadie se atrevía a decir. Y cuando la dices y ves que todo el mundo la pensaba, empatizái con ese pensamiento; te das cuenta de que está mal, pero no seamos tan hipócritas de no pensar que no lo tenemos; de verdad está ahí… como Juanelo es lo malo, él encarna eso, él puede hacer esas cosas. No estoy diciendo que está bien que se hagan estas cosas, Estoy diciendo esto lo hizo él, la verdad es que esto lo pensamos todos, pero está mal. Por eso si Juanelo discrimina a alguien porque es negro o gay y es carerraja para hacerlo, todos nos sentimos violados por esa actitud, pero a la vez la reconocemos.

El chiste a Giorgio Jackson y los códigos humorísticos

-Tus chistes “le llevan” distintos niveles de lectura o interpretación

Hay gente que entiende la tira y otra que entiende lo contrario. Es divertido, porque creí que hice una tira en defensa de Giorgio Jackson y todo el mundo la entendió que era contra él. Y tuve que salir a explicar la tira anterior con una nueva. Porque en el fondo este gallo negoció con la nueva mayoría y se bajaron los otros gallos, y efectivamente leyendo sus discursos hacia atrás en que habla que se debe competir, de que no deben haber candidatos designados es contradictorio; pero por otro lado, yo creo que él y la Camila fueron muy idealistas en su momento. Pienso que en la medida en que uno deja de estar en la calle pidiendo y empieza a meterse en la política, tiene que adaptarse un poco a la realidad. Entonces mi tira iba en ese sentido: la evolución del dirigente político del “yo jamás seré como ellos hasta ir haciendo concesiones»… Pero llega un punto en que alguien te mira desde afuera y te dice: “Hueón, te volviste un…” y ahí te das cuenta de que no es que los otros eran malos, es que los otros se habían enfrentado a esa realidad de la política, etc.

-El punto es hasta dónde puedes conceder

La frontera está en la motivación por la que haces las cosas. Si tú estás convencido de que esto es lo mejor para el país y recurriste a una triquiñuela o a un subterfugio o a una negociación, pero lo hiciste porque creías que era lo mejor, yo todavía encuentro eso válido… Obviamente hay límites éticos y legales, pero llegar a un acuerdo con alguien del partido opuesto no lo encuentro antiético ni ilegal, pero cuando empezaste a hacerlo por tu propio bien, ahí es cuando la cuestión se fue a la mierda, que es lo que pasa en Argentina…. Y ahí todo el mundo dijo: “Ahí está Giorgio Jackson y lo hiciste mierda, jajaja”. Y ahí yo dije: “Hagamos la tira de nuevo para que se entienda”.

-¿Eso tiene que ver con no entender el código humorístico o con algo radical nuestro?

Pasa porque uno carga mucho con sus propias mochilas lo que lee. Al final es el receptor el que define el mensaje. Tú haces lo mejor por entregarlo lo más claramente posible y el problema con el chiste corto es que no da mucho para medias tintas. Tení que ser al chancho, plantarle un combo. Yo hice la tira sabiendo que podía generar ese efecto y ocurrió. Me gusta que tenga varias lecturas. A un nivel la puedes leer como una crítica a Giorgio Jackson y por otro la puedes leer como una crítica a la ingenuidad de creer que las cosas pueden ser tan distintas de como son. Al final siempre te encuentras con la imperfección de la realidad. Por eso es mi lucha por las medias tintas. Para que la gente entienda que la realidad es compleja. No es llegar y decir: si no se hizo es que no se quiso; es que tal vez no se pudo o tal vez es difícil… o que va a tomar veinte años y hay algunos putos cabrones que se oponen… Pero si tú partes de la base que son todos putos cabrones, nunca vas a poder entender la realidad.

Juanelo, el antisistémico

-Juanelo tiene esta cosa antisistémica: le da duro a los políticos, a los medios, al sistema

Sí, pero también Juanelo le da duro a la gente y a las críticas fáciles al sistema. El sistema no es malo. El sistema es el sistema. Es una construcción, y toda construcción y todo sistema es imperfecto. Entonces cuando se asoman estas imperfecciones, veo un potencial de denunciar eso para que se corrija. No buco destruir al sistema, sino decir: “Ojo aquí, que esto nos va a llevar a la destrucción… ataco sí al empresario, pero también ataco al gallo irracionalmente antisitémico. Cuando el empresario dice que si gana Bachelet se va a ir todo a la mierda, eso es una huevada… no se va a ir todo a la mierda… pero si sale otro gallo y dice que si gana la derecha va a explotar toda la cuestión, tampoco creo eso… Vamos a seguir avanzando a diferentes ritmos, con diferentes prioridades, con diferentes tácticas, pero no creo que se vaya a la mierda… lo único que puede llevarnos a la mierda es caer en el discurso tan extremo de mandar todo a la mierda…

Como Juanelo…

Ahora si se ve antisistémico es porque los que más dan para hacerlos bolsa son los políticos porque están todo el rato haciendo huevás que en verdad dan vergüenza. Yo creo que el político falla porque no es capaz de admitir sus errores. Ésa es la gran razón porque los políticos son tan impopulares. Porque el político se equivoca (como todo el mundo), pero él siempre trata de hacerla pasar como coherente y ahí es donde se va todo a la mierda. Si el gallo dijera: “Sabes que, yo creía esto, estudié esta cuestión y me equivoqué»; hiciera ese acto de humildad, sería diferente. Pero como están en la de tirarse caca mutua y permanentemente al bando opuesto, sacan un proyecto de ley y el otro te lo hace bolsa públicamente: “No, éste es el peor proyecto, esto va destruir la pesca chilena, o el no se qué chileno …” Pero después llega la hora de votar y resulta que  el proyecto no era tan malo y tiene el 90% bueno y el 10% malo. Finalmente negocia, arregla lo que le parece malo y aprueba. Entonces, ¿con qué se quedó la población? Con que salió diciendo que la cuestión era como el hoyo y después la aprobó. Es esa incoherencia entre lo que dice y lo que hace. Como ese gallo siempre está pensando en cómo lo van a ver cuando dice las cosas, finalmente dice cosas que no concuerdan con lo que hace, y genera la contradicción.

-¿Algo bueno que esté pasando?

Algo muy bueno. La sociedad civil se está organizando y los medios hoy en día, los medios digitales, nos permiten que nada sea secreto; todo se sabe. Y eso permite un nivel de transparencia y de fiscalización ciudadana nunca antes vistos. Estamos avanzando de una sociedad de pedir a una sociedad de proponer. Ya la gente no sale a pedir que le pongan el metro, sino también a proponer que le pongan una ciclovía. Siento que la sociedad civil se está poniendo a la altura de los otros poderes y son interlocutores más válidos frente al gobierno. No que el gobierno esté más depierto a las políticas sociales, sino que la gente se ha hecho oír.

 

 

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